
Renfe ha planteado unos servicios mínimos que alcanzan hasta el 81% en Alta Velocidad y el 75% en Media Distancia y Cercanías en horas punta durante las siete jornadas de huelga convocadas por los sindicatos durante marzo y abril, en protesta por la ausencia de negociación de la operadora y el Ministerio de Transportes en el traspaso de Rodalies a la Generalitat, la cesión de un tramo ferroviario y la entrada de MSC en la filial de mercancías.
Los paros están programados para los días 17, 19, 24, 26 y 28 de marzo, así como el 1 y 3 de abril. Habrá huelgas de 24 horas los días 17 y 26 de marzo y 1 de abril, mientras que en las demás fechas los paros serán parciales en distintas franjas horarias. El calendario coincide con jornadas de alta movilidad, como la celebración de las Fallas en Valencia, donde Renfe ha programado refuerzos.
En consecuencia, Renfe ha planteado unos servicios mínimos que alcanzarían hasta el 81% en trenes de Alta Velocidad y Larga Distancia, un 75% en Media Distancia y un 75% en Cercanías en hora punta, reduciéndose al 50% en el resto del día. En el caso del transporte de mercancías, el porcentaje se sitúa en el 28%. Los sindicatos han rechazado estos umbrales por considerarlos excesivos y denuncian que convierten la huelga en un "mero trámite", limitando su impacto en la operativa ferroviaria.
El Comité General de Empresa, integrado por CCOO, UGT, SEMAF, SF y CGT, manifestó este jueves su rechazo a los servicios mínimos propuestos, al considerar que limitan el impacto de las huelgas. En concreto, sostienen que estos servicios mínimos convierten los paros en un "mero trámite" e impiden ejercer el derecho a la huelga en condiciones efectivas. El Ministerio de Transportes deberá determinar el marco definitivo de servicios esenciales en los próximos días.
Motivos de la huelga en Renfe y Adif
Los sindicatos justifican la convocatoria en lo que consideran un incumplimiento de los acuerdos firmados en noviembre de 2023 con el Ministerio de Transportes. En aquel momento, Renfe y Adif se comprometieron a garantizar la integridad de sus plantillas y operaciones en Rodalies y Mercancías, además de establecer grupos de trabajo para negociar los cambios en el servicio.
Según el Comité General de Empresa, este pacto de negociar conjuntamente los cambios no se ha respetado. Los trabajadores sostienen que no han sido incluidos en las mesas de negociación y reclaman una mayor participación en las decisiones sobre Rodalies y Renfe Mercancías.
Los representantes sindicales critican que el acuerdo entre el Gobierno y la Generalitat implica la creación de una nueva sociedad mercantil con participación mayoritaria del ejecutivo catalán y la exclusión de un tramo de la línea R-1 de la Red Ferroviaria de Interés General (RFIG). Según los sindicatos, esta reestructuración supondrá un incremento de costes y una menor interoperabilidad con el resto de la red ferroviaria española y europea.
En cuanto a Renfe Mercancías, los sindicatos denuncian que la entrada de MSC como socio industrial responde a un "proceso de descapitalización" que podría derivar en una privatización de la filial pública. Acusan a la dirección de la empresa de no concurrir a nuevas contrataciones de carga y de obstaculizar la captación de clientes, lo que estaría favoreciendo a Medway, la operadora del grupo MSC.