
Lo primero que viene a la cabeza cuando se piensa en el turismo español es el sol y la playa, y no es para menos. España tiene cerca de 8.000 kilómetros de costa y alrededor de 300 días de sol al año, lo que se traduce en unas 2.500 horas anuales. Esto lo convierte en uno de los países más soleados de Europa solo superado por Turquía, Italia, Grecia, Francia y Portugal.
A pesar de que se trata del principal atractivo turístico del país, puede ser un factor que a la larga acabe jugando en su contra. "Una alta dependencia de determinados periodos estacionales, puede impactar de forma negativa al sector, dando lugar a una potencial inestabilidad de demanda y precios. Esto puede provocar una pérdida de rentabilidad, ineficiencias en infraestructura turística, incrementos en la temporalidad del empleo o potenciales riesgos frente a crisis puntuales", alertan los expertos de Deloitte.
Según datos de la estadística FRONTUR, del Instituto Nacional del Estadística (INE), el principal motivo del 87% de los turistas nacionales e internacionales es ocio y vacacional. La mejor prueba de ello es que más del 45% de los turistas que viajaron a España en 2019, año previo a la pandemia, lo hicieron entre los meses de junio y septiembre, una cifra que se incrementa considerablemente en varios destinos.
En Baleares, por ejemplo, estos meses concentran el 63% del turismo de todo el año. A nivel general, más del 80% del turismo se concentró en comunidades autónomas costeras: Cataluña, Baleares, Canarias, Andalucía y Comunidad Valenciana. En estos cinco territorios presentan una alta dependencia del sector, tanto que supone más del 10% del su PIB.
"España, a pesar de situarse en posición de liderazgo a nivel mundial en términos de recepción de turistas, se enfrenta a dichos retos debido a la alta estacionalidad y dependencia del turismo de sol y playa y a la concentración de mercados emisores y destino, que se unen a una percepción de España como destino low-cost para los turistas internacionales", apuntan desde la consultora.
El turismo español se enfrenta a una posible perdida de rentabilidad en un momento en el que todavía no ha terminado de recuperar la que registrada antes de la pandemia. Las dos grandes empresas españolas cotizadas, Meliá Hotels International y NH Hotel Group, ya han dado a conocer las cuentas relativas al primer semestre del año y en ambos casos se confirma que pese a facturar más que entre enero y junio de 2019 todavía no han conseguido superar los márgenes preCovid.
En el caso del grupo de la familia Escarrer se han quedo muy cerca y a cierre de junio de 2023 registraba una rentabilidad del 24% frente al 24,93% del mismo periodo del año anterior. La compañía destaca que si solo se analiza el segundo trimestre si han cerrado por encima.
NH, por su parte, está más lejos que su competidora y cerró el primer semestre del año con una rentabilidad del 26% frente al 31% que registraba en el mismo periodo del año anterior.
La compañía controlada por la tailandesa Minor reconoció en la presentación de los resultados del primer trimestre que la estacionalidad de su negocio "hace que el primer trimestre del año sea el más débil y por ello el beneficio neto de la compañía se salde con pérdidas".