Xiaomi tiene un nuevo y duro rival en España. Si el gigante chino convirtió Redmi en una marca propia para conquistar la gama media a un precio aún más bajo, BBK Electronics ha hecho lo propio y Realme se ha independizado de Oppo para atacar a la gama media por menos de 200 euros.
Pese a que Realme se funda en mayo de 2018, ha desembarcado en España con su quinto teléfono, el Realme 3 Pro un terminal que parte de los 199 euros pero con gran rendimiento y algunas características que sólo se encuentran en smartphones de mayor rango como la carga ultrarrápida Vooc o posibilidad de grabar en cámara lenta a 960 fps.
La estrategia de la compañía es "ofrecer a precios aceptables lo que los consumidores necesitan" Levi Lee, director de Realme Europa, explica a elEconomista.es. Este primer teléfono es la punta de lanza en el país donde espera ir creciendo paso a paso "escuchando a los consumidores" y es que Lee asegura que muchas de las innovaciones que tienen los últimos teléfonos del mercado son de cara al marketing, no a los consumidores.
La estrategia de la compañía comenzará siendo exclusivamente a través de su página web, aunque no descartan llegar a otras plataformas de ecommerce en función de que los consumidores lo vayan exigiendo. Eso sí, su idea pasa por ser exclusivamente online y no llegar a acuerdos con comercio físico.
"El crecimiento de Realme será paso a paso, no aspiramos a vender ahora mismo muchos teléfonos sino darnos a conocer", indica el máximo responsable para Europa. De momento han llegado a España con un único teléfono, pero de cara a la campaña navideña llegarán nuevos modelos, explica Lee.
Aspecto premium a bajo precio
El Realme 3 Pro cuenta con pantalla FHD+ de 6,3 pulgadas (408 ppp) casi sin marcos, con notch tipo gota, con lo que la inmersión en el contenido es mucho mayor de lo que cabría esperar de un teléfono de este rango de precio. También lo es su diseño. Es agradable en la mano y está bien construido, no adolece de plástico que le hagan parecer frágil sino que se siente un smartphone robusto y -aparantemente- duradero, y cuenta con salida de auriculares.
En la parte trasera monta una doble cámara de de 16 y 5 megapíxeles, una combinación que trabaja para realizar fotografías en modo retrato, pero no se encuentran posibilidad de disparar en gran angular o con teleobjetivo como está siendo tendencia en la industria. Eso sí, la cámara incorpora la posibilidad de grabación de vídeo a cámara ultra lenta a 960 fps.
Con respecto a la cámara frontal, monta una lente con un sensor de 25 megapíxeles y f/2.0 de apertura en el pequeño notch que corona la pantalla.
Más potencia de la que cabría esperar
En su interior monta un procesador Snapdragon 710, el más avanzado de la gama media, y estará disponible en dos versiones, una de 4 GB de RAM y 64 GB de almacenamiento interno; y otra de 6 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento, a un precio de 199 y 249 euros, respectivamente. En cualquiera de los casos se puede aumentar el almacenamiento a 256 GB a través de tarjeta microSD.
Más allá del 'corazón', el smartphone está optimizado con diferentes rendimientos propios enfocados a mover aplicaciones o juegos para que en cada momento el teléfono se adapte al funcionamiento que del usuario a su dispositivo. Lo hace gracias a funciones propias incorporadas en Color OS 6, la capa de sistema basada en Android P.
Uno de los grandes puntos a favor del Realme 3 Pro es su sistema de carga rápida. Al venir de Oppo, la compañía hereda el sistema Vooc que permite recargar la batería de 4.045 mAh en poco más de media hora. Este sistema de carga rápida permite además seguir usando el teléfono a pleno rendimiento incluso cuando se está cargando, ya que no ralentiza aplicaciones ni afecta al tiempo de carga.