
La crisis de la vivienda ha regresado a España, pero de otro modo distinto al que lo hizo en 2008. Esta vez el problema no es el sobre endeudamiento de las familias, ni la sobre oferta, ni la quiebra de las empresas del sector inmobiliario. En esta ocasión el problema es precisamente el contrario: faltan casas y además, los que quieren comprar no pueden pagar las pocas viviendas que hay en el mercado.
"Tenemos un problema muy grande de desequilibrio entre la oferta y la demanda. Es un problema creciente y lo peor de todo no somos capaces de dar respuesta generando más oferta y va a ser muy difícil que lo solucionemos", explica David Botín, director de Vivienda Asequible y Living de Aedas Homes, una de las principales promotoras cotizadas del país.
El directivo concreta que en España se están produciendo unas 80.000 unidades de obra nueva "principalmente para gente que ya tiene vivienda y poder adquisitivo, sin embargo, el grueso de la demanda, que supondría la creación de unos 250.000 hogares nuevos, está concentrada en una población insolvente, incapaz de tener el ahorro previo que exige la banca y esto nos está llevando a una burbuja social".
"Hay que empezar a tomar medidas urgentes en este sentido", ha advertido Botín durante su intervención en un evento organizado por Tinsa by Accumin.
La brecha entre las 80.000-90.000 unidades que se construyen cada año en España y las 250.000 que se necesitan realmente, irá en aumento, según las estimaciones de los expertos del sector y el problema, según dicen, no se encuentra en la financiación o el capital.
Desde CaixaBank, una de las entidades más activas en el negocio del préstamo promotor en nuestro país, "vamos a financiar entre 10.000-13.000 unidades este año, en línea con los años anteriores, y la realidad es que hay dinero para financiar las 200.000 unidades que se necesitan. Pero falta suelo y mano de obra", sentencia Josep Oriol Forner, Director de Negocio y Producto Promotor de CaixaBank.
El directivo pone el foco en un problema que lleva años advirtiéndose desde el sector y que se agrandará en apenas un lustro. "En España, más o menos un 28% de los principales oficios de la construcción se van a jubilar en cinco años. Si hoy tenemos capacidad para construir 100.000 unidades, en cinco años no vamos a pasar de las 75.000 por lo que el déficit de vivienda disponible irá en aumento", destaca Forner.
Con el foco puesto en el suelo, Luis Guijarro, Director General de Hercesa, lamenta que "no hay financiación para el suelo", pero lo ve lógico ya que "la gestión urbanística, con el exceso de normativa que hay, con la necesidad de pedir entre 10 y 14 informes sectoriales de media, de poner de acuerdo a dos administraciones , se extiende fácilmente a los 20 años".
"Si hay poco suelo disponible para construir, además es caro, no hay financiación y la administración no ayuda, no se como vamos a poner suelo en el mercado. Muchos de los anuncios políticos son más electorales que reales", denuncia Guijarro.
En este sentido, el directivo de CaixaBank reconoce que pese a que el gran problema de la vivienda de inicia en la falta del suelo, desde la banca "de momento, no entramos a financiar suelo en desarrollo". "Más allá de los tremendos daños que esto ocasionó a la banca en la crisis anterior y que hizo que muchas entidades desaparecieran o tuvieran que ser rescatadas. Hablamos de que se trata de un proceso largo, incierto, sumamente penalizado por parte del regulador. ¿Que incentivo tenemos para meternos en un túnel que no sabes si tiene salida?", se pregunta Forner y apela a la necesidad de "consenso político". "La administración podría ofrece garantías para que entráramos en este negocio, además de crear un marco jurídico estable para reducir tiempos y que sea un negocio más previsible".