
La oleada de retrasos que sacudió al sector aéreo en 2018 ha pasado una factura de más de 1.520 millones de euros a las aerolíneas de Europa. El grupo Lufthansa, uno de los más afectados por la congestión, ha reconocido un impacto de 513 millones. No en vano, Alemania es uno de los países más afectados por la falta de controladores aéreos y de capacidad (Karlsruhe lidera cada mes el ranking) y la aerolínea con los mayores retrasos en sus 734 vuelos promedio diarios fue Eurowings, filial de gigante germano.
A falta de que otras compañías publiquen sus datos, el presidente de Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Javier Gandara, aseguró que "cada minuto de retraso en un vuelo supone un coste de 70 u 80 euros para las compañías, y eso suponen muchos euros de impacto". Según los datos de Eurocontrol, en 2018 hubo una media de 51.862 minutos de retraso diarios, lo que implican casi 19 millones de minutos de retrasos en ruta en todo el ejercicio. A 80 euros por minuto, el impacto asciende a 1.500 millones. Los problemas de congestión en Europa afectan sobre todo al corto radio y a los vuelos que tienen que atravesar Alemania y Francia.
ALA denuncia que 2018 se ha cerrado con una media de retrasos de 1,72 minutos por vuelo (ha habido unos 11 millones de vuelos en 2018), un ratio que se va a duplicar en 2018, según Eurocontrol, hasta los 4 minutos por la falta de personal y la saturación de los corredores. En este punto, el organismo está llevando a cabo una serie de medidas para tratar de reducir a 2,9 los minutos el retraso medio por vuelo. Por ejemplo se van a desviar unos 1.000 vuelos diarios para que no pasen por Alemania y Francia, lo que implica trayectos más largos y menos eficientes.
En este punto, el sector aéreo ha solicitado que se cambie la ley 261/2004 que les obliga a pagar la manutención y alojamiento de los pasajeros afectados por retrasos y cancelaciones. Así, piden compartir la responsabilidad con los aenas y enaires de Europa, que "son los responsables" de gran parte de las contingencias.
En cuanto a 2019, el sector prevé una ralentización del crecimiento al 2,5% en España (4,6% en 2018) por los problemas de capacidad, el resurgimiento de otros destinos y las medidas que la aerolíneas han tomado para mitigar los efectos de la congestión. Tienen más aviones de reserva y han aumentado los tiempos bloque de los vuelos por lo que necesitan más flota y personal para realizar la misma producción. Así, exigen a medidas para flexibilizar la actividad como un cielo único europeo.