Transportes y Turismo

Los buques de crucero adelantan a los puertos en sostenibilidad

  • Los nuevos barcos que incorporan conexión eléctrica en atraque se encuentran con que solo un 2% de los puertos del mundo tiene la infraestructura disponible
  • En España, Barcelona, Valencia, Cádiz y Bilbao están preparando su electrificación
El MSC World Europa. EE

Los avances tecnológicos hacia la movilidad sostenible están llegando más rápido a los cruceros que a los puertos. Así, al igual que los propietarios de coches eléctricos lamentan la falta de puntos de recarga en ciudades y carreteras, los capitanes no tienen quien les enchufe.

Los nuevos barcos que incorporan conexión eléctrica para poder parar los motores cuando están atracados en un puerto se encuentran con que solo un 2% de los puertos del mundo (concretamente 32) ofrecen actualmente esta opción, según datos de CLIA, la asociación internacional que agrupa a las navieras de la industria crucerista (y que engloba el 95% de la flota total de cruceros), y que se ha marcado como objetivo que el sector sea neutro en emisiones para 2050.

Un ejemplo es el MSC World Europa, estrenado a finales del año pasado con recorridos por el Golfo y que desde marzo tiene Barcelona como puerto base para rutas por el Mediterráneo. Tiene capacidad para transportar a más de 8.000 personas entre tripulación y pasajeros e incorpora los últimos avances en sostenibilidad, como la primera pila de combustible en un barco; motores propulsados por gas natural licuado (GNL), sistemas de tratamiento de las aguas sucias equiparables a los más exigentes en tierra firme, y una cadena de tratamiento de los residuos sólidos que maximiza la separación para el reciclaje con una decena de contenedores distintos a bordo.

También ha sido diseñado para reducir el ruido submarino, entre otras medidas, pero su conexión eléctrica a puerto (ver foto) está todavía por estrenar tras casi un año de navegación, porque es una opción que no está disponible todavía en las infraestructuras del Mediterráneo y Oriente Medio.

Punto de conexión eléctrica a puerto del MSC World Europa, inaugurado en 2022 pero todavía por estrenar. EE

Los puertos que sí lo permiten se concentran en China, el noroeste de Europa y Norteamérica, mientras que en España hay proyectos en curso en Barcelona -que prevé ser el primer enclave español en ofrecer esta opción, para 2026-, Valencia, Cádiz y Bilbao.

También están en proceso de electrificación otros puertos mediterráneos en Francia, Italia, Grecia y Malta. Para 2028, se espera que más de 210 barcos (el 72 % de la flota de CLIA) puedan conectarse a la red eléctrica, frente al 46% actual (120 buques).

Además, de los 44 cruceros que se prevén construir en los próximos cinco años en todo el mundo, 25 estarán propulsados por GNL, y siete utilizarán metanol o podrán utilizarlo. El GNL, el combustible más limpio y eficiente disponible comercialmente a gran escala a día de hoy, permite reducir las emisiones de óxidos de azufre (SOx) en un 99%, las partículas en suspensión en un 95%, los óxidos de nitrógeno (NOx) en hasta un 85%, y las emisiones de CO2 en un 25% en comparación con los combustibles marinos estándar. Además, las navieras están ejecutando 32 proyectos de colaboración con compañías productoras de combustibles y con fabricantes de motores para encontrar nuevas fuentes de energía limpia.

El director de CLIA España, Alfredo Serrano, incide en que los cruceros son solo el 1% del tráfico marítimo mundial y producen el 0,12% de las emisiones, pero están actuando como "catalizador" en favor de la sostenibilidad en el sector.

A la espera de conocer el texto definitivo del nuevo impuesto catalán a los grandes barcos, que incluirá a los cruceros, lamenta que "se trata de un sector global que necesita normas comunes", y que una actuación tan local no tiene efectos reseñables en la reducción de emisiones global pero "detrae recursos del camino marcado por la UE".

La Generalitat prevé recaudar una media de 1.440 euros por escala de crucero a partir de 2024, en función de sus emisiones de óxidos de nitrógeno y partículas mientras están en puerto. En cualquier caso, cuando los barcos puedan conectarse a la red eléctrica se ahorrarán el pago, o casi, ya que sus emisiones cuando estén atracados se recortarán un 98%.

Mientras tanto, el Puerto de Barcelona despidió el lunes al último crucero de la terminal Barcelona Nord, la más próxima a la ciudad, dentro de su plan de alejar a los cruceros y ferrys. A finales de 2026 también cerrará la terminal Barcelona Sud, para concentrar la actividad en el Moll Adossat, que tiene en concurso su séptima y última terminal.

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