
WeWork va a salir de la quiebra en días. La compañía ha conseguido que un juzgado de Nueva Jersey, Estados Unidos, apruebe su plan de reestructuración, lo que implica que de la coworking está a punto de iniciar su segunda vida. Ya sin su abultada deuda, sin el legado de su fundador y exCEO, Adam Neumann, sin los metros cuadrados que le sobraban y con un nuevo dueño.
El gigante de las oficinas, que llegó a tener una valoración de 47.000 millones de dólares, empieza su nuevo camino desde un punto de partida mucho más modesto. Será una compañía privada de en torno a 765 millones de valor y una oferta de oficinas mucho más reducida. Desde que se acogió a la quiebra en noviembre del año pasado, ha conseguido eliminar 4.000 millones de dólares de deuda, reducir a la mitad sus gastos de alquiler, salir de pérdidas y levantar 400 millones de capital, según los datos que comparte la propia compañía.
Su nueva trayectoria supone una ruptura total con Adam Neumann, cofundador de WeWork y consejero delegado entre 2010 y 2019. Pese a que este intentó hacerse con la compañía durante el proceso de reestructuración, su propuesta fue rechazada por el juzgado, el equipo directivo actual y los acreedores. Este fracaso de rehacerse con el control permite dejar atrás la estrategia agresiva del exjefe y ejecutar una hoja de ruta más racional.
Desde que se acogió a la bancarrota, WeWork ha estado reduciendo el número de oficinas que tenía por todo el mundo. Lo que hacía la firma era cerrar alquileres con sus propietarios a largo plazo y después realquilarlos a otras compañías como coworking. En concreto, la oferta de la firma ahora es un 50% inferior, lo que permite un ahorro de 12.000 millones de dólares en rentas.
Durante la época de Nuemann, la estrategia consistía en crecer a toda costa sin que la firma fuera rentable. Ahora, no solo ha reducido su apalancamiento, de unos 4.000 millones de dólares, sino que ha salido de pérdidas, detalla WeWork. También dicen que ahora están libres de deuda.
"Hace nueve meses, WeWork empezó su reestructuración para solucionar su situación de altos costes, su cartera de alquileres y su elevada deuda. En este tiempo, hemos renegociado cientos de alquileres. Como resultado del plan que ha sido aprobado, la compañía está preparada para crecer de forma sostenible y rentable", explica el comunicado.
En todo caso, WeWork sigue teniendo 45 millones de metros cuadrados de oficinas y está presente en 37 países y 120 ciudades, según sus datos. Además, cuenta con más de medio millón de clientes, empresas que contratan sus espacios de oficina.
El actual dueño de la del coworking es Anant Yardi, el empresario propietario de Yardi, una compañía de software para real estate. Hace dos meses, inyectó 337,5 millones de dólares en la compañía para contrarrestar el intento de vuelta de Neumann, según Financial Times, que le ha entrevistado. "Dar la vuelta al negocio supone una gran oportunidad. Es una marca popular y no me parecía correcto dejarla caer", explicaba al medio británico.
Por otra parte, la quebrada espera salir oficialmente de la bancarrota a mediados de junio, cuando terminen de cerrar los últimos trámites administrativos pendientes. En noviembre, poco antes de acogerse a la quiebra, WeWork cambió el liderazgo de la firma y puso como CEO a David Tolley, que ha estado al frente durante todo este proceso. Previamente, era miembro del Consejo de Administración y venía de Intelsat.