Barcelona
Housfy ha alcanzado su punto de maduración. La plataforma inmobiliaria fundada y dirigida por Albert Bosch ha probado sobradamente su tecnología de compraventa de inmuebles, ha desplegado nuevos servicios entorno al hogar y ha optado por hacerse presente en los barrios para competir con los brokers tradicionales. La empresa ya es rentable y prevé un ebitda de dos millones este 2024. En esta entrevista, Bosch repasa los pilares de la compañía y se moja sobre la regulación del alquiler.
¿En qué momento está Housfy ahora mismo?
Lo primero es que ya no estamos en rondas. Ahora estamos para ganar dinero, que ya lo ganamos, y más que una startup nos consideramos una empresa.
¿Se definirían como una scaleup?
Nos categorizarían como scaleup, pero no me interesa. El mundo de las startups tiene un sentido que es ayudar a crear empresas, pero después de unos años estas empresas deben ser rentables. Nosotros desde este año lo somos. En 2023 perdimos dinero porque empezamos el año siendo una startup y lo acabamos en los últimos meses fregando el palo de la rentabilidad. Y este 2024 todos los meses que llevamos son positivos.
¿Qué cifras de negocio manejan?
Facturamos unos 25 millones y este año terminaremos haciendo unos dos millones de ebitda. Lo cual significa que ya somos una empresa seria, los bancos ya nos hacen caso... vamos por esta dirección. Nuestro plan es ser una empresa seria que gane dinero donde los trabajadores y los clientes estén contentos.
¿Cuál es su media mensual de operaciones?
Entre compraventas, alquileres e hipotecas hacemos muchas, entre 300 y 400 al mes. Nuestra visión es ser una plataforma integral del hogar. Para hacer esto debes cumplir cinco cosas: venta de pisos, broker hipotecario, gestión de alquileres, inversión inmobiliaria y administración de fincas. Una vez tienes todo esto, luego te dedicas a vender suministros, seguros... todos estos miniservicios entorno al hogar. En real state empezamos en 2017, en hipotecas en 2018-2019 y en alquileres en 2020. En fincas empezamos hace año y medio, primero compramos una empresa pequeñita y luego hemos comprado empresas más grandes como Finques Feliu y Finques Martínez.
¿Cómo se les identifica en el mercado inmobiliario?
Básicamente somos un sitio de venta de pisos. Si quieres vender tu piso, contactas con nosotros y buscamos al comprador. Los vendedores se nos acercan de mil maneras, también porque hemos hecho mucha publicidad y nos conocen. También hacemos captación online, a través de las administraciones de fincas... con todo esto vamos captando los pisos que ponemos a la venta.
¿En qué se distinguen de otras plataformas como Idealista como de los operadores tradicionales?
Con Idealista competimos en hipotecas, aunque tenemos una metodología diferente, pero no competimos en la parte de pisos. Ellos no captan a personas que quieren vender su piso, captan a personas que quieren comprar un piso. ¿Y cómo nos diferenciamos de la inmobiliaria tradicional? En que lo hacemos de manera más ágil y rápida. Tenemos unos ratios de venta bastante mejores que la media del sector. También contamos con una tecnología que nos hace diferenciales, como herramientas para mapear los pisos vendidos en los barrios, conocer los precios a los que se han vendido... Sabemos las personas que han ido a buscar un piso en tu barrio y no lo han comprado.
En su momento dieron el paso de pasar de lo digital a lo físico abriendo oficinas a pie de calle.
Dentro de nuestra propuesta de valor queremos ser los más eficientes y rápidos en vender gracias a nuestra tecnología diferencial, pero también queremos que se nos considere muy locales. En España somos quienes vendemos más pisos a nivel online y a nivel total quizá seamos los terceros o cuartos. Pero nos dimos cuenta de que cuando ibas al barrio de Sants, en Barcelona, éramos los decimoquintos, aunque en toda Barcelona fuésemos los segundos o terceros. Picoteamos en todos los barrios pero en ningún barrio somos el estandarte. Y para ser locales hacemos varias cosas muy rudimentarias, de toda la vida. Primero, tener tiendas. Ahora tenemos siete, tres en Barcelona, una en Sant Cugat del Vallès, una en Badalona, una en L'Hospitalet de Llobregat y una en Madrid. En nuestro plan está más abrir más tiendas en Madrid.
En alguna ocasión habían hablado de internacionalización. ¿Ahora mismo cuál es su foco?
El mercado español es muy grande. Si nos sale una oportunidad fuera la tomaremos, pero el foco está en España. En las ciudades y las regiones más importantes: Cataluña, Madrid, partes de Andalucía, Valencia...
¿Qué tipo de viviendas se encuentran en Housfy?
Somos una empresa focalizada en las grandes urbes de España y sus alrededores. Todas las poblaciones de menos de 10.000 habitantes lejos de una ciudad importante ni las queremos ni nos interesa. Ahora bien, Polinyà, con 8.000 habitantes, no debería entrar pero está al lado de Sabadell y Sabadell es una ciudad importante. Por otro lado, buscamos los pisos que se venden, estamos focalizados donde está la liquidez. En Barcelona, en pisos de entre 200.000 y 700.000 euros que son el 90% del mercado en la ciudad. Si vienes con un piso de un millón de euros no diremos que no, miraré la zona. Si está en calle Balmes sí porque es líquido, pero si es una casa en avenida Pearson no es nuestro target.
¿Cómo ve el debate del alquiler?
Estoy a favor de que se regule el mercado del alquiler. Uno, hay malas praxis en el sector que deben acabar. Dos, no tiene sentido que las personas deban marchar de una ciudad porque no pueden pagarse un piso. También debe haber más obra social. Creo que la vivienda está regulada en la Constitución y todo el mundo tiene derecho a ella. Estoy a favor de que debe haber una regulación que arregle el problema desde un punto de vista sistémico.
¿Y sobre el control de rentas incorporado a la ley del Gobierno?
Yo hubiera optado por cosas diferentes como que los alquileres no fueran de cinco años sino de diez a quince. Es una manera de regular el precio del alquiler dando estabilidad y tranquilidad al casero. El problema de que se regule el precio es que se incrementa la parte no profesional del sector. Y dos, el tope no tiene en cuenta el estado del piso. Tal y como está hecha esta ley, si perdura en los próximos cinco años, vivir de alquiler en Barcelona será complicado.