Vodafone tiene todo a su favor para salir beneficiado de los movimientos corporativos que en los últimos meses han sacudido los cimientos del negocio luso de las telecomunicaciones. Como piezas de dominó cayendo y empujando a otras fichas, Vodafone ha reconocido su interés por el negocio portugués de cable de Altice, que opera bajo la marca Cabovisao.
Se trata de unos activos que el operador luxemburgués debe poner en el mercado, tal y como contemplan las condiciones de la compra de Portugal Telecom (PT). De la misma forma, con el objetivo de preservar la salud competitiva de las telecomunicaciones lusas, Altice también debe encontrar comprador para el negocio de móvil de Oni. Según informa Financial Times, todo apunta a que Vodafone iniciará el proceso de compra de la cablera a lo largo del próximo verano.
La maniobra de Vodafone es consistente con la estrategia desarrollada por el grupo de telecomunicaciones británico en otros mercados como el español y el alemán. Así, el pasado verano formalizó la compra de la cablera Ono, a cambio de 7.200 millones de euros; y poco antes hizo lo propio con la germana Kabel, por 7.700 millones.