
Ofensiva total de todas las partes implicadas en la opa de Magyar Vagon (Ganz-MaVag Europe) sobre Talgo para tratar de superar el veto gubernamental a la operación que ha adelantado el Ejecutivo de Pedro Sánchez de la mano de los dos ministros más próximos al negocio del fabricante de trenes. Los directivos y accionistas principales de Talgo, sabidos de la necesidad de un nuevo inversor para la compañía, han dispuesto una alfombra roja a los húngaros para resolver las incógnitas y dificultades que se están encontrando en el camino y que dejan en el aire el futuro de la compañía.
Del documento presentado a la CNMV este jueves se extrae la existencia de un acuerdo de colaboración entre la empresa, su accionista mayoritario Trilantic y el ofertante Magyar Vagon para salvar los posibles vetos del Gobierno y de los bancos ante las sospechas de que detrás del holding magiar haya dinero procedente de Rusia. Así, esta nueva entente tiene previsto intensificar próximamente sus contactos con el Ejecutivo de Pedro Sánchez, incluído un encuentro con el ministro Óscar Puente, además de tratar de cerrar los flecos que faltan con las entidades financieras para que no reclamen el pago de las deudas de forma anticipada.
Aunque formalmente tanto la dirección de Talgo como Trilantic han comunicado su intención de esperar a que los húngaros presenten el folleto para analizar más a fondo la operación, en el anuncio presentado ante la CNMV está plasmado que el consejo de administración de la compañía ha dado su visto bueno a la oferta al considerarla "amistosa" y "atractiva para los accionistas", lo que la hace adecuada en términos económicos.
"Talgo prestará al oferente toda la asistencia que éste requiera para el buen fin de la oferta, en particular a lo que se refiere a la preparación y tramitación de las autorizaciones y consentimientos necesarios para su efectividad", expresa el texto. Esta colaboración incluye total predisposición para resolver los conflictos que abran los reguladores bursátiles (CNMV) o de Competencia (CNMC o la Comisión Europea), "así como cualquier otra actuación que el oferente pueda requerir para la tramitación, autorización (...) o consentimiento relevante necesario para el buen fin de la oferta".
Los encargados de cooperar en estas acciones serán la dirección de la empresa, sus administradores y las sociedades vinculadas a la misma, quienes "colaborarán con el oferente en la preparación y aportación de la documentación e información requeridas". De su lado, Magyar Vagon admite que iniciará el proceso de solicitud de autorización "tan pronto como sea posible" y "en colaboración con las autoridades", a la espera de que el Consejo de Ministros autorice la opa.
Todavía faltan apoyos de bancos
A pesar de haber logrado el visto bueno del regulador bursátil para presentar la oferta, el grupo inversor húngaro sigue sin tener atado el apoyo de la banca para llevar a cambio la adquisición de Talgo. Así consta en la propuesta, en la que comprador y empresa se comprometen a colaborar "para que Talgo y sus filiales obtengan los correspondientes consentimientos al cambio de control resultante de la oferta por parte de las entidades financiadoras de los contratos de financiación y lineas de avales del grupo Talgo con cláusula de cambio de control".
A ese respecto, fuentes próximas al holding magiar explican que "se tiene el grueso, con un volumen de entre el 80% y 90% de apoyo por parte de los financiadores", entre los que se sitúan grandes bancos españoles y europeos, y otras entidades más pequeñas del este de Europa. Quienes no han dado todavía ese apoyo es porque todavía están reclamando más información del proyecto industrial al comprador, un período de consultas que continuará extendiéndose en las próximas semanas.
Pero por si acaso no llegase este apoyo de los bancos y alguno reclamase anticipadamente la deuda, las partes han pactado y plasmado en el papel "apoyar al oferente en la búsqueda de un paquete de financiación que pueda sustituir aquellas financiaciones y líneas de avales que pudieran ser resueltos".
"Sobrerreacción" del Gobierno
Las declaraciones del ministro de Transportes, Óscar Puente, y su homólogo al frente de Industria, Jordi Hereu, sentaron como un jarro de agua fría tanto en el adquiriente como en la adquirida, al considerar que se estaba produciendo una sobrerreacción innecesaria que puede generar efectos colaterales en términos de reputación empresarial o de incertidumbre en la plantilla de Talgo.
Aunque desde el entorno de Magyar Vagon descontaban que la operación no fuera del agrado del Gobierno por la participación de un fondo soberano húngaro en la sociedad adquiriente, y por tanto del ejecutivo del polémico Viktor Orbán, este y el resto de actores privados consideran que los argumentos dados hasta ahora por Puente y Hereu son "vagos" y que, en caso de rechazarla, tendrán que justificarla adecuadamente al ser una oferta que ya ha pasado varios cortafuegos previos.
Ambas partes siempre han catalogado este movimiento como una operación de carácter industrial que permitiera aumentar la capacidad de fabricación en un momento de alta tensión por la carga de trabajo que supone tener una cartera de pedidos en máximos históricos. Trilantic, que lleva años queriendo salir del capital de Talgo, llevaba negociando esta operación desde 2022, pero para deshacer su posición tendrá que esperar a que se pronuncie el Gobierno. En caso de no llevarse a cabo, Talgo tendrá que pagar 3 millones de euros como compensación a Magyar Vagon.