
El inmobiliario en Cataluña tiene dos caras. Mientras crece en prácticamente toda la región, cae en la capital catalana. La superficie edificada subió un 4% a nivel global en la autonomía, en la ciudad se desplomó el 31% por el impacto de cuatro grandes promociones hechas en 2021 y la obligación del Ayuntamiento de destinar el 30% de las nuevas construcciones residenciales a vivienda de protección oficial.
Según explicó este martes el Col·legi d'Arquitectes de Catalunya (COAC) su actividad se ha elevado un 4% en 2022. En su informe anual, cifró en 4,62 millones de metros cuadrados la superficie certificada durante el ejercicio.
A pesar del crecimiento, el dato todavía no se recupera del golpe del coronavirus. La superficie visada es aún el 1,5% inferior que en 2019, cuando se supervisaron 4,69 millones de metros cuadrados. Sí se recuperó el número de expedientes, que subió el 9% frente a 2019 y el 0,2% frente al 2021.
Los arquitectos fían su 2023 tanto a la construcción de obra nueva como a la rehabilitación de inmuebles antiguos, muchos impulsados de la mano de los fondos europeos, señaló Guim Costa, decano del colegio de arquitectos. El año pasado, la obra nueva representó el 75% de los metros visados por el 25% de las rehabilitaciones.
Las diferencias entre Cataluña y Barcelona
A pesar del optimismo reinante, los arquitectos alertan de las dificultades para trabajar en Barcelona. "La normativa municipal que obliga a destinar el 30% de las nuevas promociones a vivienda de protección oficial está frenando proyectos", lamentó Costa. Más teniendo en cuenta que muchos inversores adquirieron el suelo antes de esta ley, por lo que no les salen los números esperados, aseguran.
En la ciudad, que además tiene la restricción natural de su falta de suelo, la superficie certificada cayó el 31% hasta los 585.000 metros cuadrados. La razón no fue únicamente la normativa impulsada por el Ayuntamiento: cuatro grandes proyectos lanzados en 2021 distorsionaron la comparativa. No obstante, el dato de 2022 es el segundo peor de los últimos siete años -solo superado por el de 2018-.
Mientras, localidades del área metropolitana de Barcelona, como L'Hospitalet de Llobregat, Badalona y Esplugues sí crecieron. Por ello, la provincia subió un 16,91% si se descuenta la capital.