
La segunda mesa de negociaciones entre el Telefónica y los sindicatos de las empresas afectadas por el ERE de la teleco, celebrada este lunes, se ha saldado con escasos avances, aunque el encuentro sirvió para fijar posiciones por parte de los representantes de los trabajadores en tres aspectos: el rechazo rotundo de UGT a cualquier posible salida forzada; la confirmación de la cifra de trabajadores ya adelantada hace una semana, de 5.124 puestos; y la incorporación de puestos directivos entre los empleos llamados a regulación. A su vez, Telefónica explicitó que el análisis de empleabilidad no se ha realizado por número de personas y año de nacimiento, sino por excendentes funcionales. Por ese motivo, explican desde UGT, "no cuadran los números con las nacidas en 1968 y anteriores con el número de excendentes funcionales propuestos".
Las próximas reuniones del ERE se realizarán el próximo miércoles 13 de diciembre y jueves 14 de diciembre, mientras que las reuniones relacionadas con el convenio colectivo se empleazan para el martes, miércoles y jueves de esta semana. La central sindical considera inaceptable "hablar de excedentes y reajustes que afecten sólo a las personas trabajadoras sin conocer qué acciones se van a tomar con el área directiva que ha tenido la responsabilidad de prever y evitar la situación actual", señala UGT a través de un comunicado. En el mismo documento también apunta que "si se produce una extinción de puestos de trabajo ese mismo porcentaje de afectación y baremo de edad -mayores de 55 años- debe extenderse también al área de dirección que, por cierto, es el de mayor edad. Por todo lo anterior, UGT considera que no sólo tiene que reducirse significativamente la afectación del ERE, "sino que el acuerdo que alcancemos debe ser universal, extensible a toda la compañía y debe posibilitar que, aquellas personas a las que la empresa no permitió acogerse voluntariamente al último PSI por pertenecer a un área considerada como crítica, ahora tengan la posibilidad de, si así lo desean, extinguir su relación laboral con Telefónica por esta vía".
Por otra parte, UGT se mostró comprensiva en cuanto a las justificaciones de Telefónica en torno a las dificultades del entorno macroeconómico y sectorial, ya que considera que "la actual regulación europea de las telecomunicaciones y la elevada presión competitiva existente en nuestro país" afectan negativamente al sector. No obstante, la central señala que toda la culpa de la situación no debe imputarse a factores externos, inevitables", puesto que también han tenido su peso "las decisiones tomadas a lo largo de los últimos años en el seno de Telefónica".
En la misma línea, UGT discrepa ante el hecho de que la robotización, la automatización y el uso de herramientas de IA redunde en destrucción de empleo", motivo por el que "no comparte ni el alcance propuesto fijado en 5.124 puestos de trabajo". Precisamente, esa misma cifra se ha confirmado en la reunión de este lunes, para sorpresa de UGT, así como "la división realizada entre áreas y actividades de la compañía afectadas o no, a criterio de la empresa, por el despido colectivo". Con vistas al futuro, el sindicato aboga por la puesta en marcha de un "reskilling de calidad", para fomentar "la movilidad funcional voluntaria", así como "la internalización de actividades que garanticen la empleabilidad de la plantilla".
Como ya condicionaron los sindicatos en encuentros previos, las negociaciones del ERE estarán vinculadas con el futuro convenio de la teleco (CEV), con una vigencia mínima de tres años, los mismos que la duración del nuevo Plan Estratégico de la multinacional. Por ello, insistimos en que en ningún caso se alcanzará el acuerdo con Telefónica "si no se alcanza también un acuerdo para el III CEV que garantice la estabilidad y los derechos de las personas trabajadoras de Telefónica de España, Telefónica Móvil y Telefónica Soluciones".