Valencia
La industria azulejera de Castellón capeará el tsunami que ha supuesto la proliferación del coronavirus en 2020 mejor de lo previsto inicialmente. Según los datos de la última encuesta de coyuntura de la patronal Ascer, la previsión para el cierre de año se sitúa en una caída del 3%.
Los datos de Ascer fueron incluidos en la presentación online del estudio "Fabricantes de baldosas: una revisión del sector pre-Covid19 y el futuro pospandemia" del Observatorio de Mercado del Instituto de Tecnología Cerámica (ITC).
La cifra ratifica los datos de algunos de los grandes fabricantes, como los del grupo británico Victoria, dueño de Keraben y Saloni, que tras el parón obligado por el confinamiento han puesto sus hornos a toda máquina desde el verano para hacer frente a los pedidos.
La propia patronal, muy crítica con la obligatoriedad de parar, estimaba a principios de septiembre que las ventas se reducirían un 10%. Antes de la pandemia, las previsiones para 2020 del sector esperaban un incremento del 3% en el negocio.
El azulejo español, que concentra más del 95% de su producción en la provincia de Castellón y el mayor productor de Europa, alcanzó unas ventas de casi 3.760 millones de euros en 2019, con una producción de 510 millones de metros cuadrados.
El informe presentado destaca una tendencia a una mayor compra a terceros por parte del sector, sin transformación del producto, de forma que las empresas se centran más en la comercialización y externalizan la producción a fabricantes especializados en formatos o composiciones, según un comunicado del propio ITC. Frente al 53% de empresas que reconocían estas compras a terceros en 2011, el porcentaje asciende al 85% en 2019.
Más madera
El informe también destaca que los diseños que imitan a maderas se han impuesto en las tendencias y supusieron el 31% de las ventas el año pasado.
En el caso de los formatos, las grandes dimensiones ganan cuota frente a los tamaños medios.