
Subir de la calle a casa es un acto cotidiano que para muchas personas mayores, con movilidad reducida o discapacidad se convierte en algo especialmente complicado cuando la vivienda no dispone de ascensor. En España hay dos millones de edificios -de uso residencial, comercial, terciario, etc.- sin elevador, según datos de la Federación Empresarial Española de Ascensores (Feeda), y en muchos casos, debido a las características del inmueble no se pueden montar uno en su interior.
Cuando eso ocurre se recurre a una alternativa que facilita la accesibilidad de los residentes y las personas que trabajan en el edificio: instalar un ascensor por fachada. Esta modalidad también está supeditada a que el edificio reúna las condiciones técnicas y legales necesarias.
¿Y cómo es un ascensor exterior ?El espacio por el que circula la máquina está anexionado al edificio. Por lo general, su instalación conlleva invadir el espacio público. Ahora bien, eso no significa que sea un ascensor de concurrencia pública. Es privado, pertenece a la comunidad de vecinos que vota su instalación de acuerdo a la Ley Propiedad Horizontal y lo hacen con las mismas condiciones y requisitos que contempla la instalación de los ascensores ubicados en el interior de los inmuebles.
"El tipo de instalación viene determinado en función de las posibilidades técnicas y arquitectónicas del edificio y también en función del Código Técnico de la Edificación (CTE), que es el marco legal por el que se rigen los ayuntamientos para otorgar o no la licencia", explica Carlos Frechilla, director de la Federación Empresarial Española de Ascensores (Feeda).
Crece la demanda
No hay un dato exacto del número de ascensores por fachada instalados en España, aunque la mayoría están ubicados en las grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia. De lo que sí que hay constancia es de que la demanda ha crecido en los últimos años impulsada, principalmente, por los cambios legislativos en pro de la accesibilidad.
Las normas más relevantes en esta materia son la Ley de Propiedad Horizontal o la Ley de rehabilitación, regeneración y renovación urbana con las que los ayuntamientos han legislado para establecer las condiciones básicas de accesibilidad de todos los edificios residenciales y públicos y para eliminar las barreras arquitectónicas. "Hasta hace 10 o 12 años era imposible instalar un ascensor por fachada debido a una cuestión legal, ya que no se permitía ocupar el espacio público para ello", explica el responsable de la federación.
Prácticamente todos los ascensores que se instalan por la fachada son plenamente accesibles. Las dimensiones de la cabina deben ser de al menos 1 metro de ancho y 1,20 metros de profundidad. Además, debe tener puertas automáticas y luz de paso mínima de 80 cm. "Dentro de este tipo de ascensores entra una silla de ruedas. A nivel normativo son iguales que cualquier otro. El resto de dispositivos y en materia de tracción o seguridad tampoco hay distinciones", explica Carlos Frechilla.
Tiempo de instalación y precios
El proceso de instalación de un ascensor por fachada es más complejo que el de interior y, por consiguiente, requiere más tiempo. Por lo general, se tarda una media de entre cuatro y doce meses para que esté operativo, frente a la horquilla de entre tres y seis meses que se emplea una instalación por el hueco de la escalera. Eso sí, hay que tener en cuenta que los plazos dependen del número de paradas que vaya a realizar la máquina.
La instalación del ascensor ubicado en el exterior contempla dos fases. La primera es la obra civil y la segunda la que atañe al propio elevador, que contempla colocar y montar el aparato en el hueco y construir la estructura por la va a circular. También hay que hacer el cerramiento del hueco, reformar las escaleras y la fachada para dotarla de acceso al interior del edificio y otros trabajos de albañilería y electricidad.
"El ascensor debe desembarcar a nivel de cada planta y no en el rellano de la escalera que hay en cada planta. En ocasiones, y para ocurrir que eso pase, una reforma total de la escalera para lograr que el ascensor pare en planta. Ese trabajo se hace sin incomunicar a los vecinos y sin que tengan que irse de sus viviendas. El proceso de ejecuta por fases. Cada día se hace una planta", explica el responsable de la Federación Empresarial Española de Ascensores.
En cuanto a los precios, la horquilla es muy amplia y depende del número de paradas y las características del ascensor. Según cifras de Feeda, los de interior cuestan una media de entre 90.000 y 95.000 euros y los de fachada pueden superar los 140.000 euros.