Transportes y Turismo

Oleoturismo en Jaén, un viaje al alma de la cultura milenaria del olivo

  • Hay 130 puntos de interés turístico en una provincia que inicia ya la cosecha
  • La oferta es variada: catas, museos, visitas a almazaras o incluso compartir la jornada de una cuadrilla de aceituneros y fabricar tu propio aceite

La liturgia que cada año agita Jaén, el mayor bosque cultivado del mundo con 66 millones de olivos, ha comenzado alicaída por la sequía, que va a reducir la cosecha entre un 50 y un 60%. Las cuadrillas de aceituneros están ya en los tajos, los tractores que arrastran remolques van y vienen del campo a las almazaras y todo se impregna de sonidos, olores y ritmos que marcarán la vida en sus 97 municipios hasta el final de enero. Es la aceituna, la mayor campaña agrícola de España, con epicentro en una provincia que produce el 40% del aceite español y entre una cuarta y una quinta parte del mundial. Desde hace una década no sólo se cosechan aceitunas. También turistas, pues cada vez más visitantes se interesan por un viaje a una cultura milenaria. Al alma del aceite.

La Diputación de Jaén tiene identificados en una guía hasta 130 puntos de interés para el visitante a lo largo y ancho de la provincia. Almazaras que se pueden visitar, museos y centros de interpretación, restaurantes, fincas, cortijos, spas y balnearios, tiendas especializadas, empresas de cosméticos, catas … Incluso se ofrece la posibilidad de 'empotrarse' en una cuadrilla de aceituneros y seguir el proceso desde el árbol a la botella y la mesa.

Empresas

La integración de actividades turísticas en empresas aceiteras es cada vez más frecuente, como un complemento a la actividad agrícola. Oleícola San Francisco, en Begíjar, fue una de las pioneras. Ofrecen visitas guiadas donde se puede ver cómo era una antigua fábrica de capazos y cómo funciona una almazara moderna. Hacen la visita en inglés y francés si es preciso. En 2019 tuvieron más de 8.000 viajeros.

Entre las que se han incorporado con fuerza a este negocio está Picualia, en Bailén, que cuenta con el primer restaurante dentro de una almazara, y donde también se pueden celebrar eventos. La Unión, en Úbeda, también ha abierto una interesante sala museo.

La Torre de la Cooperativa Nuestra Señora del Pilar de Villacarrillo es un centro de interpretación que ofrece el añadido de integrarse en la mayor cooperativa aceitera del mundo, con unas instalaciones que a pleno rendimiento son un espectáculo.

También son aconsejables las visitas al Museo Terra Oleum en el parque tecnológico Geolit (Mengíbar), al Museo de la Cultura del Olivo en el Puente del Obispo (Baeza) o al Centro de Interpretación del Aceite en Úbeda.

La oferta es muy variada. Rasa de Arjona o Thuelma de Huelma ofrecen como complemento al almazara rutas a caballo por los olivares, o Aires de Jaén (en la finca Badenes, entre Jabalquinto y Mengíbar), que está celebrando eventos, incluso conciertos, con el paisaje de olivar de escenario.

Grandes eventos

A nivel institucional ha cuajado la Fiesta del Primer Aceite, evento itinerante por la provincia que este año se ha celebrado en la capital con enorme afluencia de personas. Y la tradicional Fiesta de la Aceituna de Martos en el puente de la Inmaculada, donde miles de personas degustan cada año el tradicional hoyo (pan de hogaza bien empapado de aceite y acompañado de bacalao seco).

El mercado espera a nuevos operadores con proyectos ambiciosos (aún no disponibles al público), como Aoveland de Oleícola Jaén (Baeza), que integra el oleoturismo como parte de su proyecto de reconversión, y en el que tras la construcción de una nueva almazara aborda una bodega de diseño y un jardín de olivar con distintas variedades y más de 10.000 metros de superficie para actividades de turísticas. Acesur está levantando una vanguardista almazara en Jabalquinto con posibilidades turísticas.

En una comunidad de gigantes en turismo, el aceite es la apuesta de Jaén por diferenciarse

Estratégicamente, el oleoturismo es una apuesta de Jaén para diferenciarse en una comunidad de gigantes del turismo, que alcanzará este año los 31 millones de visitantes. Jaén aportará a esa cifra una cantidad inferior al millón, centrada principalmente en su oferta de naturaleza (con Cazorla como buque insignia) y cultura (con las ciudades Patrimonio de la Humanidad de Úbeda y Baeza y la catedral de la capital).

La Diputación lleva varios años convocando ayudas para que las empresas interesadas lancen material promocional y divulgativo en torno al oleoturismo o adapten sus instalaciones para visita turística. La última convocatoria de lanzó días atrás y tiene una dotación cercana a los 200.000 euros.

Aunque esa cultura del aceite se respira en toda la provincia de Jaén. El oleoturismo es un viaje lejos de rutas masificadas y de las prisas. Es un paseo entre árboles centenarios, incluso milenarios, que al caer la tarde destellan con reflejos de plata. Es amanecer en cortijos rodeados de olivares hasta donde se pierde la vista, islas en un mar verde y plateado. Es conocer a fondo un cultivo que ha evolucionado desde una enraizada tradición y se ha modernizado para obtener un producto de calidad, la esencia de la dieta mediterránea. Es tomar una tapa en un bar a primera hora de la noche rodeado de aceituneros que comentan la jornada, o sentarse en restaurantes con estrellas Michelín (Bagá y Damajuana) para degustar platos que despiertan sensaciones únicas. Es adentrarse en el alma del aceite.

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