
Algo muy profundo está cambiando en Samsung y, por extensión en Corea del Sur, cuando la mayor compañía del país se ha planteado la primera huelga general en sus más de 86 años de vida, convocada entre el 8 y el 10 de junio. El promotor de la iniciativa es el Sindicato Nacional de Samsung Electronics (NSEU), organización que dice contar con 28.000 afiliados dispuestos a no acudir a su puesto de trabajo para reivindicar mejoras en sus condiciones laborales. En concreto, los representantes sindicales reclaman mejores salarios y un día más de vacaciones. Hasta el momento, la remuneración en Samsung está vinculada al rendimiento de cada empleado, criterio que los sindicatos consideran mejorable.
Se trata de la primera huelga de la historia de Samsung una vez que la conflictividad laboral del pasado 5 de junio se limitó a un paro en puente laboral, en una fecha entre otras festividades, que apenas tuvo repercusión en la compañía. Según declaraciones de Son Woo-mok, presidente de NSEU a la a la agencia Reuters, "hasta que se cumplan nuestras demandas, lucharemos con la huelga general 'sin paga no hay trabajo'".
La movilización de Samsung se produce en un momento de especial trascendencia, una vez que el desarrollo de la Inteligencia Artificial en todo el mundo ha disparado la demanda de microchips de última generación, a lo que se une el tradicional vigor de la industria del móvil. Desde la misma agencia de noticias se apunta que "cualquier huelga a gran escala o prolongada supondría un quebradero de cabeza para Samsung en su lucha por alcanzar a sus rivales en la fabricación de chips de memoria de gran ancho de banda (HBM) utilizados en aplicaciones de inteligencia artificial".