La mayor ola de contagios de Covid-19 desde que empezó la pandemia continúa castigando a China. El gobierno ha decidido volver a imponer confinamientos en varias ciudades del país, a pesar del frenazo económico que ello supone. Para intentar contrarrestar el daño al crecimiento, las autoridades han decidido suavizar las condiciones de las hipotecas del país, un movimiento con el que pretenden dar un empujón a la demanda inmobiliaria.
No hay que olvidar que el sector es uno de los más importantes para el motor económico chino, y desde hace meses está atravesando una crisis por el elevado endeudamiento de las grandes promotoras del país, como Evergrande.
El domingo, el Banco Popular de China (el banco central) anunció un nuevo recorte en los intereses hipotecarios para algunos compradores. A partir de ahora, los bancos podrán reducir en 20 puntos básicos el interés mínimo de sus hipotecas para compradores de nueva vivienda. Según el comunicado que firmó el banco central y la Comisión Reguladora de los Seguros y el Sector Bancario, la decisión está orientada a aumentar la demanda y promover "un desarrollo estable y saludable del mercado inmobiliario".
No es la primera vez que las autoridades chinas tratan de dar un empujón al sector inmobiliario. En el primer trimestre de este año los bancos ya redujeron los intereses de sus hipotecas, después de que las instituciones del gobierno les presionaran para tratar de reactivar un sector que está atravesando problemas de liquidez, y de solvencia por parte de los promotores.
Los datos son innegables: la última publicación del banco central chino, el pasado viernes, mostró cómo los nuevos créditos bancarios crecieron al ritmo más bajo de los últimos cuatro años. ocurrió durante el mes de abril, un periodo que ha estado marcado por las nuevas restricciones por parte del gobierno, orientadas a frenar los contagios de Covid.
El problema al que se puede enfrentar ahora el gobierno es que no tiene todo en su mano: bajar los intereses no tiene por qué ser sinónimo de una subida de la demanda en las circunstancias actuales, y más teniendo en cuenta que las autoridades han exigido a los bancos que mantengan los préstamos impagados en sus libros, algo que podría hacer que muchas entidades duden a la hora de conceder nuevos préstamos.
"En los confinamientos los bancos suelen aumentar su aversión al riesgo", explican desde ING, y reconocen que "en las circunstancias actuales, los bancos son reacios a dar nuevos préstamos, ya que eso supondría aceptar el riesgo de nuevos impagos si los confinamientos continúan", señalan.
Ahora, China es uno de los pocos países que está llevando a cabo una política económica y monetaria contraria a la de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo: mientras estos organismos reducen los estímulos para frenar el crecimiento de la inflación, en China demuestran estar más preocupados por el estancamiento económico.