
Es habitual que en época de vacaciones las casas pasen más tiempo vacías y que los propietarios teman ser víctimas de un robo. Imagina ir a pasar una semana a la playa para desconectar y que a la vuelta te encuentras tu vivienda desvalijada, no es plato de buen gusto para nadie. De ahí que la prevención sea tan importante, tanto como conocer cuáles son las técnicas y procedimientos más populares entre los ladrones.
En este sentido, las estadísticas sobre robos en hogares revelan que los chalets y adosados enfrentan un riesgo más alto de sufrir intrusiones que los apartamentos o pisos, en gran medida por su mayor exposición y accesibilidad, que les facilita el trabajo a los saqueadores.
Aún con esas, las técnicas de robo más sofisticadas pueden afectar a cualquier tipo de residencia, siendo la puerta uno de los lugares más vulnerables. Así se extrae del último 'Observatorio de Securitas Direct', en el que también insisten en que el 80% de las intrusiones se producen por la puerta.
Cuidado con el 'bumping' e 'impresioning'
De entre las técnicas más comunes destaca el conocido como bumping. Consiste en utilizar una llave especial conocida como 'llave bump', que tiene un perfil específico con todos sus dientes cortados al máximo, lo que le permite entrar en una amplia variedad de cilindros con un golpe seco y preciso en la parte trasera, abriendo la puerta.
Otra aún más compleja pero que también es muy común es el impresioning. El ladrón hace una copia de la llave original introduciendo una lámina moldeable especial que se adapta a la cerradura, pudiendo recrear la llave.
Hay que tener especial cuidado porque ni el bumping ni el impresioning dejan rastro, ya que no se necesita manipular la cerradura, la puerta o la ventana. Aunque estos no son los únicos métodos que utilizan los ladrones para acceder a las viviendas vacías.
Los delincuentes también siguen utilizando métodos más tradicionales como el escalo, que implica trepar por fachadas o vallas para alcanzar y forzar ventanas, balcones o tejados, demasiado vistosa en algunas ocasiones. También destaca el uso de ganzúas, una práctica que consiste en la manipulación directa de la cerradura con herramientas especiales (aunque solo es efectiva cuando la puerta no está completamente cerrada).
El resbalón es un método que, al igual que la ganzúa, se utiliza cuando la puerta no está bloqueada con llave. Consiste en introducir una lámina flexible, como bien puede ser una radiografía o una tarjeta de crédito, entre el marco de la puerta y el pestillo. Al mover la lámina con destreza, se logra retener el pestillo y abrir la puerta sin causas ningún daño visible ni dejar rastro de forzamiento.
Cómo proteger nuestra vivienda
Pero al mismo tiempo que se hacen más sofisticados los métodos de intrusión, también evolucionan las herramientas y servicios de los que dispone el ciudadano para hacer frente a estos fenómenos.
Entre ellos destaca contar con una alarma de cerradura inteligente, que supone una barrera ante la mayoría de las técnicas de robo como bumping, impresioning, ganzúas o resbalones, todo gracias a su cilindro antirrobo de máxima seguridad y su conexión con una central receptora de alarmas (CRA), permite una acción rápida ante cualquier tipo de manipulación.
Asimismo, el Observatorio de Securitas Direct pone de manifiesto que entre las medidas que más utilizan los hogares españoles para protegerse son las puertas de seguridad o blindadas: casi el 48% de las viviendas la tienen. También destaca el uso de telefonillos con cámara (32%) y las rejas en puertas o ventanas (25%), así como las alarmas conectadas a una CRA, de la que ya gozan 1 de cada 5 españoles.