La sociedad está cada vez más digitalizada y la necesidad de estar interconectados es cada vez mayor. El mejor ejemplo de ello es que a día de hoy en España hay más móviles que personas. Según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en 2024 había en el país más de 61 millones de líneas móviles, mientras que hay menos de 50 millones de habitantes.
Los centros de datos juegan un papel fundamental para reforzar la conectividad. Solo en 2024 se incrementó un 16% la demanda del volumen de datos en España, según recoge el Estudio de demanda e impacto de los centros de datos en España elaborado por SpainDC en colaboración con Accenture. Hay que tener en cuenta que toda la economía digital, desde la producción y los servicios hasta la innovación, se sostiene gracias a una infraestructura robusta que permite almacenar, procesar y mover los datos de manera eficiente.
Estos centros se van a incrementar notablemente en los próximos años. Las estimaciones de SpainDC apuntan a que de cara a 2028 será necesario duplicar estas infraestructuras. "Se observa un crecimiento continuo en todas las industrias analizadas, destacando un aumento significativo en la demanda total, que pasa de 1.589 unidades en 2024 a 3.028 unidades en 2028, casi duplicando el valor inicial en cinco años, con un crecimiento medio del 90%", recoge el informe.
Los centros de datos se presentan clave para aquellos sectores con alta intensidad tecnológica como el de comunicaciones y medios, las administraciones públicas, los servicios financieros o el transporte. En España, el sector de comunicaciones, medios y tecnología lidera el crecimiento representando un 21% del total en 2024. Este incremento refleja la expansión en el uso de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial generativa (GenAI), el análisis masivo de datos y la computación en la nube, que impulsan esta capacidad.
Pese al incremento que se ha registrado en estas infraestructuras en los últimos años, España está por detrás de potencias como Alemania, Reino Unido o Francia. La mayoría, el 33% se encuentran en Estados Unidos, el 16% en Europa y el 10% en China. "En España, aunque parte de esta demanda puede ser servida desde infraestructuras ubicadas fuera del país, existe una proporción importante que requiere, o prefiere, ser albergada en centros de datos dentro del territorio nacional por razones de proximidad, regulación o soberanía digital. Esto hace que, si bien la situación actual no es crítica, sí sea relevante considerar la necesidad de ampliar la infraestructura local para atender esta demanda y fortalecer la competitividad tecnológica del país", alertan los expertos de SpainDC.
Aunque España está todavía por detrás de los países europeos en lo que a centros de datos se refiere, la realidad es que se trata de uno de los países más atractivos a la hora de invertir. Así lo demuestran los datos registrados en 2024, cuando nuestro país se posicionó como el destino europeo preferido para las empresas de centros de datos. Solo entre abril y octubre captó más de una decena de proyectos de inversión para la construcción de data centers por valor de 34.100 millones de euros. El capital vendrá de la mano de gigantes tecnológicos como Meta, Amazon o Microsoft.
La matriz de Facebook, por ejemplo, prevé invertir 750 millones de euros en un data center en el polígono industrial de Torrehierro, próximo Talavera de la Reina (Toledo), capaz de generar 250 empleos directos en la zona. Dicho proyecto, aprobado por el Gobierno de Castilla-La Mancha, dará servicio en Europa a aplicaciones como Instagram, WhatsApp, Messenger y Facebook.
Otro proyecto destacado es el que va a impulsar Blackstone, a través de su empresa QTS Data Centers, en Aragón. Se trata de un programa dotado con 7.500 millones de euros y cuya generación de empleo rondará los 1.400 empleos directos durante las fases de construcción y operación. Desde el Gobierno de Aragón calculan que el proyecto "se traducirá en una aportación de entre 16.500 y 25.450 millones de euros al PIB aragonés durante los próximos 25 años."
"Invertir en el desarrollo de centros de datos en España no es solo una cuestión de infraestructura; es una apuesta por el futuro. Estas instalaciones representan una oportunidad para cerrar la brecha con Europa, garantizar la competitividad de nuestras empresas y consolidar a España como un actor relevante en la economía digital global. La necesidad de actuar es clara: si no fortalecemos nuestra interconexión de infraestructuras corremos el riesgo de quedarnos rezagados en un mundo donde la innovación y el crecimiento dependen cada vez más de la capacidad de procesar y distribuir información de manera eficiente", destaca Robert Assink, vicepresidente de Spain DC.
Hay varios factores que ponen a España en el radar de los inversores, como el bajo coste del suelo, la competitividad de los precios de la energía renovable, una robusta red de fibra óptica y su estratégica geografía. "Sin embargo, para que estos factores se materialicen en una verdadera oportunidad para impulsar la innovación y nuestra soberanía digital, es necesario que las empresas e instituciones adopten rápidamente estas tecnologías. Además, se requiere un marco regulatorio que facilite la rápida puesta en marcha de nuevos proyectos y el desarrollo del talento digital necesario para sostener este crecimiento", apunta Manuel López Ordoñez, managing director y responsable de Cloud e Infraestructura en Accenture en España