
Ryanair registró un beneficio neto de 820 millones de euros entre abril y junio, más que duplicando los 360 millones registrados un año antes. La compañía atribuye este repunte a una combinación de mayor tráfico, tarifas significativamente más altas y un control eficaz de costes. La cifra total de pasajeros creció un 4%, hasta 57,9 millones; mientras que sus tarifas medias subieron un 21%, hasta los 51 euros, impulsadas por el 'efecto calendario' al caer la Semana Santa en abril frente al año pasado, que tuvo lugar en marzo.
Los ingresos totales del grupo crecieron un 20%, hasta 4.340 millones de euros. De esa cifra, los ingresos por billetes representaron 2.940 millones, un 26% más, mientras que los ingresos auxiliares —como tasas por equipaje o asientos reservados— sumaron 1.390 millones, un 7% más que el año anterior.
En paralelo, los costes operativos aumentaron solo un 5%, hasta los 3.420 millones, gracias a una inflación de costes por pasajero contenida en el 1%. Este control se logró a pesar de acumular una subida del 16% en las tasas de navegación aérea y del aumento de los costes medioambientales por la paulatina retirada de derechos gratuitos de emisiones (ETS) y la aplicación de mandatos de biocombustibles (SAF) desde enero de 2025. En paralelo, cerró coberturas para el 85% del consumo de queroseno para este año a 76 dólares por barril, y el 36% del ejercicio 2027 por debajo de los 66 dólares.
Nuevos aviones y más inversión
La flota de la aerolínea asciende a 618 aviones y se ha incrementado en 25 Boeing 737-8200, hasta un total de 181. Estas aeronaves, más eficientes, permiten transportar un 4% más de pasajeros con un 16% menos de consumo de combustible y emisiones. En el trimestre pasado, Ryanair incorporó cinco nuevos aviones de este modelo y adquirió 30 motores CFM LEAP por 500 millones de dólares.
Hasta junio, Ryanair contaba con 4.400 millones de euros en caja bruta y 2.000 millones en caja neta, tras reembolsar deuda por casi 400 millones y destinar otros 600 millones a inversiones. En los próximos diez meses, la compañía hará frente a vencimientos de bonos por 2.100 millones, incluyendo uno de 850 millones en septiembre, sin tener que financiarse. Además, recompró 1,6 millones de acciones por valor de 39 millones de euros como parte de su programa de retorno al accionista.
De cara a su nuevo ejercicio fiscal, estrenado en abril y que finalizará el próximo marzo, Ryanair prevé transportar 206 millones de pasajeros, lo que supondría crecer un 3% respecto al año previo. Esta estimación se mantiene pese a los retrasos en las entregas de aviones por parte de Boeing, que ya han impactado en el tráfico del primer semestre.
La aerolínea espera que estas unidades pendientes lleguen antes del verano de 2026 y confía en comenzar a recibir el modelo MAX-10 a partir de la primavera de 2027, dentro de un pedido de 300 aviones que se completará hasta marzo de 2034.
Tarifas al alza por la estrechez del mercado
Durante este verano, el grupo operará más de 2.600 rutas, incluidas 160 nuevas, en un entorno de demanda robusta. La compañía está priorizando el crecimiento en aquellos países y aeropuertos que reducen tasas e incentivan el tráfico, y prevé que las restricciones de capacidad en el sector —por retrasos en entregas de aviones y problemas con motores— continúen hasta al menos el 2030.
En cuanto a la evolución del ejercicio, Ryanair anticipa que los ingresos por billete en el segundo trimestre crecerán menos que en el primero, al no contar con un efecto comparable tan favorable como el de abril. Aun así, espera recuperar casi por completo la caída del 7% en las tarifas que sufrió durante el segundo trimestre del año pasado.
La compañía asegura que la visibilidad sobre la segunda mitad del ejercicio es todavía muy limitada, y advierte de que el resultado final dependerá del comportamiento de las reservas en agosto y septiembre, así como de factores externos como posibles conflictos geopolíticos, la macroeconomía o nuevas huelgas de controladores aéreos.
Aunque aún no ofrece una guía concreta de beneficio neto para todo el ejercicio 2026, Ryanair confía en obtener un crecimiento razonable si logra compensar plenamente el retroceso tarifario del pasado año. La aerolínea irlandesa aspira a alcanzar los 300 millones de pasajeros anuales en 2034, con una estrategia basada en eficiencia operativa, flota de bajo coste, cobertura de combustible y fortaleza financiera.