
El fondo británico Trilantic, máximo accionista de Talgo, ya tiene sobre la mesa la oferta de Sidenor para comprar hasta un 29,9% de su participación en el fabricante de trenes. El importe ofrecido rondaría los 150 millones de euros, el equivalente a unos 4,05 euros por título. Pero la oferta no convence a la firma de inversión liderada por el español Javier Bañón, que se sigue remitiendo a los cinco euros ofertados por el consorcio húngaro Ganz-MaVag para ceder el control de la compañía con sede en Madrid.
Según fuentes próximas a la operación, el fondo de inversión ya ha recibido la propuesta del grupo siderúrgico vasco que preside José Antonio Jainaga, pero ha optado por declinarla de inmediato tras conocer el precio ofertado por cada título, un movimiento parecido al rechazo casi instantáneo que remitió a Skoda tras su propuesta de fusión. Dos serían las razones que lo justifican: el señalado bajo importe, invitando al empresario bilbaíno a alzar su puja; y la obligación de cumplir el derecho de arrastre que fijó con sus socios para formalizar su salida a bolsa.
La oferta húngara valoraba al fabricante en 619,2 millones de euros; mientras que la propuesta de la compañía vasca rebajaría este valor a los 501,6 millones, según la información adelantada por el diario vasco El Correo. Si José Antonio Jainaga, el empresario detrás de Sidenor, eleva su apuesta hasta los 5 euros, su oferta crecería hasta los 185,5 millones por el mismo porcentaje del capital. Pero si a eso se le suma la parte correspondiente a los otros socios, las familias Abelló y Oriol, la cifra asciende hasta los 248,5 millones por el 40,2% del capital controlado de forma conjunta por estos socios durante la última década.
Prima del 17%
La propuesta de Sidenor es, en todo caso, un valor superior al que concede el mercado a la industria ferroviaria, cuyos títulos abrieron la jornada del lunes a 3,38 euros por acción y la cerraron a 3,47 euros, tras acumular una subida del 3,27% por los rumores de compra. Los 4,05 euros que ha puesto sobre la mesa el empresario vasco José Antonio Jainaga supondrían una prima del 16,7% sobre el valor al que cotizaba Talgo cuando la empresa comunicó su oferta a la CNMV, 3,47 euros a cierre del 15 de octubre. La prima sería del 19,8% si se tiene en cuenta la cotización a cierre del pasado viernes, antes de que se revelara que Trilantic ya tiene en su mano la oferta.
El fondo británico, con aproximadamente un 30% del capital de Talgo, es su mayor accionista y lleva la voz cantante de Pegaso Transportation, el vehículo bajo el que articula su participación junto a sus socios. Esta empresa instrumental controla el 40,2% del capital del fabricante, una cifra superior al 30% que fija la Ley de OPAs como límite para ejecutar un cambio de accionista mayoritario sin lanzar una oferta pública de adquisición al mercado, precisamente lo que hizo la empresa húngara Magyar Vagon, finalmente vetada por el Gobierno.
Todos quieren vender
Trilantic, los Abelló y los Oriol sellaron años atrás un pacto parasocial para ejecutar la salida a bolsa de la compañía que incluyó una cláusula de arrastre para que todos ellos pudieran salir del capital al mismo tiempo y vendiendo sus participaciones a un mismo importe. La familia Abelló, con casi un 3% a través de su family office Torreal, ha mostrado su predisposición a vender; al igual que los miembros de la familia Oriol, que controlan un 7% a través de múltiples participaciones minoritarias en manos de cada uno de los herederos del cofundador de la compañía.
El fondo británico de Bañón también lleva años intentando deshacer su posición al considerar que ha finalizado su etapa al frente de la compañía, pero lleva años sin encontrar un vendedor a quien colocar su elevada participación, ahora envenenada por las condiciones que ellos mismos se impusieron. El resto del pacto parasocial se considera ya cumplido, ya que entre las condiciones fijadas entonces se encontraba superar el segundo aniversario desde la fecha de admisión a cotización de la sociedad, un hito vencido a finales de 2019.
A pesar de los intentos de Trilantic por involucrar a otros actores como el Gobierno de Polonia y su empresa estatal Pesa, que de momento sigue sin formalizar oferta alguna, la única propuesta formal que está sobre la mesa de la dirección de Talgo es la de José Antonio Jainaga y su compañía Sidenor, confirmada al mercado el pasado 16 de octubre.
Su plan es también la opción preferida de Moncloa y del Gobierno Vasco para dar salida al fondo de inversión y asegurar que la empresa continúe con su actividad. Ambos se han postulado como socios financieros para facilitar la toma de ese 40,2%, para lo cual han abierto la puerta a que la SEPI y el fondo de apoyo a la industria vasca Finkatuz aporten fondos a cambio de colocarse como socios minoritarios.
La Fundación Vital, accionista de Kutxabank, también ha mostrado interés en adquirir un porcentaje minoritario. En cualquier caso, toda la operación está pendiente de aprobación por parte de la CNMV, que podría entender que esta sea una opa concertada. Alantra ha realizado el análisis financiero y de riesgos de Talgo a petición de Sidenor.
Castilla y León ofreció terrenos a Talgo en Miranda
La Junta de Castilla y León ofreció al fabricante español la posibilidad de instalarse en un terreno de grandes dimensiones situado en el polígono industrial de Ircio, una pedanía de Miranda de Ebro, localidad fronteriza con la provincia de Álava y que estaría muy próximo a su actual planta de Rivabellosa, donde trabajan 700 personas, según adelantó el Diario de Burgos.
El Gobierno de Mañueco trató así de captar a la industria ferroviaria, vista su necesidad de más espacio para fabricar y la exigencia de elevar su ritmo de producción para cumplir con su cartera de pedidos, lo que iría vinculado a la llegada de personal. Desde Talgo confirman las negociaciones, pero explican que "no hay ninguna negociación abierta" en estos momentos.