Transportes y Turismo

Trilantic, Abelló y los Oriol plantean disolver su pacto de socios en Talgo para facilitar su venta

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El accionista mayoritario de Talgo ultima un movimiento interno que permitirá dar el relevo a nuevos socios y desbloquear el futuro de la compañía. El fondo británico Trilantic Capital Partners, el grupo inversor Torreal, controlado por la familia Abelló, y la familia Oriol, herederos del cofundador de la empresa, sellaron en 2012 un contrato de accionistas para gestionar la compañía de cara a su posterior salida a bolsa. Esto se tradujo en la posterior fundación en 2015 de la sociedad instrumental Pegaso Transportation Internacional, un vehículo inversor que nueve años después podría tener los días contados.

La ruptura de este pacto parasocial que equivale al 40,03% de las acciones de Talgo permitiría cumplir los designios de Trilantic de salir del capital del fabricante de trenes y como forma de desbloquear la encrucijada accionarial y legal en la que se halla la compañía, una vez tumbada por el Gobierno la opa de Magyar Vagon y sin que se haya logrado atraer a otros grandes inversores alternativos.

Según ha podido conocer elEconomista.es, las partes implicadas en este acuerdo de socios han acelerado las conversaciones para darlo por finalizado próximamente ante la dificultad de encontrar un gran actor industrial o financiero que les releve al frente del accionariado. La participación conjunta, articulada a través de Pegaso, alcanza el 40,03% según las últimas cuentas de Talgo, algo que supedita a potenciales interesados a que lancen una opa, como tuvo que hacer el consorcio húngaro Ganz-MaVag, al superar el 30% fijado en la normativa de inversiones.

Trilantic controla Talgo con menos del 30% del capital

Aunque el fondo británico controla la sociedad instrumental, su participación total en el capital de Talgo estaría por debajo del 30%, lo que facilita su puesta en venta en el mercado. En la instrumental también participa Torreal, la gestora de la familia Abelló, que controla aproximadamente el 7,5% de las acciones de Pegaso, lo que equivale al 3% del capital total del fabricante. El resto, más de un 7%, está en manos de casi 40 miembros de la familia Oriol, donde miembros como Carlos de Palacio y Oriol, presidente de la compañía, cuenta con un 0,89% de las acciones; o José María de Oriol Fabra, consejero de la misma, cuenta con un 1,38%.

El contrato inicialmente firmado —que fue modificado en 2019 tras la salida del otro gran accionista, el fondo MCH—, entró en vigor el mismo día en que Talgo comenzó a cotizar en los mercados, en 2015, y tenía una vigencia de dos años, aunque podía romperse antes en el caso de que Pegaso o Trilantic rebajaran su participación por debajo del 3%. Pero el mismo fue renovado en varias ocasiones y todavía permanecía vigente cuando arrancaron las negociaciones con Magyar Vagon, que inicialmente pretendía adquirir sólo la participación de Trilantic.

Al estar sujeto al acuerdo con sus socios, los inversores húngaros debían hacer frente a la compra del 40% de la compañía, superando el 30% de límite máximo fijado en la Ley de opas para evitar tener que adquirir la totalidad de la misma, lo que les obligó a lanzar su oferta por el 100%. Esto complicó la operación hasta el límite de acabar siendo denegada por el Gobierno, que adujo razones de seguridad nacional para llevar a cabo un veto que se ha clasificado como "confidencial".

Anulada la opción húngara, Trilantic, Torreal y los Oriol se enfrentan a la posibilidad de seguir cada uno su camino con el objetivo de compaginar sus intereses con el futuro de la compañía, tras considerar que los plazos de maduración de sus inversiones ya se habían cumplido y al constatar que las condiciones bajo las que plantearon el acuerdo inicial no se podrían cumplir. Fuentes al tanto de la situación aseguran que no existen barreras jurídicas a la disolución del pacto parasocial, por lo que los grandes accionistas podrían deshacer sus posiciones libremente.

Criteria vuelve a la puja

El brazo inversor de laCaixa vuelve a estar sobre la mesa como uno de los potenciales inversores a participar en la operación de rescate de Talgo. Las continuas relaciones entre el Gobierno y CriteriaCaixa, que han dado lugar a la toma de una participación de hasta el 10% en Telefónica para garantizar la españolidad de la compañía, han vuelto a sacar a la luz a la compañía dirigida por Ángel Simón, que mantiene su postura de supeditar su participación a la aparición de un socio industrial que lidere la operación.

Aunque desde Criteria llegaron a desmarcarse de su entrada en Talgo en los meses de mayo y junio, este periódico ha podido saber que durante el mes de julio retomaron las conversaciones con actores implicados en la operación, sin que hayan querido desvelar con quién. En caso de que finalmente se deshaga el pacto de socios, la participación de Trilantic no supera el umbral del 30% fijado en la Ley, por lo que podría ser sustituido por la gestora española sin ningún tipo de problema legal.

Al mismo tiempo, el socio industrial reclamado finalmente apareció en abril, lo que abre la puerta a una solución mixta que garantice el futuro del fabricante y obtenga el beneplácito del Gobierno. La checa Skoda, que en julio propuso una fusión al consejo de administración de Talgo, ya tiene vía libre jurídica y la bendición del Gobierno de República Checa para negociar con los directivos del fabricante español, que inicialmente rechazaron al estar todavía vigente la propuesta magiar.

La fórmula propuesta por el grupo PPF, accionista mayoritario de Skoda, pasa por llevar a cabo un canje de acciones entre ambas compañías, sin que hayan detallado en qué proporción. Desde Chequia aseguran que todas las opciones están abiertas y se remiten a abrir una negociación con los administradores de Talgo para concretar la oferta final.

Dado que también han asegurado que su intención es que la compañía continúe listada en la bolsa española, el canje de acciones propuesto desde Praga no tendría por qué suponer su toma de control total ni mayoritaria, sino cubrir el aproximadamente 25% del capital que no está en manos de Trilantic ni tampoco en capital flotante (54,80% del total).

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