Actualmente todo lo relacionado con la eficiencia energética cobra más sentido especialmente si el ahorro significa también una disminución de la dependencia de combustibles fósiles. Esto unido a otros factores como la sensibilización con el cambio climático, los compromisos ESG de las entidades financieras y de los fondos de inversión del sector inmobiliario, así como el foco marcado por gran parte de los ODS, nos conduce hacia la importancia de la sostenibilidad como un objetivo a buscar hoy en día en todas las áreas de nuestra sociedad y más en concreto los edificios que son los mayores contaminantes en la ciudad.
En este contexto, un grupo de empresas del Clúster de la Edificación han llevado a cabo una iniciativa que consiste en aunar en un edificio todas las tecnologías actuales relacionadas con la sostenibilidad, pero a un coste también sostenible de dicho edificio, al que puede tener acceso gran parte de las promociones de los próximos años.
Este Proyecto al que han llamado Edificio Piloto Tecnológico Sostenible, EPTS, está liderado por Julián Domínguez Huerta, CEO de CIP Arquitectos, y han colaborado varias empresas como: Valladares Ingeniería, Habitat Inmobiliaria, Ten Brinke, Giacomini, Sika, Schneider, Rehabiterm, Uponor, Daikin, Aliaxis, Siber, BMI Presto y Tecnalia. Lo primero que hizo este grupo de trabajo es definir entre todos cuáles son los criterios de valoración de la sostenibilidad.
El primero es descarbonización y eficiencia energética: Disminución de demanda y generación de energía eficiente sin combustibles fósiles. Otro de los criterios es ciclo de vida y reducción de residuos en los procesos de fabricación y en obra. En tercer lugar está la calidad del aire en el edificio y entorno cercano. El cuarto criterio es la eficiencia en el uso del agua, recuperación. Otro es la circularidad apoyada en la industrialización y, por último, digitalización que permita gestión, monitorización, explotación y mantenimiento eficientes.
En este proyecto lo que se busca es una sostenibilidad real del propio edificio
La manera de afrontar el diseño del edificio es diferente, hay un cambio, no se plantea una búsqueda de certificaciones sostenibles, sino una sostenibilidad real del propio edificio. Para ello, han desarrollado en una primera fase en formato digital un modelo virtual del edificio (como un gemelo digital).
A través de metodología BIM ha posibilitado la integración transversal en un formato de trabajo colaborativo que ha permitido integrar todo el conocimiento y experiencia de los expertos que han colaborado de las múltiples empresas que componen el grupo, escuchando las necesidades y dando respuestas reales (desde el diseño, fabricación, construcción mantenimiento y uso) con el objetivo de definir un modelo de Edificio Piloto Tecnológico Sostenible (EPTS), ajustándose a precios de construcción de mercado.
El objetivo del proyecto es ser un modelo repetible y escalable de cara a un futuro cercano y ofrecer viviendas sostenibles durante todo su ciclo de vida y a un coste ajustado. Para ello se ha utilizado un diseño sistematizado concretado en un edificio de seis plantas más ático y 65 viviendas. Este módulo base puede crecer en altura o repetirse en módulos yuxtapuestos dando lugar a edificios de mayor tamaño.
El diseño empleado ha tenido en cuenta los requerimientos normativos contemplados en la mayoría de las ordenanzas actuales. No se han implantado terrazas ni se ha tenido en cuenta el bajo rasante, ya que ambos temas se deberán personalizar atendiendo a las necesidades normativas del solar concreto donde se implante este edificio en la fase posterior.
¿Qué tecnologías se han implantado? Entre las medidas activas están la aerotermia de alta eficiencia para producción de agua caliente y climatización por suelo radiante refrescante. Otro aspecto son paneles fotovoltaicos para cubrir como mínimo la demanda eléctrica de la aerotermia y de los espacios comunitarios que utilizan iluminación Led con control de presencia.
La reducción de la huella hídrica con equipos de reducción del consumo del agua y con recuperación de aguas de lluvia y grises es otra de las medidas. También se han aplicado tecnologías para la mejora de la calidad del aire en las viviendas con sistemas de ventilación de doble flujo con filtros que purifican el aire y recuperan el calor. Por último, control y gestión de instalaciones y de las condiciones del edificio y propuesta de micro aerogeneradores dependiendo de la ubicación del edificio real.
En cuanto a las medidas pasivas destacan: el gran aislamiento de la envolvente para reducir la demanda energética; diseño sistematizado con elementos industrializados para reducción de residuos, de empleo de agua, y mejorar la circularidad de los elementos constructivos. Baños, cocina y fachada; optimización del diseño de soluciones constructivas para reducir costes de elementos que no aportan valor y mejorar el mantenimiento; emplear materiales con baja huella de carbono con calidades similares (pinturas ecológicas y alicatados con vidrio reciclado) y vegetación en cubierta para mejorar la calidad del aire en el entorno.
Ajustar el presupuesto real del edificio a un coste sobre rasante de 1.100 a 1.200 euros/m2
La segunda fase del proyecto se basa en la implantación de tres edificios piloto reales. Tras ajustar el presupuesto real del edificio (PEC) a un coste sobre rasante de 1.100 a 1.200 euros por metro cuadrado, actualmente se ha pasado a la implantación en tres edificios reales en zonas de climatología diferente.
El grupo de trabajo está en conversaciones con promotores sensibles con la sostenibilidad de sus promociones para que en el solar de su propiedad que propongan, y en el que sea viable, se personalice este EPTS en sistema colaborativo con los integrantes del equipo actual del proyecto y otros constructores que quieran participar. El compromiso es fijar el precio, y con las pautas del EPTS, trabajar para encajarlo. El objetivo a medio plazo es fomentar la creación de hogares sostenibles, eficientes, inteligentes, y conectados con sus usuarios.
40% del consumo de la energía
La construcción representa en Europa el 40% del consumo total de energía y el 36% de las emisiones de CO2. También es responsable de un tercio del consumo de agua y de los residuos generados. Aproximadamente el 75% del parque edificatorio de la UE es ineficiente desde el punto de vista energético. En España, cerca del 45% de los edificios fueron construidos antes del año 1980 y por lo tanto sin contar con ningún tipo de normativa de eficiencia energética.
Más del 81% de estos edificios obtienen una certificación energética E, F o G, en términos de emisiones. El objetivo global de las actuaciones es reducir al menos un 30% el consumo de energía no renovable en los hogares y bajar la demanda de calefacción y refrigeración como mínimo un 7%. La vía más efectiva para alcanzar los umbrales exigidos en el marco del PRTR es actuar sobre la envolvente del edificio. Pero, dado que el 50% de todos los recursos mundiales se destinan a la construcción, esta estrategia de rehabilitación ha de ser lo más eficiente posible.
Es aquí donde la industrialización puede marcar la diferencia reduciendo ese porcentaje. Hablar de industrialización, requiere cambiar la mentalidad y pensar en procesos, dejamos de construir para pasar a fabricar y ensamblar.