
La pérdida de puntualidad se ha convertido en un verdadero problema para las aerolíneas europeas. Tras un verano de récord con más del 40% de los vuelos retrasados por el caos en el tráfico aéreo y la falta de controladores, la operativa no termina de normalizarse y sólo en septiembre la media de vuelos que han registrado un retraso superior a los 15 minutos se ha incrementado un 46,2%.
En esta línea, el 35% de los vuelos de Barcelona salieron con retraso en octubre frente al 21% de 2017 y en Mallorca los retrasos han subido seis puntos en un año. Una situación que además afecta a las cuentas de las aerolíneas por el creciente gasto en indemnizaciones y atención a los pasajeros.
Ante el aumento de la impuntualidad por la falta de capacidad en el espacio aéreo, las aerolíneas han vuelto a la carga para que Europa cambie las políticas de compensación a los pasajeros por incidencias (cancelaciones o retrasos) al considerar que "están desfasadas" y muy por encima de la realidad del sector. "Las indemnizaciones que fija la normativa no son justas. Son más altas que el precio que se paga por el billete", aseguró el consejero delegado de Lot Aerolíneas Polacas, Rafael Milczarki, en la cumbre que celebró IATA en Madrid la semana pasada.
Así, la asociación Airlines for Europe (A4E), de la que forman parte IAG, Ryanair, Lufthansa, easyJet o Norwegian, está en conversaciones con la Comisión Europea para conseguir que se modifique la actual regulación de los derechos de los pasajeros (el reglamento 261/2004) y se clarifiquen o redefinan cuestiones relacionadas con su aplicación, explican fuentes de la asociación.
Por ejemplo, las aerolíneas están negociando con la Comisión que se clarifique qué se consideran "circunstancias extraordinarias" y cuándo se debe pagar a los pasajeros. "Es extremadamente importante que este reglamento se actualice a corto plazo para que las reglas sean más claras, más justas y más transparentes, tanto para las aerolíneas como para nuestros pasajeros", aseguran desde A4E.
Un punto en el que coinciden con las agencias de reclamación como Flightright, que, por su parte, exigen que se incluyan en el mismo "las interpretaciones que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha hecho", explica Laure Marc Martínez, Marketing Manager Internacional de Flightright y portavoz de la compañía en España.
En concreto, la firma pide que el texto de la normativa recoja el derecho del pasajero a ser indemnizado económicamente en caso de retrasos superiores a las tres horas, tal y como determinó el Tribunal de UE en 2009 cuando falló a favor de la familia Sturgeon, que reclamó una indemnización a la aerolínea Condor Flugdienst.
Desde la Comisión Europea reconocen que la revisión de la normativa lleva parada desde noviembre de 2015 y aseguran que "acogen positivamente los impulsos" que la industria está realizando ahora para avanzar en este dossier. Asimismo, fuentes de la CE aseguran que urgen al Consejo y al Parlamento a "avanzar en el proyecto cuanto antes".
Recalcular las compensaciones
Aunque en las negociaciones todavía no se ha puesto sobre la mesa de forma oficial la posibilidad de rebajar la cuantía de las indemnizaciones que se pagan a los pasajeros por retrasos o cancelaciones ni el reparto de las responsabilidades entre los distintos actores, ambas reclamaciones están en la agenda de las aerolíneas. Y es que, tal y como explican desde A4E, "la feroz competencia" ha rebajado más del 50 por ciento el precio de los billetes en los últimos doce años lo que resulta en que "los pasajeros reciban más dinero en compensación de lo que originalmente pagaron por sus billetes en caso de retraso", aseguran. Así, si una familia de cuatro miembros se gastó 50 euros por cada billete (200 euros en total), en caso de retraso recibirán 2.000 euros.
"Es justo reconocer que los niveles de compensación actuales que se establecieron en el momento de la implementación del reglamento inicial en 2004 ya no reflejan las condiciones actuales del mercado", sentencia la asociación.
En esta línea, el presidente de Iberia, Luis Gallego, explicó durante la jornada organizada por IATA que es necesario "revisar las compensaciones a los pasajeros en caso de incidencias. Creemos que no están calculadas o calibradas. Hay que proteger al cliente pero también hay que actualizar el reglamento 261/2004 porque no tiene en cuenta la realidad actual del sector".
En líneas generales, las aerolíneas defienden el derecho del pasajeros a ser atendido y a tener un transporte alternativo pero critican la alta cuantía de las indemnizaciones y el hecho de que sean siempre ellas las que tengan que pagar cuando muchas veces los retrasos "son responsabilidad del control aéreo" o de los problemas climatológicos. "Hay que pagar en los casos en los que haya habido un perjuicio real pero de forma equilibrada y siempre que sea culpa de la aerolínea.
Hay que compensar el billete pero lo más proporcionalmente posible", explican fuentes del sector. A su vez, denuncian que hacerse cargo de todo (comida incluida) supone un coste creciente para las aerolíneas, como Vueling, que finalmente repercute en el precio del billete.