Transportes y Turismo

La movilidad militar cobra fuerza ante el plan de rearme europeo

Traslado de tren militar entre Ronda (Málaga) y San Gregorio (Zaragoza). Cesare Sapienza

El nuevo escenario mundial que ha surgido tras la llegada de Donald Trump y la retirada de su condición de socio de los países europeos está provocando un plan de rearme acelerado del Viejo Continente. La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, presentó a principios de marzo una serie de propuestas para elevar el gasto en Defensa en la Unión Europea, valorado en unos 800.000 millones, y que bajo el nombre de 'Rearmar Europa' pretende garantizar la seguridad continental ante la pinza que ya han empezado a ejercer tanto Rusia como EEUU; sin dejar de lado a otros países poco amigos como China.

El instrumento diseñado por Bruselas incluye 150.000 millones en préstamos a los Estados Miembros para la inversión en defensa, planificando adquisiciones conjuntas, aumentando la interoperabilidad y elevando la producción industrial en los países miembros. El plan, que espera movilizar al Banco Europeo de Inversiones (BEI) y a capital privado, pone el foco en elevar las capacidades defensivas de los países en ámbitos como la defensa aérea, antimisiles, sistemas de artillería, misiles, munición, drones, sistemas antidrones o defensa del ciberespacio.

Pero en el discurso de Von der Leyen se coló otro elemento que se ha vuelto a demostrar fundamental durante la guerra de Ucrania: la movilidad militar. Esta se refiere a la capacidad de las fuerzas armadas para trasladar tropas, equipos y suministros de manera rápida y eficiente, tanto dentro de un territorio como a nivel internacional.

Su contexto incluye el uso de infraestructuras civiles y militares, así como la cooperación entre países para facilitar el movimiento de vehículos, barcos y aviones con fines estratégicos o logísticos. La defensa territorial es competencia de los 27 estados miembros de la UE, de los cuales 23 son también miembros de la OTAN (todos menos Austria, Chipre, Irlanda y Malta), un organismo cuyo futuro está ahora en duda tras las declaraciones de Elon Musk, asesor de Trump, donde cuestiona su existencia.

Militares revisando la carga de vehículos en plataformas ferroviarias. Cesare Sapienza
Militares revisando la carga de vehículos en plataformas ferroviarias. Cesare Sapienza

El General Robert Brieger, asesor militar de la jefa de la diplomacia comunitaria, Kaja Kallas, reconocía recientemente en una entrevista en Euroactiv la necesidad de mejorar la movilidad militar "para permitir el transporte rápido de tropas con material pesado en el continente", aunque para ello hará falta más financiación. También el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, reclamó que la facilitase en una reunión informal en febrero.

El plan europeo para mover tropas

En 2018, la Comisión Europea puso en marcha un primer Plan de Acción sobre Movilidad Militar para "garantizar un desplazamiento rápido y fluido del personal, el material y los medios militares, incluso con poca antelación y a gran escala, dentro y fuera de la UE". Dio lugar a un boceto de una red conectada, con tiempos de reacción más cortos e infraestructuras de transporte "capaces, seguras y resilientes".

Pero tras la invasión rusa de Ucrania, Bruselas rediseñó esta estrategia en 2022 y armó un segundo plan de acción donde incorporó nuevas medidas para que las fuerzas armadas pudieran desplazarse "mejor, más rápidamente y a escala suficiente" a través de las fronteras.

Entre estas medidas se incluían la necesidad de identificar posibles lagunas en la infraestructura; integrar el suministro de combustible en la cadena logística "para apoyar los movimientos a gran escala y con poca antelación"; digitalizar los procesos administrativos de logística aduanera y movilidad militar; proteger las infraestructuras de transporte de ciberataques; y maximizar las sinergias con el sector civil para mejorar los desplazamientos de tropas por vía aérea y marítima.

Lo hizo tras constatar que, por ejemplo, los tanques de un Estado miembro no fueron autorizados a desplazarse por un país vecino debido a que su peso excedía del límite establecido en las normas de circulación vial. En otro caso, un equipo militar no pudo alcanzar una base situada en el estado vecino porque el puente que los conectaba sólo soportaba tráfico ligero.

Varios militares se suben a un helicóptero en Ceuta durante un ejercicio en 2024. Europa Press
Varios militares se suben a un helicóptero en Ceuta durante un ejercicio en 2024. Europa Press

Pese a que las pretensiones iniciales pasaban por destinar 6.500 millones a esta cuestión, el presupuesto plurianual 2021-2027 de la Comisión acabó aprobando 1.690 millones de euros para el fomento de la movilidad militar. Este montante se concentró en años 2022 y 2023 para acelerar el rearme tras la invasión de Ucrania, pero eso limitó la posibilidad de seguir invirtiendo en años siguientes. La UE se ha abierto a incrementarlo para los siguientes años, sin aclarar la cuantía definitiva.

Al mismo tiempo, Bruselas incorporó el concepto de "infraestructuras de doble uso": buena parte de lo invertido en las últimas décadas en carreteras, vías férreas, puertos o aeropuertos mediante sus distintos mecanismos de financiación (Feder, Fondos de cohesión, Next Generation EU, etc.) pasaban a formar parte de la red física de transporte militar de la UE en caso de ser necesario, priorizando la financiación de aquellas que puedan ser utilizadas para desplazar a las tropas.

La burocracia retrasa los objetivos

Pero para el Tribunal de Cuentas Europeo, este plan "no va a toda velocidad por insuficiencias de diseño y obstáculos en ruta". Un primer análisis realizado para evaluar el primer presupuesto de 1.690 millones destinado a la movilidad militar concluye que el Plan de Acción que lo articula "carecía de bases suficientemente sólidas y que los avances hacia la consecución de sus objetivos han sido variables", ya que la Comisión "no realizó una estimación consistente de la financiación necesaria para alcanzar los objetivos fijados".

Asimismo, pone en duda la tan cacareada unión defensiva europea, al constatar que la mayoría de las acciones "no eran suficientemente operativas". También que los mecanismos de gobernanza de la movilidad militar en la UE son "complejos" por no existir un punto de contacto único, lo que dificulta que los ministerios de defensa "sepan quién hace qué" en relación con este asunto. Bajo todo este contexto, el TCE propone "diseñar con mayor precisión las acciones de movilidad militar de la UE", mejorar la selección de proyectos y predecir mejor la financiación necesaria.

Vehículo Leopardo del Ejército de Tierra. Manuel Arias H / BRIAC XII
Vehículo Leopardo del Ejército de Tierra. Manuel Arias H / BRIAC XII

Y dado que ya no hay fondos disponibles hasta 2027, propone utilizar convocatorias de transporte del Mecanismo 'Conectar Europa' para financiar otras infraestructuras de doble uso durante los próximos tres años, lo que a efectos prácticos supondría destinar recursos para la sociedad civil a nuevos usos militares, aunque sean compartidos.

Previendo estos cambios, la Comisión rediseñó en octubre de 2023 la nueva Red Transeuropea de Transporte, cuyo diseño se articula a través del reglamento RTE-T, incluyendo disposiciones para armonizar el transporte civil y militar, con especial foco en los centros logísticos y las infraestructuras de suministro de combustible.

España, todavía lejos

Pese a su carácter europeo, es inevitable visualizar el papel de España en este plan, más aún dadas las pretensiones del Gobierno de crear un nuevo 'campeón nacional' de defensa en torno a Indra. El TCE reconoce que la mayor parte de los proyectos de movilidad militar financiados por la UE se concentran en el este, dado que varios de estos países limitan con Rusia, Bielorrusia o Ucrania.

De los 1.690 millones presupuestados entre 2021 y 2023, España apenas presentó tres proyectos por valor de 9,7 millones, quedándose en el grupo de cola tras Croacia, que apenas solicitó 4,2 millones, y Grecia, que se quedó sin fondos. Austria, Chipre, Irlanda, Luxemburgo y Malta tampoco quisieron financiación para infraestructuras de doble uso.

El profesor Miguel Sanabria Luengo recoge en la reciente publicación del ministerio de Defensa "Evolución de la logística hacia nuevos modelos" la necesidad de convertir a España como "nación anfitriona y de tránsito hacia África". Para ello, considera diseñar "pasillos o rutas multimodales desde el norte hasta el sur peninsular, por un lado y por otro, potenciar rutas en el citado continente, sin perder de vista las oportunidades de proyección que brindan las Islas Canarias".

Además, reseña que todas las infraestructuras que se diseñen para hacer viables estas rutas "deben tener una naturaleza dual cívico?militar", de forma que se construyan teniendo en cuenta su impacto en la movilidad defensiva.

Esta misma semana está previsto que se presente el Libro Blanco de la Defensa Europea, un documento llamado a refrendar las infraestructuras de doble uso, un escenario que garantizará que Europa siga apostando por el transporte, una de sus principales bazas del último lustro, al tiempo que garantiza su defensa.

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