Tecnología

Europa recupera el peso perdido en el mundo digital a través de nuevas leyes

  • La norma de derechos de autor es el último ejemplo de la influencia de Bruselas marcando las reglas
El Parlamento Europeo vota la reforma del copyright. Reuters.
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La revolución digital ya está alterando nuestra forma de trabajar y de vivir. Y este cambio que ha traído la cuarta revolución industrial se nos escapaba de las manos a los europeos. Hasta ahora.

Aunque el impulso llegó desde EEUU, y el gran salto adelante se quiere dar en China, la UE está marcando las reglas en el asilvestrado mundo digital, en materias que determinarán el desarrollo de las próximas décadas.

El poderío de EEUU es indiscutible. Las cinco empresas más grandes del planeta por capitalización bursátil, todas tecnológicas, proceden de allí. Además, Silicon Valley continúa siendo el principal pulmón de esta nueva era, aunque cada vez haya más aspirantes a rivalizar.

Pekín no solo no se quiere quedar atrás, sino que aspira a tomar el liderazgo con su política "China 2025", con la que quiere dominar en diez áreas clave para el futuro, como por ejemplo la inteligencia artificial o la robótica.

Europa avanzaba un par de pasos por detrás de estos titanes, ensayando nuevos instrumentos para financiar innovaciones más disruptoras (como con el Consejo de Innovación Europeo), para paliar su tradicional deficiencia en la financiación de capital riesgo que necesita su creciente ecosistema de startups.

Pero el bloque comunitario se mira con miedo y respeto en China y al otro lado del Atlántico, no por el volumen de sus inversiones o el éxito de sus firmas, sino por el peso de su ley.

GDPR, un hito en la industria digital

El primer ejemplo llegó con la nueva ley de Protección de Datos (General Data Protection Regulation- GDPR). La norma, que básicamente actualizó 20 años después la protección de datos a la era de Facebook y Google, convertía a los usuarios en dueños de su información, y garantizó sus poderes para eliminar su rastro digital y facilidades para trasladarlo. Fue imitada en países como Brasil, y elogiada por el CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, y otras influyentes voces.

"Habéis mostrado al mundo que buenas políticas y voluntad política pueden unirse para proteger los derechos de todos", comentó en Bruselas el pasado año el jefe de Apple, Tim Cook. "Es el momento de que el resto del mundo, incluyendo my país, siga vuestro ejemplo", añadió.

La última muestra de la demostración de fuerza normativa de Bruselas ha llegado con la revisión a los derechos de autor. Tras más de tres años, y un intenso lobby, el Parlamento Europeo dio el aprobado definitivo la pasada semana a la actualización del copyright.

Se refuerzan los derechos de los creadores en las plataformas digitales, mientras que se imponen obligaciones y limitaciones a gigantes como Google y Youtube, quienes deberán vigilar constantemente y retirar el contenido que no respete los derechos de autor. Google también deberá pagar a los medios para mostrar extractos de sus noticias. Para los críticos, desde activistas de la esfera digital hasta las grandes tecnológicas, supone limitar la "libertad de expresión". Para los defensores, terminar con la cultura salvaje de la "barra libre" de contenido en Internet, de la que se benefician unos pocos.

Google, azotada por Competencia

Los servicios de Competencia de la Comisión Europea también se han encargado de marcar los límites al dominio de los grandes de Internet. Un grupo de expertos está concluyendo un informe sobre cómo asegurar que se mantiene una competencia equilibrada en el mundo de la economía de datos, donde el líder tiende a consolidar posiciones ganadoras, como bien ejemplifica Google.

Con el último caso pendiente que cerró el pasado 20 de marzo, Google suma una multa acumulada de 8.250 millones de euros por abuso de posición dominante en sus servicios de publicidad online, de la plataforma Android, y de su servicio de comparación de precios.

Pero Bruselas también ha multado e investiga de nuevo a otros como Amazon o Facebook. Además, obligó a devolver a Apple 13.000 millones de euros a Irlanda por sus agresivas prácticas fiscales. En este campo tributario, Europa también ha ido un paso por delante con la propuesta de una tasa digital. La oposición de Irlanda, Suecia, Finlandia y Dinamarca impidió el acuerdo el pasado mes en la UE.

Pero el trabajo realizado por los europeos ha dado alas al debate en el entorno internacional (G7, G20 y OECD) y se espera un primer borrador para mediados de este año.

"Necesitamos una posición clara y coordinada, porque queremos una respuesta global en esto", le dijo a los Estados miembros el comisario en Asuntos Económicos, Pierre Moscovici. Aunque las grandes empresas que lideran hoy no son europeas, pero las normas que mercarán su destino tendrán cada vez más la impronta de Bruselas.

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