
Los dos mayores productores de azulejo del continente, con sede en Castellón, tienen en marcha ambiciosos proyectos para aumentar su capacidad y ampliar su distancia.
En la última década los dos mayores fabricantes de azulejos de España, Pamesa y STN, han iniciado una carrera por ganar tamaño y volumen productivo. Una estrategia que ya les ha convertido en los dos mayores fabricantes de baldosas cerámicas de Europa, por delante de los tradicionales rivales italianos. Los dos grupos de Castellón se han convertido en grandes protagonistas de un proceso de concentración de esta industria, en un momento en que el sector español incluso frena la producción en su conjunto.
Pamesa, el grupo propiedad de Fernando Roig, socio también de Mercadona que preside su hermano Juan, se ha afianzado en los últimos años como el séptimo productor mundial de pavimentos y revestimientos cerámicos y el primero de Europa, según el ranking que anualmente elabora la publicación especializada Ceramic World Review. El año pasado, tras incorporar otra empresa más a su conglomerado industrial, el fabricante de Vila-real Keramex, su producción alcanzó los 80 millones de metros cuadrados. Un volumen que supone multiplicar casi por cuatro la fabricación que el grupo con sede en Almassora tenía en 2007. Durante estos años Fernando Roig ha sumado a su holding cerámico marcas y factorías históricas de la provincia de Castellón, como Navarti y TAU, además de crear nuevas enseñas para adaptarse a distintos nichos de mercado, como Ecoceramic o Geotiles.
Competencia en casa
El único fabricante europeo que por el momento es capaz de seguir esa estela es otro grupo castellonense, STN Group. El holding del empresario Ricardo Aparici Miralles fue uno de los que supo aprovechar como una oportunidad la anterior crisis financiera. Al igual que Pamesa inició una carrera por ganar músculo productivo que le ha llevado a situarse como el noveno fabricante mundial. Si en 2016 su producción se situaba en 51 millones de metros cuadrados, el año pasado se situó en 73,1 millones de metros cuadrados, sin llegar al 100% de su capacidad, que se situaba en 76 millones de metros de baldosas.
El grupo de la familia Aparici ha basado su desarrollo, que le ha llevado a alcanzar los 325 millones de euros, tanto en el crecimiento orgánico, con la ampliación de sus líneas en su factoría de Cerámica Nulense, como en la adquisición de la quebrada Alaplana en 2014 y de la antigua planta de Zirconio, aunque en este caso como centro logístico. Además, ha sido una de las azulejeras que más éxito ha tenido con el crecimiento en el canal del bricolaje.
Los fuertes crecimientos en volumen de ambos grupos durante los últimos años contrastan con la tendencia de una ligera contracción de los fabricantes españoles en su conjunto. Tras estancarse la producción total del sector en 2018, el año pasado las factorías españolas produjeron en su conjunto 510 millones de metros cuadrados, un 4% menos. Es decir, Pamesa y STN ya representan tres de cada diez metros cuadrados de baldosas made in Spain.
Una tendencia que ambos gigantes quieren reforzar aún más en 2020 y 2021 pese a la coyuntura generada por la pandemia del Covid. Entre los dos suman proyectos de inversión en cartera por importe de 150 millones de euros para mejorar y ampliar sus capacidades productivas a corto y medio plazo.
La actuación que por sí sola aportará más volumen es la construcción de una nueva factoría azulejera por parte de STN en Moncofa (Castellón), muy cerca de la que ya tiene Alaplana en Xilxes. El segundo fabricante europeo prevé destinar un total de 80 millones de euros a una instalación que tendrá una capacidad productiva de 19,8 millones de metros cuadrados al año en principio para su marca Keratile. La mayoría de las obras de la primera fase de la nueva fábrica de Cerámica Tessany ya están finalizadas y de hecho los dos primeros hornos ya se encuentran en periodo de pruebas y arranque. La segunda fase prevé instalar otros dos hornos para alcanzar la capacidad total prevista.
En cuanto a Pamesa, el conglomerado formado por Fernando Roig centra su esfuerzo inversor fundamentalmente en asegurar el abastecimiento de materia prima para garantizar su crecimiento. Para ello el grupo tiene en marcha inversiones por 70 millones de euros destinadas a crear dos centros de almacenamiento y logísticas de las arcillas que pasan por sus hornos. Uno de los centros se ubicará en Onda mientras que para el otro ha adquirido cerca de 150.000 metros cuadrados junto a la factoría de TAU en Castellón.
El grupo también invirtió 15 millones de euros el año pasado en energía solar fotovoltaica para reducir su factura energética y completar también su actividad de generación eléctrica en la que está presente a través de sus plantas de cogeneración. Además, amplió su capacidad logística con un nuevo almacén en Almassora.
Pero el gran golpe de mano de Fernando Roig llegó poco antes de la pandemia, con el acuerdo para adquirir el 50% de Argenta Cerámica y su comercializadora Cifre. Una operación que acaba de recibir el visto bueno de Competencia y que permite al holding de Roig consolidarse también como el primer grupo español en facturación, por delante de Porcelanosa. Pamesa cerró 2019 con unos ingresos de 704 millones, mientras que Argenta y Cifre sumaron unas ventas de 280 millones, frente a los 850 millones de Porcelanosa, que se dirige a una gama de precio más elevado e incluye también otros negocios como mobiliario o grifería.
Aunque en principio la actividad de Argenta y Cifre no se consolidará en las cuentas de Pamesa, ya que los otros socios, José y Enrique Cifre, mantendrán la gestión independiente, la operación permitirá integrar sinergias para ahorrar costes en aspectos como el suministro de materias primas o energía. Esa unión concentra el 23,5% de toda la producción azulejera española y con STN roza el 38%.