
La flota mundial de vehículos eléctricos se multiplicará por más de tres hasta alcanzar los 13 millones de unidades en los dos próximos años. En 2017 el total de vehículos eléctricos fue de 3,7 millones de coches registrados, según un informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE). Las ventas podrían aumentar un 24% anual en promedio hacia 2030.
Las conclusiones del informe muestran la velocidad a la que el sistema de transportes del mundo está cambiando hacia fuentes de energía más limpias, a medida que los gobiernos se esfuerzan por combatir la contaminación ambiental y el cambio climático, según la institución con sede en París.
Tesla y Nissan Motor fabrican algunos de los coches eléctricos más comunes hasta ahora, pero firmas como Volkswagen, General Motors y Audi han anunciado docenas de versiones de sus modelos impulsados por baterías, según destacan desde la agencia Bloomberg.
Las políticas públicas influyen
"La dinámica de los cambios políticos detrás del mercado de vehículos eléctricos movilizará inversiones en la fabricación de baterías, lo que facilitará reducir los costes y garantizará la producción a una escala que excede los niveles vistos hasta ahora", asegura Pierpaolo Cazzola, analista de energía y transporte en la AIE y uno de los autores del informe.
Se pueden extraer varias conclusiones del amplio informe. Primero que China seguirá siendo el mayor mercado. Los vehículos eléctricos representarán un cuarto del total de las ventas en China para 2030, frente al 2,2% del año pasado, según las estimaciones de la AIE. Aún así, más de la mitad de las ventas mundiales en 2017 se realizaron en China, seguido por Estados Unidos.
Otra hipótesis que se viene barajando desde hace tiempo es que se necesitará menos petróleo. Con una estimación de 130 millones de vehículos eléctricos para pasajeros en las vías hacia 2030, la AIE anticipa que serán necesarios 2,57 millones de barriles de petróleo menos por día. Eso equivale al consumo diario de Alemania actualmente.
Además, serán necesarias más gigafábricas, puesto que la demanda por baterías debería crecer en 15 veces hacia 2030. Eso implica que el mundo requiere de una mayor producción de plantas como la gigafábrica que el multimillonario Elon Musk, propietario de Tesla, está construyendo en Nevada, con una capacidad de baterías de 35 gigavatios por hora.
Los autobuses también cuentan
También los autobuses están siendo protagonistas. Según la AIE habrá 1,5 millones de buses eléctricos alrededor del mundo para 2030, frente a los los 370.000 registrados hasta el año pasado. De todos esos autobuses, China posee el 99%.
Este movimiento está desembocando en una reducción de la demanda esperada para combustible, porque un autobús con motor de combustión consume unas 30 veces más que un turismo convencional, de modo que el impacto en el consumo de los combustibles fósiles es 30 veces superior.
Por cada 1.000 autobuses eléctricos en circulación, se consumen unos 500 barriles menos de diésel de los que se hubieran consumido con vehículos con motor de combustión.
Se experimentando a nivel mundial un alza en la demanda de cobalto y litio. El cobalto y el litio son elementos clave para las baterías recargables que impulsan a los coches eléctricos, pero también a otros dispositivos electrónicos, como teléfonos y ordenadores portátiles. La demanda podría multiplicarse por diez, pero los avances tecnológicos y ajustes en la química de las baterías podría reducir este aumento significativamente.
Por ahora, las inversiones para la extracción de estos minerales crecen a un buen ritmo.