El Servicio de Estudios de BBVA ha revisado las previsiones de crecimiento de la economía valenciana para 2018 y 2019: las sitúa en el 2,7% este año -frente al 3% esperado a principios de año- y en el 2,3% en 2019 -frente al 2,7% inicial-. Rafael Doménech, responsable de Análisis Macroeconómico de la entidad, explica que esta desaceleración se debe a una combinación de factores internos y externos, entre los que destacó la inestabilidad política, el impacto de la crisis catalana -que ha costado 3 décimas de crecimiento a la Comunitat Valenciana-, el 'Brexit', las medidas orientadas al proteccionismo en el comercio mundial, la subida del precio del petróleo y la desaceleración general en las principales economías del mundo.
A pesar de esta revisión a la baja, la región continuará creando empleo: en concreto, 110.000 nuevos empleos entre el final de 2017 y el de 2019, de manera que la tasa de paro se reduciría hasta el 12,6%, según se recoge en el informe 'Situación Comunitat Valenciana', presentado por Rafael Doménech, y David Conde, nuevo director de la Territorial Este de BBVA. "Aunque el mercado laboral se está desacelerando levemente, se mantiene muy dinámico, con una tasa de crecimiento internanual de la afiliación a la Seguridad Social del 3,4% en el mes de septiembre", destaca.
Según BBVA Research, la evolución al alza de la economía valenciana "se explica por el buen comportamiento de la inversión, y se produce a pesar del menor crecimiento del consumo privado y del turismo. Así, la inversión en equipo y no residencial se ha acelerado en lo que va de año y la construcción residencial también mantiene su dinamismo, aunque este comportamiento no se ha trasladado aún a un aumento de los precios de la vivienda. También el sector público ha aprovechado la recuperación económica para impulsar tanto el gasto como la inversión".
Por el contrario, "el consumo privado ha empezado a mostrar síntomas de desaceleración, por el progresivo agotamiento de los factores que empujaron la demanda doméstica en los últimos años. Además, el sector turístico está experimentando crecimientos menores que el año pasado. A esto se añade el freno en las exportaciones no energéticas por la caída en el sector automotriz, en particular hacia Reino Unido.
El balance global del banco, es positivo para la región. "A pesar de los síntomas de desaceleración, continúa la recuperación global que debería impulsar las exportaciones y contribuir a mantener la mejora de la inversión productiva. Junto a ello, la política monetaria seguirá siendo expansiva también durante este bienio, y es de prever un proceso de normalización lento y que los tipos de interés del BCE no empiecen a aumentar hasta la segunda mitad de 2019. Este tono expansivo de la política monetaria seguirá impulsando la construcción residencial. En el ámbito de la política fiscal, los Presupuestos Generales del Estado de 2018 son expansivos, de manera que la política fiscal es procíclica, por lo que las perspectivas sobre la evolución de la demanda interna son positivas para el segundo semestre del año".
"Agotamiento de la demanda"
Sin embargo, el incremento de la demanda interna podría ser menor que en años anteriores. Esto se debería, en primer lugar, al agotamiento del empuje ligado a la "demanda embalsada" durante la crisis, así como la pérdida de tracción de los vientos de cola que venían impulsando la actividad, lo que tiende a desacelerar el consumo de los hogares. En segundo lugar, distintos factores, como el incremento de precios y la mejora de la seguridad en destinos competidores, podrían continuar ralentizando la recuperación en el sector turístico, según el estudio.
"Finalmente, aunque parece atenuarse la tensión política en Cataluña, algunos indicadores, como la afiliación, sugieren que el efecto negativo perdura, lo que podría afectar a la economía valenciana en mayor medida", señala.
El informe recoge que "la composición que se prevé del crecimiento para España es menos virtuosa, con un mayor protagonismo del consumo, tanto público como privado, y de la inversión en construcción, pero con un menor crecimiento de las exportaciones e inversión en maquinaria y equipo".
Fuera de España, "un aumento adicional del precio del petróleo, el desenlace del proceso de negociación del brexit, el incremento de la prima de riesgo en Italia, el aumento de las tarifas arancelarias o un menor crecimiento en la UEM podrían inducir una desaceleración del crecimiento del PIB regional. Frente a esto, BBVA Research estima que la política monetaria podría permitir unos tipos de interés bajos durante más tiempo del previsto y un euro más depreciado que apoye las exportaciones".
Nivel del PIB precrisis
BBVA Research prevé que, si se cumple el escenario planteado para la economía valenciana, la región podría completar seis años con un crecimiento anual promedio del 2,8%, cinco décimas por encima del crecimiento promedio desde 1981.
Aunque al final del bienio se vaya a recuperar el nivel de PIB absoluto y per cápita previo a la crisis, el empleo se encontrará todavía unos 6 p.p por debajo del máximo alcanzado en la anterior época expansiva. La Comunitat Valenciana encadenaría seis años de crecimiento económico, pero con "diferencias significativas" en el ritmo de recuperación del empleo, con mayor dinamismo en las áreas urbanas y el sur de la región, mientras que el norte está todavía lejos de los niveles precrisis.
En este sentido, BBVA Research apunta que es necesario seguir incidiendo en políticas que ayuden a reducir más rápidamente la tasa de desempleo y la temporalidad, y a incrementar la productividad del factor trabajo. "Así, es necesario aprovechar las oportunidades de la revolución digital, con políticas que suavicen la transición, amortigüen los costes y potencien los beneficios. Para ello, es preciso continuar impulsando la mejorara del capital humano, la atracción de talento, la rápida adopción de nuevas tecnologías en el sector privado y público, y el incremento del tamaño medio de las empresas", subrayó Domenech.