
El nuevo proceso de privatización de las torres de control del gestor aeroportuario Aena en siete aeropuertos españoles despierta el apetito de los grandes operadores del sector. Los candidatos que todavía no tienen presencia en España pero están dispuestos a quedarse con la gestión de los servicios de navegación aérea (ATC) son el alemán DFS y el italiano Enav, según las fuentes consultadas por elEconomista.es. Plantearán así la batalla a las españolas Saerco y Skyway (Serveo).
Ambas compañías son dos rivales de talla internacional. Enav está participada en su mayoría por el Gobierno de Italia, aunque desde 2016, momento en el que salió a bolsa, conviven socios privados en su capital. Es el quinto gran operador de Europa en el servicio de navegación aérea, según la propia compañía, y opera en 45 torres de control. De acuerdo a su hoja de ruta 2022-2024, tiene contemplado expandirse entre los negocios no regulados y contempla una inversión para ello de aproximadamente 1.000 millones de euros.
DFS, por su parte, es una empresa íntegramente estatal que controla 15 aeropuertos de Alemania (Múnich y Frankfurt, entre los de mayor capacidad). La compañía ya se ha expandido hacia Reino Unido, donde gestiona las torres del aeropuerto británico de Edimburgo y hasta el pasado mes de noviembre hacía lo propio en London-Gatwick. También se ha interesado por el Golfo Pérsico, con la gestión del tráfico aéreo en Barhein.
No se descarta la presencia de otras compañías de corte similar como la francesa DSNA o Austro Control (Austria), AVINOR (Noruega), EANS (Estonia), Finavia (Finlandia), IAA (Irlanda), LFV (Suecia) y Naviair (Dinamarca).
Tanto DFS como Enav se postulan para gestionar hasta siete torres de control que mueven aproximadamente 84 millones de pasajeros cada año. Los aeropuertos seleccionados son Tenerife Sur, Tenerife Norte, Málaga, Gran Canaria, Bilbao, Santiago y Palma de Mallorca.
La compañía alemana ya mostró su interés en el primer proceso de privatización que puso en marcha Aena, donde se presentó de la mano de Indra a través de la sociedad Tower Traffic Services, aunque con el mismo poco éxito que ACS, FCC y Sacyr, que se presentó con la portuguesa NAV. El proceso despertó el interés de hasta ocho empresas, en las que figuraban también Geci Española y Etracontrol. Parte de estas compañías se quedaron atrás por no conseguir a tiempo el certificado necesario de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). Saerco y Skyway se repartieron los tres lotes licitados y son las únicas empresas privadas que hasta el momento gestionan torres de control.
El periodo de gestión marcado en el primer concurso en el que Enaire, dueño de Aena, perdió la gestión de las torres fue de hasta seis años. Ahora, el plazo se extenderá y será de cinco años más otros tres ejercicios de posible prórroga, según apuntan fuentes del proceso a este diario.
Con este movimiento, España pasará a tener 19 torres de control liberalizadas, cifra insuficiente para organismos como la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC), que ya ha apuntado en el pasado en la necesidad de profundizar en la privatización y desregularizar otras actividades de navegación área, como la aproximación, al igual que otros países europeos.
Enfrentamiento en el proceso
La liberalización de las nuevas torres de control ha movilizado a defensores y detractores. La patronal de las aerolíneas, ALA Spain, figura en el primer bando y ha afirmado que el proceso supone un "paso adelante muy positivo en la modernización del servicio de control". En el mismo sentido se ha pronunciado APCTA. Esta organización representa a Saerco y a la alianza de Ferrovial y Portobello en Skyway (antes FerroNATS).
Por contra, el sindicato USCA y CCOO han criticado la medida y han recibido apoyo de Podemos, que ha trasladado a su socio de Gobierno la oposición al plan porque "el abaratamiento de costes no puede ser el único criterio a tener en cuenta para justificar la privatización del servicio".