El sector de la promoción residencial ha dado un verdadero paso de gigante en los últimos años convirtiéndose en una industria profesionalizada, solvente y fiable. Hace apenas una década, un conjunto de compañías de nueva creación, junto con los promotores existentes, iniciaron un nuevo ciclo marcado por una mayor disciplina financiera, un mayor control de riesgos y un lento pero inexorable avance hacia un cambio de modelo en la construcción. Actualmente, el sector tiene unas perspectivas muy favorables, pero también afronta algunos retos importantes.
El primero de estos desafíos es la ausencia de grandes jugadores capaces de gestionar proyectos de una mayor escala y complejidad técnica y financiera. Sin estos jugadores, será muy difícil ampliar de forma significativa la oferta de vivienda nueva. En este sentido, AEDAS Homes aspira a seguir incrementando su actividad de forma orgánica e inorgánica liderando la consolidación del mercado. En los últimos años, la compañía ha integrado varias promotoras y bancos de suelo y actualmente dispone del apetito y la capacidad de inversión para aprovechar las oportunidades del mercado.
El segundo reto es la rotación del capital. Una parte muy importante de los inversores que a partir de 2015 impulsaron el desarrollo del nuevo sector está próxima a cumplir sus plazos de inversión. En aquel momento de incertidumbre y dificultades, la apuesta no era evidente, pero el tiempo ha demostrado que fue oportuna y exitosa. Ha llegado el momento de recoger frutos y de dejar el testigo a otro perfil de inversores capaces de impulsar el sector a nuevos y mayores objetivos.
En tercer lugar, queda pendiente completar la necesaria transformación del modelo de negocio. La tecnología permitirá ofrecer a los clientes productos y servicios de una mejor calidad y a las empresas capturar eficiencias operativas. Los nuevos métodos de construcción (industrializada) permitirán transformar servicios en productos y, con ello, reducir plazos, eliminar incertidumbres de coste y atraer talento al sector de la construcción.
Por último, el gran reto pendiente que tenemos como industria y como agentes económicos es el de responder a las necesidades de nueva vivienda -especialmente, asequible- que demanda la sociedad. Como sector, estamos preparados para ello, pero necesitamos el apoyo de las administraciones públicas, especialmente en el proceso hiperregulado de fabricación de suelo y de tramitación de licencias, lo que actualmente representa el mayor cuello de botella para ampliar la producción y reducir los precios.
Vivimos un momento inmobiliario histórico para afrontar los desafíos del mercado y, sobre todo, para seguir comprometidos con la creación de vivienda que garantice un mejor acceso de la sociedad a su primera vivienda. Aprovechémoslo.
¡Os deseo a todos un gran año 2025!