
Ryanair cerró su ejercicio fiscal 2025 con un beneficio después de impuestos de 1.610 millones de euros, 310 millones menos que el año anterior, a pesar de haber transportado a un número récord de 200 millones de pasajeros y consolidarse como la primera aerolínea europea en alcanzar esa cifra en un solo año. La reducción del 7% en su tarifa media y el impacto de la inflación y los altos tipos de interés han lastrado sus resultados, que espera recuperar con un incremento de precios este verano.
Los ingresos totales del grupo aéreo (que integra a las aerolíneas Buzz, Malta Air y Lauda) aumentaron un 4%, hasta 13.950 millones de euros, aupados por un alza del 10% en los ingresos complementarios —como el pago por equipaje o la selección de asiento— que alcanzaron los 4.720 millones. En cambio, los ingresos por billetes apenas repuntaron un 1%, debido a la presión sobre las tarifas y a un entorno de consumo debilitado, especialmente en el primer semestre del año. A esto se sumó una Semana Santa que este año cayó fuera del primer trimestre contable.
La contención de costes ha sido clave para amortiguar el efecto de las tarifas más bajas. El coste operativo total aumentó un 9%, hasta 12.390 millones de euros, en línea con el incremento del tráfico, pero el coste por pasajero se mantuvo estable. Los ahorros derivados de las coberturas de combustible permitieron compensar parcialmente el aumento de los costes laborales y las ineficiencias provocadas por los retrasos en las entregas de Boeing.
Ryanair mantiene cubierto el 85% del combustible que utilizará en el actual ejercicio fiscal a un precio medio de 76 dólares por barril. Para el próximo año, la cobertura alcanza de momento el 36% a un precio inferior: 66 dólares. Según la compañía, estas coberturas ayudan a reducir el riesgo frente a la volatilidad del mercado energético.
A nivel financiero, el grupo cuenta con una de las posiciones más sólidas del sector. Al cierre del ejercicio tenía 4.000 millones en caja bruta y una posición neta de tesorería de 1.300 millones, pese a haber destinado 1.600 millones a inversión en flota y otros 1.500 millones a recompras de acciones. En total, Ryanair ha amortizado ya el 36% de su capital desde 2008. De cara a este año, prevé devolver con fondos propios cerca de 2.100 millones en bonos que vencen entre septiembre de 2025 y mayo de 2026.
La compañía ha anunciado además un nuevo programa de recompra de acciones por valor de 750 millones de euros que se ejecutará en los próximos 6 a 12 meses, así como el pago de un dividendo final de 0,227 euros por acción en septiembre, sujeto a aprobación.

Michael O'Leary, CEO del grupo Ryanair
El retraso en la entrega de aviones, una denuncia recurrente por parte de la aerolínea, limitará el crecimiento de tráfico en el nuevo ejercicio al 3%, con una previsión de 206 millones de pasajeros. Ryanair opera ya 181 Boeing 737-8200, que ofrecen más asientos y menor consumo de combustible, dentro de una flota total de 618 aviones, aunque sigue esperando a que el fabricante norteamericano ejecute las entregas pendientes.
En concreto, confía en que los 29 aparatos restantes de este modelo lleguen a tiempo para recuperar ritmo de crecimiento en el ejercicio 2026, que arrancó en abril. Además, espera recibir sus primeros MAX-10 en la primavera de 2027. Desde abril de 2024 y hasta ahora, la compañía irlandesa ha recibido 30 nuevos aviones y ha empezado a instalar winglets en sus Boeing 737NG para reducir el consumo energético.
De cara a este verano, la demanda se mantiene fuerte y las tarifas máximas están superando "moderadamente" las del año previo. Además, el resultado del primer trimestre fiscal (abril-junio) se verán beneficiadas por el efecto calendario, al caer la Semana Santa en abril, de manera que el crecimiento del precio de los billetes se situará por encima del 5%: "las tarifas del primer trimestre están en camino de terminar en un porcentaje medio-alto", reseña Ryanair en un comunicado.
La aerolínea ha puesto a la venta más de 160 nuevas rutas y para el segundo trimestre, la compañía confía en recuperar parte de la caída de precios registrada hace un año, aunque reconoce que la visibilidad es todavía limitada y que el resultado final dependerá de las reservas de última hora y de los ingresos del pico estival.
Entre los factores que motivan esta situación, apuntan a la escasez de aviones como factor limitante de la capacidad en Europa a corto y medio plazo, lo que podría contribuir a mantener la presión al alza sobre los precios. Ryanair confía en beneficiarse de esta situación y reitera su objetivo de alcanzar los 300 millones de pasajeros anuales en el ejercicio 2034.
Por otro lado, Ryanair ha levantado las restricciones a la compra de acciones por parte de inversores extracomunitarios, aunque mantiene las limitaciones de voto. Además, el consejo de administración también ha comunicado la próxima salida de Howard Millar, ex director financiero del grupo y consejero no ejecutivo desde hace nueve años.