Transportes y Turismo

Barcelona estabiliza la llegada de cruceros en pleno debate sobre su impacto local

  • La cifra de barcos apenas aumenta, aunque llevan más pasaje, argumenta el ayuntamiento
Cruceros en el Port de Barcelona. iStock
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El debate sobre el impacto de los cruceros ha vuelto a Barcelona. Pese a que la marcha de Ada Colau prometía una relación menos conflictiva con esta modalidad turística, el alcalde Jaume Collboni se ha propuesto redefinir el convenio firmado en 2018 entre el puerto y el ayuntamiento para limitar la llegada de cruceristas.

De fondo laten tanto las protestas vecinales contra la masificación turística como las dudas sobre la operativa máxima que puede soportar el Port de Barcelona.

Las cifras recopiladas por el Observatorio del Turismo en Barcelona muestran, con todo, que entre 2023 y 2024 la llegada de embarcaciones se ha estabilizado, si bien es cierto que se registran más que el año pasado.

De acuerdo con las previsiones, el ejercicio en curso terminará con 822 cruceros, 19 más que el año anterior. Los mayores incrementos se registran en agosto y noviembre, mientras que en otros meses los números son muy similares e incluso ligeramente inferiores para este año.

Pese a la estabilización del tráfico, fuentes municipales argumentan que el problema no estriba en la cantidad de naves sino en el volumen de pasajeros. "Ahora llegan embarcaciones más grandes y con más visitantes", resumen. De hecho, el año 2023 se saldó con un récord de 3.568.901 cruceristas, según datos del Ministerio de Transportes. Esto supone unos 430.000 más que en el año previo al estallido del Covid.

Desde el consistorio, sin embargo, no se sabe precisar cuál sería la cifra máxima de turistas que podrían llegar por vía marítima al amarradero de la capital.

Alerta de la patronal

Por su parte, la patronal de líneas de cruceros CLIA asume que "cada ayuntamiento tiene la potestad de impulsar todas aquellas acciones que considere más beneficiosas para sus ciudadanos dentro de sus competencias".

Así lo explica su director en España, Alfredo Serrano, que reitera "la voluntad de la industria de trabajar y colaborar con los destinos en el diseño de un modelo que garantice la convivencia en armonía de residentes y turistas". Aunque también recuerda el esfuerzo llevado a cabo por la autoridad portuaria desde 2018 para reubicar la actividad de cruceros más lejos del litoral, concretamente en el Muelle Adossat.

Si hace seis años había ocho terminales de cruceros en la capital --cinco en el Muelle Adossat, una frente al centro comercial Maremagnum y dos junto al World Trade Center--, cuando terminen las obras en el Port solo habrá siete y todas estarán concentradas en el Muelle Adossat. De hecho, esta misma semana se han licitado las últimas obras para llevar a cabo esta gran remodelación.

"Cualquier modificación del marco vigente generaría pérdidas muy significativas y un clima de incertidumbre que no beneficiaría a la ciudad", concluye Serrano.

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