
El precio de la vivienda y la precariedad laboral lastran a los jóvenes (16 y 29 años) de Castilla y León a la hora de emanciparse con una tasa del 14,4 por ciento, tres décimas menos que hace un año, "el peor dato" desde que existen registros, lo que obliga a mucho de ellos (más de 2.000 al año) a buscar "oportunidades" fuera de la Comunidad.
"Emanciparse en Castilla y León sigue siendo una posibilidad remota para buena parte de la juventud. El coste de la vivienda, la precariedad laboral, la sobrecualificación y los bajos salarios nos dan al final un panorama en el que construir un proyecto vital parece una carrera de obstáculos", ha resumido la presidenta del Consejo de la Juventud de Castilla y León, Sandra Ámez, que ha presentado los resultados del Observatorio de Emancipación correspondiente al primer semestre de 2024, junto al secretario y responsable del área Socioeconómica y Derechos Humanos del Consejo de la Juventud a nivel estatal, Francisco Javier Muñoz Rodríguez y el presidente del CES en la Comunidad, Enrique Cabero, informa Ep.
Ámez ha incidido en que la tasa de emancipación sigue estando por debajo de la media nacional, del 14,8 por ciento y que en el periodo que ocupa al estudio ha retrocedido un 0,3 por ciento. No obstante, ha advertido de las desigualdades que, en este sentido, "también" hay entre las nueve provincias. "Por ejemplo, Salamanca registra una tasa de emancipación del 17,56 por ciento, seguida de Burgos con un 13,50 por ciento y León con un 12,51. En el caso, Valladolid y Ávila muestran tasas más bajas en torno al once por ciento", ha detallado.
Cifras que ha ligado al coste de la vivienda. En este sentido, ha advertido que el precio medio del alquiler es de 656 euros mensuales, lo que supone una subida del 7,9 por ciento con respecto al año anterior. "Esto supone que una persona joven tiene que destinar un promedio del 27,5 por ciento de su salario neto mensual únicamente al alquiler. Como alternativa, el alquiler de habitación en piso compartido presenta costes más asequibles, destinando entre el 19 y el 26,3 por ciento del salario según la provincia", ha abundado.
El acceso a la vivienda en régimen de compra-venta supondría un ahorro equivalente a 2,4 años de salario neto íntegro "solo para pagar la entrada", que se eleva a 7,9 para tenerla en propiedad. A todo ello hay que añadir el gasto de suministro y servicios básicos que alcanza los 176,87 años, lo que supone el "9,5 por ciento" de los ingresos mensuales. "Por poner un ejemplo, a una persona joven que quiera vivir en solitario con un salario medio, sumando suministro, le quedarían unos 307,841 euros para pasar el mes, sin incluir la cesta de la compra u otros gastos mensuales que puedan surgir", ha continuado.
Un acceso a la vivienda que también presenta desigualdades dependiendo de la provincia en la que se resida. Así, ha matizado que el acceso a la vivienda libre en alquiler, la provincia más cara es Segovia, seguida de Salamanca, mientras que Ávila y Zamora son las "más baratas" con una horquilla de 26,7 puntos. El acceso a un piso compartido en alquiler es más caro en Burgos, Soria y Valladolid, mientras que Zamora y Palencia son las más baratas --diferencia de 7,3 puntos--; mientras que el acceso a la vivienda libre en propiedad por financiación hipotecaria, Valladolid y Burgos son las más caras, con León y Zamora como más asequibles con una diferencia de 21,6 puntos.
En el ámbito laboral, el documento cifra en el 28,7 por ciento de los jóvenes de la Comunidad estudia y trabaja de forma simultánea, y la gran mayoría es asalariada, por encima del 95 por ciento. Además, seis de cada diez personas de este colectivo tiene contratos temporales, "a pesar de que la reforma laboral" ha mejorado la situación, ha añadido.
"El salario medio se establece en 13.583.140 euros netos anuales, y existe también una brecha salarial bastante preocupante entre hombres y mujeres jóvenes. Los hombres ganan 1.583 euros más que las mujeres jóvenes, por lo tanto, las mujeres jóvenes trabajan casi dos meses gratis cada año", ha ahondado Sandra Ámez.
Por otro lado, la pobreza juvenil afectaba al 26,5 por ciento de la población de Castilla y León. "Llama la atención que el hecho de estar trabajando no implicaba salir de esta situación de vulnerabilidad, puesto que el 14,9 por ciento de la juventud empleada en Castilla y León también se encontraba en riesgo de pobreza", ha alertado.
Por último, aunque ha reconocido la complejidad de regular los precios de la vivienda, ha propuesto la creación de mecanismos de garantía pública que aseguren que ninguna persona joven deba destinar más del 30 por ciento de sus ingresos al acceso a una vivienda. También ha reivindicado que la Educación no se conciba como arma política, y sea "flexible" adaptándose a las necesidades de cada territorio para "ir de la mano" de la demanda de las empresas. Exigencias que ha extendido al plano de los transportes, sobre todo en las zonas rurales, porque todo ello permite "fijar jóvenes" al terreno.
"La emancipación no debería ser un privilegio, sino un derecho social", ha concluido para reclamar que se dejen de poner "parches o tiritas" y se aborden reformas "estructurales" que mejoren esta situación.
Sin capacidad de decidir
Al hilo de este argumento, desde el Consejo de Juventud, Francisco Javier Muñoz, lamenta que el colectivo joven sea "ciudadanía de segunda" y que no tenga "libertad para elegir y organizar" su proyecto de vida.
"No tenemos la capacidad de decidir si queremos vivir con otra persona o si queremos vivir en solitario porque estamos obligados a compartir. No tenemos la posibilidad de elegir si queremos vivir de alquiler o en propiedad porque estamos obligados al alquiler. No podemos rechazar un trabajo precario porque es la única fuente de ingresos que tenemos. Estamos obligados por la precariedad", ha zanjado.
Por último, Cabero ha reclamado "invertir en juventud" en una sociedad "tan longeva" como la de Castilla y León, para reclamar, en este sentido, que sean los jóvenes los que hablen sobre sus necesidades y, a partir de ahí, comenzar a buscar soluciones.