Vivienda - Inmobiliario

Los criterios ESG se imponen en la inversión inmobiliaria

  • Los criterios ESG son condicionantes en la financiación
  • El inmobiliario ha sido uno de los sectores más contaminantes

Hace tiempo que dejó de ser una moda. Los criterios ESG -Environment, Social and Governance- se han colado en los planes de negocio, en la gestión del talento, en los balances… Factores sociales, medioambientales y de gobernanza se imponen en una estrategia que es transversal a todos los estratos corporativos y que condiciona tanto la actividad de las compañías, como la forma en la que se relacionan con el mundo.

Por supuesto, el mundo inversor no se ha quedado al margen. Así lo subraya el informe La inversión sostenible y responsable en España 2022 de SpainSif, que destaca el desarrollo legislativo de la inversión sostenible y responsable durante 2021 en el marco del Plan de Acción de Finanzas Sostenibles de la UE. Un contexto que ha espoleado la gestión de activos ESG: solo en España creció un 10% el año pasado.

La financiación es uno de los ámbitos donde la adopción de criterios ESG es condicionante. Es la llamada financiación verde, que alude a las entidades financieras que exigen objetivos de sostenibilidad para la concesión de créditos. Esto también incluye al inmobiliario, que durante mucho tiempo se ha desarrollado como uno de los sectores más contaminantes, tanto por emisiones como por consumo energético.

Un punto este especialmente crítico en España, si tenemos en cuenta que nuestros inmuebles están muy envejecidos. La Unión Europea quiere que nuestro parque inmobiliario alcance las cero emisiones antes de 2050. Lograrlo pasa por el diseño de procesos de construcción sostenibles, por la edificación de edificios eficientes y que contribuyan a la circularidad y por la rehabilitación activa de aquellos que muestran síntomas de obsolescencia energética.

El papel de la obra nueva

Desde plataformas como Urbanitae, abordamos la sostenibilidad desde una doble perspectiva. Proveemos de financiación a promotores inmobiliarios para el desarrollo de sus proyectos. Centrados en la vivienda de obra nueva, dichos proyectos gozan habitualmente de unas credenciales sostenibles muy superiores a las de la vivienda usada. De esta forma combinamos financiación y sostenibilidad -y ofrecemos oportunidades de inversión atractivas al gran público-.

En un entorno de una colaboración público-privada, el real estate ha entendido las implicaciones sociales de su actividad, con la vivienda como punto central de la agenda contra la desigualdad. Así, están cada vez más presentes las propuestas de vivienda asequible que, como señalan desde la consultora CBRE, han acabado por consolidarse como inversiones de impacto -aquellas con beneficios sociales- sin renunciar a la rentabilidad.

Por su parte, cuando hablamos de governance o criterios de gobierno corporativo, hablamos de rigor y transparencia: en las estructuras internas, en los procedimientos, en las estrategias de gestión y en la relación con los diferentes públicos. Ambos valores son fundamentales porque son el punto de partida para mejorar la calidad de la información y, cuanto más escrupulosa es esa información, más fácil es prevenir irregularidades, un elemento clave del governance.

ESG, nueva normalidad

A partir de aquí, la adopción de criterios ESG en la inversión inmobiliaria es una realidad. De hecho, es la nueva normalidad entre los inversores. Casi el 70% de ellos ya han incorporado la sostenibilidad en sus inversiones en Europa, según CBRE. La protección del futuro valor de los inmuebles y el medioambiente son algunas de sus prioridades. En España las cifras son todavía más positivas, ya que el 78% de los inversores en este momento aplica criterios ESG. El grueso del porcentaje restante se reparte entre quienes ya están considerando su aplicación y quienes los adoptarán en los próximos tres o cinco años.

La reflexión sobre hasta qué punto una compañía cumple con los criterios ESG es hoy por hoy inevitable. En Urbanitae nos sentimos especialmente satisfechos de que muchas de esas premisas se encuentren en nuestra visión desde los orígenes, más allá de las directrices que impone el mercado. La propia esencia de nuestra actividad, la financiación participativa, es una potente herramienta de democratización de la inversión. Que esa financiación contribuya a la renovación del parque inmobiliario, ya sea a través de nuevas ejecuciones o mediante la fórmula de la rehabilitación, refuerza el camino hacia la descarbonización de los edificios. Y nuestro firme compromiso con la rigurosidad y la transparencia entronca directamente con los preceptos del gobierno corporativo. Todo ello, sin caer en el conformismo, pues es seguro que podemos seguir mejorando en esta línea.

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