Vivienda - Inmobiliario

Cómo actuar cuando un inquilino de un piso compartido causa problemas

  • Los problemas continuos deben notificarse al responsable del piso
  • La agencia o el propietario primero debe persuadir al inquilino
  • La última opción es rescindir el contrato, alegando su reiterado incumplimiento
Compañeros de piso (iStock).
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Muchas personas han compartido piso a lo largo de su vida. Ya sea en su época universitaria, o en los años posteriores, la mayoría optan por contratos de alquiler como su principal opción a la hora de independizarse y encontrar una vivienda asequible. Sin embargo, no es muy extraño que a veces uno se cruce con personas que no se comportan en el piso como deberían, y esto puede llegar a causar graves problemas de convivencia.

Pero esta situación puede solucionarse de varias formas, entre ellas en términos legales y acudiendo al arrendador. Las posibilidades se estipulan generalmente en el contrato, pero las soluciones no son las mismas si el inquilino trata únicamente con el arrendador, o si por el contrario hay una agencia de por medio.

¿Cuál es la opción más sencilla?

De acuerdo con el portal inmobiliario idealista, la primera posibilidad para solucionar el problema es también la más obvia. Se trata de hablar con el compañero problemático, y resolver el problema exponiéndole la incomodidad de sus actos, pidiéndole finalmente que haga un esfuerzo por cambiar ciertas cosas o negociando con él.

Si esto no funciona, entonces es aconsejable acudir al propietario y exponerle la situación, para pedirle que hable con la otra persona. Y en caso de los pisos gestionados por agencia, lo recomendable es acudir a la misma y comentarle igualmente el caso. Esto es así porque estas empresas hacen de intermediarias entre ambas partes. La agencia hablará directamente con el alquilado conflictivo, o trasladará el problema al propietario para que sea el mismo el que intente hacer entrar en razón al individuo en cuestión.

Si el problema persiste, y causa malestar en su o sus compañeros, el propietario podría decidir actuar con el inquilino conflictivo de una manera diferente. Por ejemplo, a través de un burofax con acuse de recibo y certificado de contenido, el arrendador puede exponerle que ha recibido quejas y exigirle una actitud diferente, o de lo contrario podría emprender acciones legales contra él.

El caso más extremo

El propietario del piso de alquiler, haya o no una agencia de por medio, podría simplemente rescindir el contrato con dicha persona si considera que de manera volitiva y continuada se han incumplido las normas plasmadas en dicho documento, por ejemplo las reglas de convivencia.

Cabe decir que muchas veces este escenario no se materializa hasta pasado un tiempo. Al dueño del piso no le suele interesar perder las rentas que obtiene de alguno de sus alquilados, y antes de llegar a este extremo es posible que los alquilados lo arreglen ellos solos, o que baste con un toque de atención. Pero cuando el caso no cesa y las quejas continúan, entonces no le quedará más remedio que actuar.

En el peor de los escenarios, si el inquilino conflictivo y el arrendador incumplen alguna cláusula del contrato, entonces el alquilado que sí cumpla tiene derecho a promover la resolución judicial del contrato. Pero cabe advertir de que si dicha resolución no fue acordada por las partes, entonces el propietario de la vivienda no podrá recuperarla, o parte del inmueble alquilado. Para ello, tendría que recibir la razón del juez (y este acordarlo) a través de una sentencia que culmine el procedimiento judicial correspondiente.

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