
Salir a la calle a hacer la compra es un acto cotidiano para la mayoría de ciudadanos, pero se convierte en algo complicado cuando se trata de personas mayores o discapacitadas que viven en casas no accesibles (aquellas que no han sido diseñadas ni habilitadas para facilitar su uso a personas con movilidad reducida). Lo cierto es que las viviendas españolas suspenden en materia de accesibilidad. Prueba de ello es que el 38% de las personas vivien en hogares "poco accesibles", según datos de Fotocasa Research. Además, sólo el 10% de las viviendas podrían calificarse de "muy accesibles", mientras que el 22% son "bastante accesibles" y otro 30% se consideran "moderadamente accesibles".
Los elementos que determinan el grado de accesibilidad de una vivienda pueden estructurarse en cuatro grandes niveles. En un nivel superior, y a mucha distancia del resto, se encuentra la buena iluminación en todas las habitaciones. Este factor es el más señalado, con más de veinte puntos porcentuales de diferencia sobre el segundo. Y lo es, además, para todos los tramos de edad y para todas las comunidades autónomas.
En concreto, este elemento es mencionado positivamente en el 64% de los casos, superándose incluso este porcentaje en los segmentos de edad más avanzados, de manera que en las viviendas cuyos habitantes cuentan entre los 55 y los 75 años la buena iluminación en toda la vivienda alcanza el 73%.
Tras la iluminación encontramos la puerta de acceso principal a la vivienda o bloque de pisos amplia, que permite acceder con silla de ruedas. Este factor de accesibilidad está presente en el 38% de los inmuebles. Esta cifra es notablemente superior en el tramo de edad de 55-75 años, donde llega al 47%. Para María Matos, portavoz de Fotocasa, "todas las reformas o mejoras en las viviendas deberían realizarse siguiendo criterios de accesibilidad para que puedan ser aptas para todo el mundo".
En un segundo nivel aparecen aspectos básicos de accesibilidad, tales como la presencia de barandillas (34%) o rampas o ascensores para acceder a otras plantas (33%); enchufes de fácil acceso para personas en silla de ruedas (presentes en el 34% de los casos); o botones (interruptores de luz, botones del ascensor) de fácil alcance para usuarios de sillas de ruedas (32%).
A continuación, se encuentran los aspectos relativos a las posibilidades de movilidad de las personas en silla de ruedas. Aquí entrarían factores como el acceso a zonas exteriores (27%), la existencia de pasillos y puertas grandes dentro de la vivienda (26%), así como ascensores o rampas espaciosos (26%).
Por último, en el cuarto nivel están los aspectos que menos se cumplen en las viviendas españolas. Ahí, el balcón y el cuarto de baño (por ejemplo, que el lavabo esté a una altura accesible para personas en silla de ruedas sólo se cumple en el 15% de las viviendas) se revelan como las zonas más problemáticas. También hay escasa presencia de suelos antideslizantes (16%).