Transportes

¿Hay razones para comprar hoy un vehículo eléctrico?

  • Para que sea rentable hay que superar los 300 kilómetros a la semana
Foto: Archivo.

¿Merece la pena comprar un coche eléctrico hoy en día? Son muchas las dudas que se presentan ante el cliente que se plantea una operación de este estilo, que en España son el 57%, según los datos que maneja la consultora estratégica. Actualmente, existen barreras como el precio o la falta de infraestructuras que aún nos echan para atrás, por no hablar de la autonomía de los motores eléctricos que para muchos sigue siendo insuficiente.

Sin embargo, ¿cuándo empieza a ser rentable haber comprado un coche eléctrico? Según un estudio realizado recientemente y presentado por la consultora estratégica IBC & Partners a Aedive (Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico), tendremos que superar la barrera de los 300 kilómetros semanales, esto supondría superar un mínimo de 15.500 kilómetros al año para que sea rentable.

Para poder apoyar con más razones este escenario, la consultora especializada en el sector de automoción presenta cinco de las razones más importantes que hacen de la compra de un vehículo eléctrico algo interesante, considerando la situación actual de infraestructura y de la reciente liberalización del gestor de carga:

El gasto en combustible. Un coche eléctrico no requiere, obviamente, combustible, pero sí una recarga de su batería en la red eléctrica y como consecuencia, tiene un coste. Este puede ser de 1,2 euros cada 100 kilómetros si utilizamos como referencia la tarifa nocturna, mientras que un coche de combustión interna (ya sea diésel o gasolina) requiere no menos de 6 euros por la misma distancia.

La autonomía ya no es tanto problema. La autonomía de los vehículos eléctricos actuales está aumentando paulatinamente. Ya es muy habitual encontrar en la oferta de 2019 varios fabricantes que anuncian superar la barrera de los 400 kilómetros de autonomía con una sola carga, superando así en 100 kilómetros la barrera de los 300 kilómetros semanales que se había señalado inicialmente como barrera de decisión. Esto significaría realizar únicamente una carga por semana (400 kilómetros) por algo menos de 5 euros de coste a la semana, frente a un mínimo de 25 euros para la misma distancia en los propulsores tradicionales. Hay que tener en cuenta que en la actualidad hay 750.000 puntos de recarga en el mundo, donde España aporta una pírrica cifra en torno a 6.000 puntos, cifra que por supuesto no será así permanentemente. Hay que tener en cuenta que en pocos años también será posible afrontar viajes largos, por el inminente aumento de puntos de recarga en la Unión Europea.

El tiempo de recarga no es un problema. Prácticamente todos los coches eléctricos ofrecen hoy en día la posibilidad de una recarga rápida de sus baterías que nos permitirá disfrutar del 80% de su capacidad (de la autonomía anunciada por el fabricante), como mínimo. En la actualidad la recarga suele durar unos 30 ó 40 minutos, periodo de tiempo que se irá reduciendo con la proliferación de los súper cargadores. Los Vehículos Eléctricos (VE) hoy en día podemos decir que ya no solo son urbanos y eso lo saben bien quienes los conducen, los conocen y hacen largas distancias con ellos. Pero ante esta crítica habitual, hay que entender la nueva movilidad eléctrica, ya que, por ejemplo, un vehículo eléctrico con una batería de 60 kWh, por ejemplo (con autonomía hasta unos 400 kilómetros) necesita unas 16 horas para cargarse desde la descarga total hasta su máxima capacidad, con los 3,7 kilowatios de un punto de carga vinculada. Pero para circular toda la semana por la ciudad no es preciso cargar cada día la batería al completo en un punto de carga vinculada, ya que habitualmente un usuario no suele hacer normalmente más de 50 km (~8 kWh) cada día en sus desplazamientos urbanos. Si fuera necesario más carga, actualmente una carga rápida resuelve esta situación, llegando al 80% de su capacidad de carga de la batería en solo unos 30 minutos.

Un menor mantenimiento para el coche eléctrico. El mantenimiento que requiere un coche eléctrico es menor al de un vehículo convencional, ya que tiene aproximadamente una estructura de movilidad con un 60% menos de piezas. Según afirma esta consultora, mantener un vehículo eléctrico puede ser hasta un 56% más económico que uno de combustión interna.

La contaminación. Un coche eléctrico contamina mucho menos que uno de combustión, ayudando a mejorar la calidad del aire que respiramos. Además, estos vehículos se benefician de no tener que cumplir las restricciones anticontaminación presentes en muchas ciudades, además de disfrutar de las ventajas en las bonificaciones existentes en las zonas de aparcamiento regulado.

¿Son razones suficientes para poder considerar la nueva compra de su vehículo, uno con propulsión eléctrica?

Quisiera terminar, lanzando cinco cuestiones interesantes, a quien corresponda. Estas son:

Primera.- El Gobierno de España debería tomarse en serio nuestra situación actual. Tenemos el segundo parque de vehículos más longevo de Europa, cercano a 29 millones de vehículos, solo superado ahora mismo por Grecia en la Unión Europea. ¿Podría el nuevo Gobierno ligar la fiscalidad del automóvil y las futuras subvenciones de ayuda a la matriculación de vehículos eléctricos (como el ineficiente plan actual de incentivos a la movilidad Moves) a un plan de achatarramiento de vehículos contaminantes de más de 10 años, y que sea a largo plazo?

Segunda.- La mayoría de los fabricantes globales que están presentes en el mercado europeo ya han anunciado que la producción en 2025 será al menos un 25% con propulsión eléctrica. Con este escenario, en España tendríamos que alcanzar una producción de vehículos eléctricos cercana a las 750.000 unidades. ¿Están las 17 plantas de producción españolas preparadas para este objetivo, en los futuros nuevos modelos de los fabricantes, con plantas de producción en nuestro país?

Tercera.- ¿Tenemos en nuestro país, con este nuevo escenario de producción global, garantizada la producción y/o suministro de las suficientes baterías eléctricas, para poder garantizar esta producción domestica?

Cuarta.- Ligada a la cuestión anterior: ¿Se podrá garantizar la posición de liderazgo como segundo productor de automóviles europeo, y octavo en el mundo?

Y finalmente y extremadamente importante para nuestra economía. ¿Se podría mantener el empleo directo e indirecto en España (algo más de 1.800.000 empleos), y como consecuencia la cifra de negocio y su aportación en porcentaje del sector de automoción al PIB en España?

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