Telecomunicaciones

Una visión al día de 5G: ¿Qué más podemos esperar? Experiencias y posibilidades

  • La nueva conectividad aún no se ha comercializado de una manera diferencial
  • ¿5G será el preludio de las comunicaciones móviles en tres dimensiones?
  • El MWC prevé debatir sobre cómo modernizar 5G para poder monetizarlo
Aspecto de uno de los pabellones del pasado Mobile World Congress de Barcelona. Foto: Efe

Además de una mayor velocidad, o sea, un mayor ancho de banda asociado a la frecuencia en que opera (en torno a 3,5GHz) y a la mayor eficiencia de la nueva tecnología de radio, ¿qué más podemos esperar de 5G? ¿Es correcto pensar que gracias a 5G veremos vehículos autónomos? ¿Será el preludio de las comunicaciones móviles en tres dimensiones? ¿Quién se beneficiará y quién pagará su coste?

De momento, no obstante contar en España al final de 2022 con 8,6 millones de usuarios, conforme a las estimaciones del Observatorio de 5G de la UE, la evolución de 4G a 5G ha pasado prácticamente desapercibida, tanto al gran público como a los usuarios profesionales (empresas e instituciones). Quizás porque con las prestaciones de 4G se pueden ejecutar razonablemente bien las aplicaciones más comunes (mensajería instantánea, vídeo en movilidad, redes sociales) y porque en el ámbito empresarial WiFi resuelve satisfactoriamente la mayoría de necesidades asociadas al Internet de las Cosas (la miríada de dispositivos conectados que transmiten cierto volumen de datos para generar avisos o instrucciones para el funcionamiento de sistemas o máquinas). Quizás porque el "auténtico" 5G todavía no ha llegado y en realidad en la llamada versión NSA ("non-stand-alone" en inglés, o sea dependiente para ciertos aspectos de gestión de la red del 4G, con el que comparte su frecuencia, más baja) actualmente los rendimientos que se aprecian no difieren significativamente de los que experimentan los usuarios de 4G.

Tal vez, consecuentemente, porque los operadores, que disponen del espectro radioeléctrico necesario para ofrecer 5G no han diferenciado comercialmente los nuevos servicios, de tal modo que la eventual percepción de valor añadido se ha visto -hasta ahora y no será fácil revertir esta situación- anulada por la disputa intensa de la cuota de usuarios entre los operadores móviles con red y los operadores virtuales, cuya política comercial está condicionada por los pasos que den los primeros, pero en su posible afán de ganar escala (normalmente ofreciendo de manera "convergente" el acceso de banda ancha fija con fibra óptica) vendrán respaldados por la obligación de los operadores de red de garantizar ante el regulador que sus ofertas de servicios son replicables a través de un régimen mayorista diseñado para propiciar la emulación entre todos los operadores y mantener la continua erosión de precios finales, corolario de la competencia efectiva.

Lo cierto es que no obstante la rápida expansión de la conectividad de fibra óptica en hogares y empresas, la conectividad móvil es predominante a nivel global, con 6.600 millones de dispositivos personales para una población de 7.970 millones de personas, según Statista, de modo que ni el nivel de desarrollo económico ni de renta personal son barreras para una conectividad ubicua. Detrás de estas magnitudes están las experiencias de una gran parte de la población en el uso de aplicaciones exclusivamente móviles, como las redes sociales o híbridas pero progresivamente desplazadas al móvil, como la videollamada personal y otras herramientas de colaboración, teniendo presente la mayor eficiencia de recursos de las telecomunicaciones móviles, tanto desde la perspectiva de los operadores (cuyos plazos de recuperación de la inversión para los negocios móviles pueden adelantarse en hasta cuatro veces a los de los negocios fijos) como de los usuarios, beneficiarios de una deflación previsible de su coste de conectividad, reflejo de las mismas economías "de campo" que se asocian al procesamiento de datos y que representan un enorme desafío financiero para los operadores. Por otro lado, la conectividad máquina-máquina realmente ha despegado con la profusión de datáfonos de pagos inalámbricos y la rápida implantación de sistemas de telemetría en los servicios públicos y en ciertas explotaciones económicas, solo accesibles de manera viable con soluciones móviles (en frecuencias bajas como la del antiguo GSM).

Para seguir progresando en la transmisión de mayores volúmenes de datos (sean asociados a la memoria consumida por las aplicaciones de vídeo, sea para dar respuesta a las exigencias de menor retardo de comunicaciones críticas que exigen un procesamiento cercano de la información gracias a herramientas de inteligencia artificial ubicadas cada vez más próximas a la fuente y destino de los datos) 5G, en su versión más avanzada -SA, de "stand-alone" o autónoma en inglés- se revela indispensable y en diversos pilotos con variados casos de uso de la tecnología se ha podido constatar que 5G abre al gran público posibilidades de mejorar cualitativamente los soportes audiovisuales y enriquecer notablemente las sensaciones personales en múltiples actividades básicas -también llamados "verticales"- como la educación (con la ayuda de aplicaciones de realidad aumentada o virtual), la seguridad pública (con la aplicación de sistemas avanzados de reconocimiento, respetuosos de los derechos humanos), el entretenimiento masivo en movilidad (con velocidades en ambos sentidos que hacen de los juegos en línea un nuevo pasatiempo y un negocio en imparable crecimiento gracias precisamente al componente de movilidad) y más tímidamente la automatización de procesos industriales y logísticos, que gracias a la adopción de "gemelos digitales" de espacios, elementos y la interacción entre ambos y a las funcionalidades de geolocalización incorporadas a 5G pueden ser rediseñados, optimizados y hechos más eficientes.

Aunque las recomendaciones técnicas para 5G de la UIT, que describen los tres parámetros distintivos de la tecnología de radio en esta década (la mejora de la banda ancha móvil, las comunicaciones fiables de bajísima latencia y las comunicaciones entre máquinas de alta densidad) fueron publicadas en septiembre de 2015 a día de hoy hay funcionalidades no implantadas (en lo que algo ha tenido que ver el "paréntesis" de la pandemia de 2020-21) y una notable falta de dispositivos industriales compatibles (particularmente en lo que concierne a los sensores y a los enrutadores en la nueva banda "alta" de alrededor de 26GHz que es imprescindible para algunas aplicaciones industriales, así como para llegar a competir en entornos rurales con la fibra óptica con soluciones híbridas que están consiguiendo cierta tracción en los mercados de Estados Unidos y en algunos países europeos (vale la pena resaltar en este punto que en la subasta el pasado diciembre de esta frecuencia en España los tres operadores de red nacionales se hicieron con todos los bloques nacionales por los precios de salida, mostrando su habilidad para administrar una tecnología inmadura y el futuro alcance de su promoción, mientras el Estado obtenía el ingreso mínimo por la cesión a veinte años de este habilitador de los servicios, que previsiblemente tendrá que ser compartido por nuevos agentes de comercialización, tanto operadores virtuales como tal vez proveedores de computación en la nube o de otros servicios de interés general (comercializadores de luz, agua o portales de comercio electrónico con gran número de usuarios).

Se constata que 5G contribuye a notables mejoras en términos de sostenibilidad, por el factor de eficiencia energética unitaria

En cualquier caso, la mejora de rendimientos de la 5G frente a 4G es apreciable e incluso cuando los usos actuales de las comunicaciones móviles no requieran las mayores velocidades o el menor retardo de 5G, se trata de una progresión que incidirá en las premisas de coste para los negocios que la aprovechen, más allá de la generalización de las tarifas planas móviles y no obstante las limitaciones prácticas a la reserva o asignación de recursos técnicos en las redes públicas ("slicing" en el término técnico en inglés). Se constata que 5G contribuye a notables mejoras en términos de sostenibilidad, por el factor de eficiencia energética unitaria, además de los esfuerzos de los fabricantes y operadores por suministrarse con fuentes de generación renovable, así como la evitación de emisiones asociada en general a los nuevos usos de la conectividad móvil e igualmente a la reducción de vulnerabilidades de las comunicaciones móviles públicas, que además de su encriptación se benefician de la aplicación de políticas y buenas prácticas de gestión de aplicativos, configuración de equipamientos y gestión de elementos de red y de procesamiento de datos en proximidad. Convendrá no obstante que el Gobierno español acometa sin dilación las actuaciones previstas en la vigente Ley de Ciberseguridad 5G para evitar potenciales amenazas derivada de la futura instalación u operación actual de infraestructuras inadecuadas.

Es probable que otro factor que dificulta la adopción de 5G en soluciones de valor diferencial sea la nueva complejidad del ecosistema de agentes que tales soluciones requieren. Más allá del triángulo entre operadores, fabricantes de red y fabricantes de dispositivos (incluidos los de las SIM de usuarios) y de las pretensiones de algunos fabricantes de dar respuesta integral a todos los requerimientos de la cadena de suministro (como Huawei, Samsung o ZTE), la experiencia muestra ciertas dificultades de integración y afinación en campo entre redes, servidores de propósito específico para las funcionalidades requeridas instalados en los propios nodos de la red móvil (MEC) y dispositivos de usuarios, incluso cuando los mismos componentes de tecnología común funcionan en los laboratorios de los fabricantes. En este sentido, la reciente feria de electrónica de consumo CES de Las Vegas celebrada a principios de enero, no ha contribuido con sus lanzamientos y anuncios a despejar las carencias en sensores y otros dispositivos de cliente, específicamente visores y similares que faciliten la implementación de usos de 5G con realidad aumentada o virtual e inteligencia artificial. De hecho, el proveedor de referencia de los "chipset" de dispositivos móviles, Qualcomm, sigue aún desarrollando su "visión" para la configuración de los procesadores de los futuros dispositivos personales, adecuados para las comunicaciones audiovisuales e inmersivas para las que las capacidades de 5G puedan disfrutarse, por el gran público o para usos profesionales, con las consiguientes repercusiones para la oferta esperada de nuevos dispositivos de -quien si no- Google, Meta y Microsoft. Por otro lado, volviendo al ámbito de las infraestructuras, se ha comprobado en las pruebas de rendimiento de diversos pilotos 5G que el incremento del volumen de datos asociado está requiriendo una revisión de huella y características de las redes de transmisión y transporte de datos, especialmente los ramales a los emplazamientos móviles que por regla general tienen una capacidad de 1Gbps, en principio inferior a lo que demandan velocidades que puedan competir con las de WiFi, teniendo presente la concurrencia actual de usuarios por nodo y no obstante la mayor densidad de dispositivos conectados que permite la eficiencia de 5G en el uso del espectro radioeléctrico. En este mismo sentido se pronunció el pasado 4 de enero el presidente del operador norteamericano Verizon, Hans Vestberg en la conferencia con inversores de Citi, reconociendo la limitada tracción de las redes privadas 5G por las limitaciones de la oferta y coste de equipamientos y dispositivos.

La sincronización de los desarrollos técnicos de principio a fin por parte de los fabricantes de equipamiento y los desarrolladores de sistemas y su aplicación acertada a propósitos específicos con impactos financieros determinados probablemente serán en los próximos meses el binomio de avance de 5G profesional, cuyo éxito, a la luz de las experiencias recientes, previsiblemente demandará la colaboración estrecha entre promotores de los usos (empresas, instituciones), apoyados por centros de investigación aplicada o consultores que describan los procesos, controles e interacciones entre usuarios (combinaciones de personas y máquinas), proveedores de conectividad (operadores, sea exclusivamente en sus redes públicas, en las redes privadas de los promotores o en un modelo híbrido) y de procesamiento de datos (en principio con un esquema transparente de subcontratación de los operadores en las principales "nubes" públicas (AWS, Microsoft Azure, Google Cloud) que como se mencionaba diseminarán sus servidores (MEC) en los nodos de los operadores, incorporando las últimas tecnologías de virtualización y de inteligencia artificial asociada a las tareas -"workloads" en el término técnico en inglés- requeridas por los promotores de los usos profesionales de 5G. Finalmente, el apoyo financiero continuado de los poderes públicos para la digitalización de las economías, como palanca de mejora de la productividad y de la competitividad ,sigue siendo necesario para que la expansión de 5G no se frustre prematuramente, como de alguna manera ocurrió con 3G (UMTS) aunque ahora, con algo de paciencia no habrían de asumirse las pérdidas multimilmillonarias asociadas a los precios exorbitantes del espectro y la consiguiente renuncia a la expansión de los negocios de algunos operadores en diferentes países y como podría presagiar la modesta expectativa de crecimiento global de su negocio de radio del 11 por ciento para los próximos tres años, anunciada por el fabricante Ericsson en su reunión con inversores y analistas del pasado 15 de diciembre.

Hasta qué punto la adopción de 5G puede evaluarse con patrones convencionales de coste y calidad y su traslación a las líneas de ingresos o gastos asociados a la actividad en cuestión o en qué medida requiere una matriz más compleja de componentes y resultados presumiblemente todavía no lo sabemos. El escepticismo sobre los beneficios derivados de mejores rendimientos, ante la falta de usos que demanden más de lo que ofrece de manera probada y estable 4G tal vez se vea superado cuando se disponga de referencias sectoriales de implantación de 5G y dando lugar a una especie de "caja de herramientas 5G", teniendo presente que por el momento las asociadas al llamado acceso fijo inalámbrico para la banda ancha móvil mejorada carece de elementos cualitativos que la distingan del servicio con la tecnología anterior, para la que ordinariamente el procesamiento de datos no tiene el carácter crítico que harían posibles ciertos usos potenciales de 5G, asociados por ejemplo a la cirugía teleasistida, a los vehículos autónomos o a la seguridad electrónica en recintos singulares.

En vísperas del MWC

Así las cosas, el próximo MWC de Barcelona, a finales de febrero, que es el encuentro anual de las telecomunicaciones móviles, tiene una agenda de sesiones cargada de interrogantes respecto del porvenir de 5G, desde la pregunta ¿a dónde nos llevará 5G? de la reunión ministerial de GSMA y de ¿hay un futuro en 5G para todos? a ¿no esperaremos demasiado de las redes móviles privadas?, el reconocimiento de la inmadurez práctica de la tecnología en el titular "5G, listo para el despegue" y los desafíos comerciales de "5G, modernizar para monetizar" y la confesión del uso predominante en "Banda ancha fija inalámbrica (FWA), la verdadera historia de éxito de 5G", especialmente en Estados Unidos. Previsiblemente a tales preguntas y afirmaciones se responderá con avances, implantaciones y aplicaciones que mostrarán en un futuro cercano el valor diferencial de 5G, que asoma en diversas implantaciones y experiencias de uso alentadoras.

Alberto Horcajo es Cofundador de Red Colmena

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