
Canon ha entrado en una nueva era. Tres décadas después de haber lanzado el sistema EOS, la compañía japonesa ha presentado el sistema EOS R, un nuevo estándar con el que deja de lado el espejo en la categoría full frame y entra en plena batalla mirrorless contra Nikon y Sony.
Desde septiembre la compañía japonesa ha lanzado dos cámaras full frame sin espejo, pero la más ambiciosa de ellas es la Canon EOS R. Un sensor Dual Pixel CMOS AFde 30,3 megapíxeles, un diseño compacto y cómodo y una calidad de imagen extremadamente cuidada son algunos de los argumentos con los que Canon busca reinar en esta competitiva categoría.
Al carecer de espejo, la EOS R cuenta con un diseño más compacto pero se sigue sintiendo cómoda, compacta y robusta como sucede en el resto de modelos de la compañía. Cuenta con unas dimensiones de 135,8, 98,3, y 84,4 mm de ancho, alto y profundidad, respectivamente, y un peso de algo menos de 600 gramos.
El nuevo diseño también ha traído cambios en la bayoneta de conexión que ahora cuenta con 12 pines que permiten una comunicación mejor entre cuerpo y objetivos así como un cambio en la montura, bautizada como RF, cuya distancia al sensor y diámetro cambia. De este modo no se pueden aprovechar los objetivos anteriores y será necesario un adaptador para usarlos, eso sí, la compañía ha presentado cinco objetivos con ópticas luminosas y dos zooms versátiles.
Pese a la novedad del formato, la Canon EOS R se siente tan familiar como siempre. El usuario que esté habituado a usar una Canon de altas prestaciones se sentirá cómodo usándola y podrá personalizar los controles. Asimismo, el agarre es estable gracias a un pronunciado grip y su pantalla de 3,1 pulgadas abatible y táctil que brinda versatilidad y uso adicional pensando en los creadores de vídeo.
Versatilidad a toda costa
La nueva Canon cuenta con un sensor de 30,3 megapíxeles dual Pixel CMOS, una sensibilidad ISO de 40.000 y un silencioso obturador que hace que la experiencia de fotografía sea altamente satisfactoria.
La utilización de la cámara a ISOs altos es perfectamente utilizable al arrojar poco ruido y permite una versatilidad de uso en situaciones de baja luz. De hecho, la principal característica de la cámara parece estar concebida para eso: ser utilizada en cualquier situación y con la posibilidad de tener un disparo continuo de 8 fps.
Más allá de la sensibilidad, el enfoque es otro de los puntos que a favor del nuevo modelo de la compañía. Es rápido y preciso, y además incorpora una de las características que ya se han impuesto en los smartphones: el enfoque pulsando sobre la pantalla táctil.
Cuenta con hasta 5.655 puntos de enfoque automático seleccionables, un rango amplísimo que permite no sólo ser muy rápidos y que la imagen salga perfectamente enfocada, sino también hacer seguimiento de objetos en movimiento con total nitidez.
Más allá de la fotografía, Canon también ha puesto el acento en la grabación de vídeo. Graba contenido en 4K y en cámara lenta a 1/4 de su velocidad, a un ISO hasta 12.800.
Además, si se graba en 4K permite a los creadores extraer capturas imágenes JPEG de 8,3 megapíxeles a partir de esos vídeos. La duración de los vídeos, uno de los grandes handicaps de las cámaras actuales, permite duración una duración máxima 29 minutos y 59 segundos.
En suma, pese a dejar de lado el espejo, la Canon EOS R es una cámara continuista e idónea para el usuario fiel de la compañía que tiene que renovar su equipo. Quizá no merece la pena dar el salto al nuevo modelo sin necesidad, pero es el punto de partida perfecto para que Canon se asiente en el territorio mirrorless.
Eso sí, la Canon EOS R no es para todo el mundo. Y es que el pack de cuerpo, objetivo 24-105mm y montura EF-EOS R sube hasta los 3.649 euros, con lo que está enfocada para los profesionales más exigentes.