
Las ayudas de 80 millones de euros con los que está dotado el denominado Plan Único-Edificio tiene todos los visos de quedarse prácticamente sin adjudicar debido al escaso impulso por parte de las diferentes administraciones públicas, especialmente las comunidades autónomas, todas ellas responsables de reparto de estos fondos europeos. Según ha podido conocer elEconomista.es de fuentes conocedoras de la situación, el plazo para el reparto de esta partida de los denominados Next Generation concluye el próximo 31 de diciembre, pero hasta la fecha no se perciben señales de aprovechamiento de unos fondos europeos destinados a la modernización de las infraestructuras de telecomunicaciones de los edificios con más de 24 años de antigüedad.
Se estima que los potenciales beneficiarios de las subvenciones rondaría los 15.000 edificios en España. Por lo tanto, con una media de 35 viviendas por inmueble en España, los hogares que podrían disfrutar de estas mejoras superaría los 500.000 viviendas.
Lo relevante de la situación es que las ayudas cubren del 100% de los gastos, aunque dicho término aún está pendiente de ratificación normativa por parte de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, según explican a elEconomista fuentes conocedoras de la situación.
La modernización de los edificios más antiguos en el ámbito de las telecomunicaciones favorece a los propietarios e inquilinos, además de revalorizar los inmuebles. De acuerdo con el Real Decreto del plan Único-Edificio, de 2021, los beneficiarios de las ayudas podrán ser comunidades de propietarios de un edificio o conjunto de edificaciones, sujetos al régimen de propiedad horizontal, de edificios e inmuebles concluidos antes del año 2000. Los inmuebles posteriores a esa fecha están obligados al cumplimientos de la normativa de Infraestructuras Comunes de Telecomunicaciones (ICT).
Entre otras ventajas, el plan Edificio-Único subvencionará las obras para la instalación de los conductos de cableado en la estructura del edificio, para así transportar la señal a todos los puntos de acceso de la edificación, sin cableado por la fachada. También subsidia los registros y canalizaciones por donde pasan los cables y facilita el cambio de operador de telecomunicaciones fijas de los usuarios. Las ayudas también permitirían habilitar armarios de telecomunicaciones para albergar el equipamiento activo y pasivo para el funcionamiento de la red.