
Las plataformas de los videojuegos en la nube amenazan seriamente la hegemonía histórica de las consolas en el sector. Por lo pronto, compañías como Google, Microsoft y Amazon ya acaparan la mayor parte del negocio del sector, con una cuota en conjunto del 58%. Y la tendencia de crecimiento de estos gigantes se presume imparable.
Cuando surgió Internet, las nuevas empresas de medios online impactaron a los soportes tradicionales -periódicos, la radio y la televisión-. Pero esa ofensiva online no erosionó la industria de los videojuegos, algo que no pudo decir la música. Al contrario, las empresas de videojuegos utilizaron la red para aumentar las ventas de sus productos y comercializar el software directamente a los consumidores, aprovechando el mercado de móviles y la demanda de contenidos para estos dispositivos. Todo lo anterior permitió a las grandes compañías de videojuegos elevar sus ingresos de la mano de la movilidad.
Pero, ¿estamos realmente preparados para el Netflix o el Spotify de los videojuegos vía streaming? En el último año, los videojuegos han generado en España un negocio de 1.530 millones de euros, muy por encima del cine (585,7 millones o la música grabada (237,2 millones). Segun datos de la patronal de los videosjuegos, la parte online crece a ritmos de 43,5% anual y la física cae cerca de 4,1%, respecto a los datos de 2017.
El 'cloud gaming'
La misma revolución que experimentó el negocio de la música con la llegada de Spotify y la industria televisiva con la irrupción de Netflix, comienza a consolidarse sobre la industria del videojuego.
El ecosistema de los videojuegos ha evolucionado en los últimos años hacia el juego grupal frente al juego individual, a la monetización dentro del juego frente a las ventas de software, al alquiler frente a la compra de hardware. En la próxima ola de innovación, los consumidores probablemente alquilarán el acceso al sofware del juego, utilizando la nube para el procesamiento, al igual que sucede con la música de Spotify o las películas y series de Netflix, un simple hecho que provocará un cambio radical en la industria, pues seremos capaces de enviar por streaming esos juegos en smartphones y televisores sin consola asociada.
Por tanto, cuando quieras jugar tendrás que conectarte a los servidores desde el lugar donde te encuentres, tanto con tu mando o consola como con la pantalla de tu televisor, ordenador, tablet o teléfono móvil. De modo que, los desarrolladores de videojuegos serán los encargados de distribuirlos en tiempo real y a cualquier dispositivo en cualquier momento, mediante computación en la nube. Esto quiere decir que lo que hagas con el mando lo enviarás por Internet a estos servidores, donde está funcionando realmente el juego, y desde donde te llegará lo que está pasando a través de la red, lo que parece un medio disruptivo para los ecosistemas de videojuegos, que podrá convertirse, según su uso, en amenaza u oportunidad.
Para los consumidores, la nube hará que sea más fácil jugar a los distintos videojuegos en diferentes plataformas, y permitirá que los jugadores se vuelvan escépticos del dispositivo, haciendo una pausa en un juego que estés utilizando en el ordenador y volviéndolo a abrir en un dispositivo móvil. Los desarrolladores de juegos podrán admitir más dispositivos a medida que disminuyan los problemas de compatibilidad entre el software y el hardware. Los proveedores basados en la nube podrán ofrecer acceso de bajo coste a los juegos que se ubiquen en ella, y una amplia gama de contenido de videojuegos. También podrán monetizar los juegos de manera no tradicional, adaptándose a las fortalezas del sector digital, mediante la publicidad a través de la monetización en el juego.
Otro gran fenómeno que ha surgido en torno a este sector son los eSports, que ahora generan deportes electrónicos basados en videojuegos multijugador, con jugadores profesionales, cuyos torneos se convierten en auténticos espéctaculos en vivo retransmitidos en multitudes de estadios. Todas estas tendencias requieren de una buena conexión para poder jugar desde la nube, y todo pasa por una red superior a la disponible actualmente, prestaciones que traerá consigo el 5G, la próxima generación de comunicaciones inalámbricas, que traerá consigo muchas ventajas técnicas, como la elevada velocidad para la descarga de información y la inmensa capacidad de datos que sea capaz de conectar a multitud de dispositivos simultáneamente.