
SNCF, la empresa ferroviaria francesa conocida en España por la entrada de su filial Ouigo en la liberalización ferroviaria, empieza a ver los resultados de su aventura en la línea transfronteriza entre París y Barcelona, un trayecto que inició a operar en solitario en diciembre del pasado año después de años de colaboración con Renfe. La compañía francesa dependiente de la administración gala ha alcanzado durante el periodo estival (junio-agosto) un 4% más de pasajeros que en el mismo periodo de 2022, según explica la directora de proyectos de SNCF en Europa, Caroline Chabrol, en conversación con elEconomista.es.
Chabrol incide en que la demanda se está comportando positivamente y que la evolución al alza en el volumen de pasajeros ha comportado una transformación de la cuota modal en este trayecto transfronterizo, en el que el avión cedió tres puntos de cuota al tren en este mercado en comparación al mismo periodo del año anterior.
Otro factor que destaca SNCF de su operativa transfronteriza es la ocupación de sus TGV inOui, que circula con dos frecuencias diarias -en verano se amplió a una tercera- y dispone de plazas para 558 pasajeros. La ejecutiva afirma que durante el periodo estival el porcentaje medio de ocupación ha sido del 85%, lo que confirma sus perspectivas de equilibrio económico fijado para el próximo año. "No hay ningún motivo para pensar en una ralentización", explica.
El último de los factores a tener en cuenta es el mix de pasajeros. Del total de clientes que optaron por la línea Barcelona-París, dos terceras partes fueron internacionales, lo que alienta a pensar en el apetito de los viajeros por sumarse a esta opción a medida que se va popularizando.
La compañía tiene desde octubre a disposición su oferta hasta finales de 2023 y espera a noviembre para poner a la venta sus plazas para los dos primeros meses de 2024. Sobre la posibilidad de extender su servicio a otras líneas transfronterizas para llegar a España, Chabrol descarta esta posibilidad.
Posible competencia
La previsión de la compañía no está alterada ni siquiera por la posible llegada de competencia de Renfe, que aspira también a conectar Barcelona con París. No obstante, avisa de que "la guerra de precios nunca es buena, porque destruye valor".
El operador público conecta actualmente Madrid y Barcelona con Marsella y Lyon, pero no pierde de vista la posibilidad de llegar a la capital del país vecino. La previsión es hacerlo en la segunda mitad de 2024, coincidiendo con la llegada de los Juegos Olímpicos (JJOO).
No hay que olvidar que uno de los motivos de la ruptura de la colaboración de Renfe y SNCF a través de su joint venture fueron las dificultades para rentabilizar su apuesta conjunta. SNCF en cooperación acumuló pérdidas por valor de 100 millones de euros desde su creación.
El otro motivo del final de esta alianza fue la incompatibilidad de ambas compañías para seguir compartiendo datos comerciales, habida cuenta de su sensibilidad con la apertura al mercado de la alta velocidad en Europa. La llegada de competencia a España se tradujo en el aterrizaje de Ouigo, filial de SNCF, lo que llevaba a ambas compañías públicas a pasar a ser rivales a la vez que socios.
24 millones de viajeros
El trayecto Barcelona - París es una parte del listado de trayectos transfronterizos que explota SNCF. En verano, el número de viajeros de SNCF fueron 24 millones, si bien en trayectos internacionales fueron seis (un 25% aproximadamente). Los TGV (Train à grande vitesse, en francés) de SNCF operan otros trayectos transfronterizos como París-Friburgo, donde recientemente se ha añadido la parada Europa-Park.
Sin embargo, la cifra la justifica en mayor medida Eurostar, el servicio que presta en el Canal de la Mancha para conectar las ciudades europeas de Londres y París, entre otras (llega también a Bruselas, Ámsterdam y Amberes, por ejemplo). Este trayecto está a la espera de recibir competencia tras la declaración de intenciones Evolyn Mobility (familia Cosmen) de estar listos para operar en 2025.