
Hace ya mucho tiempo que el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, está tomando distancias con su principal aliado en seguridad, Estados Unidos, y se está acercando a otros jugadores del tablero mundial: China y Rusia. Esta alianza en bloque se hace cada vez más patente y esto pone en el foco de Occidente al reino. A esto se suma que el país ya fue advertido varias veces por la ONU por haber violado los derechos humanos en reiteradas ocasiones.
Pero el principal acto que hizo se pusiese el foco en el país del Golfo fue cuando Riad y Moscú acordaron reducir la producción de crudo a finales de octubre del año pasado. Un acuerdo que se fue modificando y prolongando en el tiempo, hasta que este martes cerraron recortar la producción hasta final de año.
Los últimos términos conocidos del acuerdo especifican que los saudíes dejarán de producir un millón de barriles diarios y los rusos 300.000 barriles. Esto hizo que el precio del barril de brent rozase los 90 dólares, su cotización más alta en lo que va de año. Esto provocará consecuencias para la economía mundial ya que, según el New York Times, supondrá la caída de casi el 1% de la producción mundial.
Así, Arabia Saudí pasó de producir 10,5 millones de barriles diarios el año pasado a los 9 millones de barriles por día en julio.
El economista jefe de mercados emergentes de Bloomberg Economics, Ziad Daoud, aseguró que estos recortes reducirán el PIB del petróleo en el país del Golfo "aproximadamente un 8% este año".
Pero eso no parece importar al príncipe Mohamed bin Salmán. El mandatario está en plena campaña diplomática para triangular posiciones con Rusia y China (principal socio comercial del país) y alejarse de su socio prioritario en materia de seguridad: Estados Unidos.
En busca de la diversificación
La clave de todo esto, es que el reino está buscando diversificar su economía, alejándola del petróleo y es el único país de la OPEP+ que tiene capacidad para reaccionar sin problemas a los cambios en la oferta y la demanda de energía debido a su capacidad de producción y almacenamiento.
La realidad del país es que ahora mismo está en una guerra interminable con Yemen; tiene activo un agresivo bloqueo hacia sus vecinos de Qatar y manifiesta una enorme rivalidad abierta con Irán. En este sentido, el analista del Instituto Para la Paz de Estados Unidos, Sarhang Hamasaeed, aseguró que los saudíes piensan que la influencia de China y Rusia sobre Irán "puede contribuir a reforzar su seguridad" y, por tanto, no necesitarían depender de EE UU.
A finales de 2022, el príncipe saudí Bin Salmán, y el presidente de China, Xi Jinping, celebraron una cumbre bilateral de la que salieron una treintena de acuerdos de inversión por valor de 10.000 millones de dólares. A esto se suma que Arabia Saudí está buscando "comprar su influencia política a través de la inversión estratégica en occidente", explicó el investigador sobre Oriente Medio de la Fundación Ciencia y Política, Stephan Roll.
Por tanto, la compra por parte de Saudi Telecom del 9,9% de Telefónica es otro movimiento en el tablero para ganar poder económico en Occidente. Aún así, las relaciones comerciales entre España y Arabia Saudí son buenas. Nuestro país es el principal proveedor de servicios de ingeniería, con la construcción del AVE entre La Meca y Medina por parte de empresas españolas.