
La coyuntura económica incierta, la saturación de la oferta de telecomunicaciones móviles (la última incorporación al mercado español es la de la cooperativa TRES, que presumiblemente comercializa bajo un modelo de suscripción servicios convergentes -banda ancha fija y móvil- a coste) y la enorme expectativa de posibilidades de aplicación de 5G a usos de mayor valor añadido coinciden con un patente deterioro de los resultados de los operadores y un rápido incremento de sus costes de capital, reflejado en precios de las acciones en algunos casos en mínimos, lo que requiere imaginación y pericia para superar inercias y ensayar fórmulas razonablemente seguras para relanzar el potencial de crecimiento y de generación de caja imprescindibles para acometer por parte de los operadores programas robustos de inversión en innovación que propicien una nueva etapa de esplendor de las telecomunicaciones.
Sea como fuere, Juniper Research pronosticaba en un informe titulado 5G Monetisation: Business models, strategic recommendations & market forecasts 2022-27 del pasado 24 de octubre que los ingresos de 5G de los operadores que ofrecen la tecnología alcanzarán este año 195.000 millones de dólares y que crecerán el año que viene más del 60%, hasta superar los 315.000 millones de dólares, fundamentalmente por la migración de accesos actualmente de 4G y a expensas de no poder repercutir la inversión asociada en espectro y nuevo equipamiento, sumando más de 600 millones de accesos 5G, mientras se intenta impulsar el negocio de redes privadas 5G con la segmentación de perfiles de usuarios ("slicing" en inglés) de las redes 5G avanzado ("SA" en su acrónimo en inglés), lo que debe permitir ahorrar en recursos desplegados, haciendo los casos de negocio más atractivos.
Según Light Counting Market Research a finales de 2021 habría tan solo 20 redes 5G avanzado de uso público, lo que da idea del potencial de generación de sinergias en el imparable despliegue que seguirá previsiblemente a la popularización de entornos asimilables al metaverso, en su aplicación empresarial a través de los gemelos digitales y para nuevos modelos de comunicación y entretenimiento para el gran público.
El patrón europeo de competencia en las telecomunicaciones móviles, basado en la existencia de un número mínimo de titulares del espectro radioeléctrico (hasta la fecha, tres), que tienen aparejadas obligaciones determinadas de cobertura en extensión y plazos y por ello la concurrencia y frecuentemente el solapamiento de infraestructuras ha resultado en una oferta de servicios indiferenciados que compiten por precio (en sentido amplio, teniendo en cuenta los esquemas de incentivos y mecanismos de fidelización de cada operador) y en una participación "forzosa" en el mercado mayorista con el fin de obtener una rentabilidad marginal al capital invertido gracias a los ahorros en captación pero sometido a la traslación de las consiguientes eficiencias operativas, lo que lo convierte no obstante en un espacio fuertemente disputado. Tal vez la búsqueda de una cuota mayor del tráfico de los operadores virtuales y selectivamente del de otros operadores con espectro (con acuerdos de compartición en ciertas geografías del acceso de radio, como el de Orange con Vodafone) esté resultando en una "apatía competitiva" frente al gran público, derivado de la consolidación del oligopolio vigente, ocasionalmente sobresaltado por las campañas de captación de las marcas secundarias (O2, Simyo, Lowi…) de los operadores de red, con una experiencia de usuario equiparable a la de los clientes de la marcas principales, pero con una diferenciación de canal perceptible y unos costes de gestión sustancialmente inferiores.
En la práctica, el número de competidores es consecuencia de la fijación por los reguladores del mercado del número óptimo de proveedores en un sector con elevadas barreras de entrada junto a la disposición de la comunidad inversora de dedicar fondos a un negocio de interés general con un perfil de riesgo asociado a las exigencias operativas y financieras de la evolución tecnológica exógena y al éxito de la innovación comercial individual.
La existencia de tres operadores de redes móviles, reiteradamente señalada como "ideal", quizás extrapolando el número habitual de entidades resultantes en las escisiones de negocios privatizados en la década de los 90 del siglo pasado, desde la Comisaría Europea de Competencia (lo que explicó entre otras resoluciones de la misma el rechazo en mayo de 2016 -anulada en septiembre de 2020 por el Tribunal General de la Unión Europea- al proyecto de adquisición de la filial británica de Telefónica, O2 UK, por parte de la operadora del grupo Hutchinson, 3, que actualmente negocia su integración con la del grupo Vodafone), parecería -no obstante el parecer recientemente conocido de la Abogada General de la Unión Europea, Juliane Kokott respecto a la perspectiva de existencia efectiva en tal caso de un "obstáculo significativo para la competencia efectiva", basada en los efectos no coordinados de las acciones de los competidores- un criterio superado, en gran medida por el impacto apreciable de la oferta de los operadores móviles virtuales en la dinámica de precios en todos los segmentos así como por el hecho de ser aquellos (por ejemplo Iliad en Italia y MásMóvil en España) los que han tomado la iniciativa para capturar sinergias varias a través de la eventual integración con operadores de red.
El reciente anuncio por parte de Telefónica de la revisión de su plan estratégico a la luz de las condiciones actuales de la economía mundial y de los mercados en los que presta servicios da idea de la persistencia de condiciones adversas y de los riesgos para la sostenibilidad de los parámetros financieros de los operadores del envilecimiento de precios asociado a una disputa agresiva de cuota, si bien conforme a los registros públicos de la CNMC, la portabilidad móvil en España registró una rotación entre operadores en el segundo trimestre de 2022 inferior en casi un 11% a la registrada en el primer trimestre del año y probablemente los datos del tercer trimestre confirmen tal desaceleración (el dato mensual más reciente, de agosto, la portabilidad móvil cae cerca del 6,9%).
La suficiencia de espectro radioeléctrico en la mayoría de la bandas de telefonía móvil -que ha permitido en ocasiones dedicarlo a la siguiente tecnología de radio- junto a la holgada potencia de los equipamientos desplegados puede ofrecer importantes ahorros de costes (en la inversión en cobertura y capacidad, así como de gastos corrientes de operación, supervisión y mantenimiento), como lo demuestra el importante número de usuarios de telecomunicaciones móviles "alojados" en las redes de operadores distintos a los de las SIM que emplean y de quien reciben su factura. En efecto, la compartición de recursos técnicos manteniendo la estricta independencia comercial es una decisión racional del sector, sensatamente propiciada por el regulador, que se enfrenta no obstante a diversos recelos en las organizaciones de los operadores con red propia, pero que parecería ser el próximo paso lógico en la separación estructural de la operación y el negocio tras la enajenación de la infraestructura pasiva de acceso móvil (las "torres" o "emplazamientos", cuyo precursor en España, hace ahora una década, fue la antigua Abertis Telecom, actualmente Cellnex, a quien siguieron los operadores de red con sus respectivas filiales, Telxius de Telefónica, Tótem de Orange y Vantage de Vodafone) a la manera de la desintegración de las actividades de generación, distribución y comercialización en el sector eléctrico, con modelos de gestión y participantes en cada una de las actividades escindidas muy diferentes y que aunque hasta ahora ello no esté suficiente analizado, contribuye de manera relevante a las metas de eficiencia y sostenibilidad de las telecomunicaciones móviles.
Operadores virtuales
Más allá de la compartición de emplazamientos y de la posibilidad de que un operador de red aloje a los clientes de uno o varios operadores virtuales, cabe la posibilidad de compartir, de manera selectiva, parte de la infraestructura activa (antenas y otros equipamientos que forman parte de los nodos o "estaciones base"), siguiendo los modelos de solo radio única (MORAN en su acrónimo en inglés, que permite distinguir parámetros de servicio entre operadores que comparten el recurso al nivel del nodo) y adicionalmente de potencial compartición del espectro (MOCN en su acrónimo en inglés) para el que los parámetros de servicio se fijan por cada operador en su "core" en función del perfil del usuario registrado.
En 2018 se planteó la posibilidad de crear un operador común de la banda de 900MHz (2G/E-GSM), con fecha prevista de reversión en 2030 y que apenas se usa en determinadas zonas para el tráfico de voz, probablemente bastando el espectro disponible de uno de los tres operadores que lo ostentan para la provisión del servicio, generando sustanciales ahorros que podrían traerse al presente por la enajenación de recursos técnicos asociados. El desentendimiento en criterios técnicos, las tensiones competitivas y las dudas respecto de la aceptabilidad por parte del supervisor de esta iniciativa la hizo entonces inviable, si bien la tecnología de radio, la eficiencia espectral y los patrones del tráfico de comunicaciones móviles han evolucionado desde entonces en una dirección que hace a propuestas similares cada vez más atractivas en el binomio rendimiento/coste de las redes móviles y a la luz de una orientación de la competencia basada en servicios y no en infraestructuras, lo que debiera contribuir a una mayor innovación comercial del lado de los operadores -excesivamente dependientes de los socios y proveedores que ofrecen sus aplicaciones en los sistemas operativos de los dispositivos- además de aliviar ciertas partidas de costes compartidos.
Esta nueva realidad de la "competición-cooperación" que describieron en 1996 Adam Brandenburger y Barry Nalebuff en su libro "Coopetition" se basa en las "redes de valor compartido" que arroja un resultado superior para los interesados. Un buen ejemplo es la fuerte competencia entre los servicios de TV bajo demanda de Amazon Prime y Netflix, que sin embargo no impide que esta última sea uno de los principales clientes de AWS, la "nube" pública de Amazon, resultando en costes de explotación más ajustados y presumiblemente en precios más competitivos, beneficiando pues al consumidor y propiciando la innovación de producto.
Por otro lado, la normalización de estándares y la homologación de políticas e instrumentos asociados a determinadas funcionalidades de interés general (especialmente ciberseguridad, pero en la práctica con notable relevancia en esta fase de introducción de la tecnología la interoperabilidad de redes, nodos de procesamiento y almacenamiento de datos y dispositivos) justifica una aproximación conjunta, que debe resultar en un ahorro de recursos y en una reducción de los plazos de experimentación, aceptación e implementación, tan necesarios tras los desfases en la adopción efectiva de versiones de la radio de 5G publicadas por el consorcio 3GPP, producidos por las dificultades en la colaboración entre tecnólogos, fabricantes y operadores a causa de la última pandemia. Sin embargo, principalmente de la mano de los pilotos de casos de uso institucional y empresarial de 5G, se han podido probar las funcionalidades asociadas a la mayor resolución del vídeo en el móvil, las comunicaciones críticas de bajísimo retardo y el despliegue masivo de sensores que posibilitan el Internet de las Cosas y la digitalización de actividades de fabricación y logística.
En el piloto 5G Euskadi, en el que participan Euskaltel, Orange y MásMóvil, se ha desplegado una red de acceso móvil compartida "MOCN", que combina en 5G avanzado nodos determinados de la red comercial, despliegues en interiores de uso exclusivo y la cobertura de un acuerdo de "roaming" nacional que en efecto permite a cada operador, que o bien gestiona su propia conmutación o emplea la específica del piloto en función del usuario, establecer niveles de servicio y prestaciones diferenciados y asimétricos, no obstante emplear recursos compartidos. En este caso se utiliza el espectro del operador que aporta la red comercial, pero igualmente podría plantearse, con la avenencia del supervisor, la posibilidad de mutualización del espectro conforme a lo previsto en el Reglamento sobre uso del dominio público radioeléctrico de 2017, localmente y en función de la intensidad del tráfico, como han descrito en varios análisis para el mercado español José Marino García García y a nivel europeo Zoltan Papai, Aliz McLean y otros en un artículo de septiembre de 2020 del Journal of European Competition Law & Practice titulado Policy issues in mobile network sharing: a European perspective, creando una fuente adicional de potenciales ahorros que podrían dedicarse a la innovación comercial y al estímulo a la adopción de 5G. Tal vez sean los operadores españoles quienes teniendo en cuenta el relevo tecnológico en las comunicaciones móviles antes vean el potencial beneficio derivado de una asignación eficiente y coordinada de los recursos financieros en ámbitos ajenos a la competencia.
Alberto Horcajo, Co Fundador de Red Colmena