El pasado 24 de octubre, Jack Ma, el genio chino que consiguió emular a emprendedores occidentales de la talla de Jeff Bezos, el arquitecto detrás de Amazon y el individuo más afortunado del planeta, cruzó una línea roja. Su discurso en la Cumbre Bund, considerada como una plataforma de comunicación financiera de alto nivel, abierta, pragmática e internacionalmente influyente, dinamitó su ya de por sí frágil relación con el presidente del gigante asiático, Xi Jinping. Un pulso macerado por el éxito de Alibaba así como los continuos rumores sobre el deseo de Ma de poner tierra de por medio y abandonar el país.
En dicho encuentro, un empoderado Ma, de 56 años de edad, compartió con los presentes algunas de las recomendaciones y experiencias de su carrera. Al fin y al cabo, este hombre de poco más de un metro 52 centímetros de estatura ha logrado orquestar una de las metamorfosis empresariales más importantes del país. Un fulgurante ascenso que ha transformado Alibaba de una startup gestionada por 17 amigos desde un modesto apartamento de Hangzhou en 1999, a un titán global de la tecnología que obtuvo 71.985 millones de dólares de ingresos en el año fiscal que finalizó el 31 de marzo de 2020.
"Soy un hombre semi-retirado que comparte opiniones que pueden ser inmaduras, inexactas o incluso risibles", relató antes de citar cortésmente a Xi. Sin embargo, la audiencia comenzó a incomodarse cuando Ma abordó la necesidad de reformar el sistema financiero del país. Una reprimenda en la que acusó a los reguladores chinos de frenar la innovación al tiempo que criticó la ineficacia de la banca patria, que según su parecer opera como una "casa de empeños".
Dardos que enfurecieron al presidente chino, cuyas represalias no tardaron en llegar. El pasado 2 de noviembre, Ma fue convocado por las autoridades patrias para ser interrogado. Al día siguiente, la oferta pública de venta (OPV) del brazo de financiero de Alibaba, Ant Financial, que buscaba recaudar hasta 37.000 millones de dólares y convertirse en la mayor salida a bolsa de la historia reciente, fue cancelada. A finales de diciembre, los reguladores forzaron una reestructuración de las operaciones de su matriz, Ant Group, para adherirse a las nuevas normas antimonopolio, borrando así miles de millones de dólares a su valoración. Es importante recordar que esta entidad es propietaria del servicio de pago móvil Alipay, con 1.300 millones de usuarios de su en todo el mundo.
"Soy un hombre semi-retirado que comparte opiniones que pueden ser inmaduras, inexactas o incluso risibles"
No solo eso. Según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg, el patrimonio de Ma ha perdido más de 11.000 millones de dólares en los últimos tres meses desde los máximos de 61.000 millones de dólares alcanzados en octubre de 2020. La semana pasada fue reemplazado por otro directivo de Alibaba en el episodio final de un concurso televisado de talentos empresariales que él mismo había dirigido. La foto de Ma fue retirada de la galería de jueces y, de hecho, no ha sido visto en público durante al menos dos meses.
Hasta no hace mucho, Ma solía considerarse como una figura intocable. Con el beneplácito del Partido Comunista Chino se encargó de proyectar una imagen moderna y vanguardista respaldando tanto el Made in China 2025 y China Standards 2035, los proyectos que pretenden reescribir las reglas del comercio y la tecnología en el gigante asiático. Un gurú hecho a sí mismo que ni siquiera sabía cómo codificar y que sufrió continuos contratiempos. De hecho suspendió en dos ocasiones su examen de acceso a la universidad y ha relatado hasta la saciedad como cuando la cadena de comida rápida Kentucky Fried Chicken (KFC) abrió en su ciudad natal fue el único aspirante en no ser contratado.
Sin embargo, una infatigable ética laboral y un don para atisbar las tendencias de la economía digital lograron que este profesor de inglés se convirtiera en el hombre más rico de China. En 1999 fundó Alibaba con 60.000 dólares en el bolsillo en un momento en que el comercio electrónico era algo inaudito en el país asiático. 15 años más tarde, la compañía salió a bolsa el 19 de septiembre de 2014 en la New York Stock Exchange, donde recaudó más de 21.767 millones de dólares, convirtiéndose en aquel momento como el mayor estreno bursátil de la historia.
A partir de entonces, Ma asumió el protagonismo con entusiasmo, actuando en conciertos de rock, enfundándose en la piel de Michael Jackson y protagonizando una película de kung fu. Una ostentación que perturbó a la maquinaria del partido comunista chino y que podría haber llevado a las autoridades a guiar a la opinión pública en su contra. En septiembre de 2019 dejó su cargo como presidente del Consejo de Alibaba para dedicarse a la filantropía y Ant Group. Objetivos frustrados por su encontronazo con Xi.
El presidente de China no tolera ningún desafío a su autoridad. Dado el creciente aumento de los riesgos sistémicos así como el apalancamiento de la segunda mayor economía del mundo, Xi tomó como una afrenta directa pedir, como hizo Ma, que se relajen las condiciones financieras. De esta forma, el fundador de Alibaba ignoró que para el mandatario la lealtad es lo primero y como reza un reciente titular en el People´s Daily, la cabecera afín al gobierno, "no existe la llamada era Ma".