
La gama media cada vez es más alta. Los principales fabricantes de smartphones han propinado un histórico empujón a su segunda línea de productos, lo que afectará directamente al conjunto de su catálogo. A grandes rasgos, se estrechan las diferencias entre los buques insignia y los dispositivos que mayoritariamente empujan las ventas. No queda otra. La competencia es tan feroz que el mercado ha impuesto una ecuación difícil de resolver: prestaciones de gama alta con precios inferiores a los 350 euros. "Lo toma o lo deja", podría ser el lema de un negocio en el que las compañías asiáticas se desenvuelven con especial destreza. A los referentes habituales del sector, tras la incorporación de Xiaomi, One Plus y Oppo, se suman nuevas referencias como Neo, UMi, Zopo y JiaYu, entre otros.
La relación calidad-precio de la gama media es imbatible respecto a los tope de gama. Su atractivo aumenta entre aquellos usuarios que tienen claras sus necesidades y prioridades. La nobleza de los materiales siempre es un activo, aunque quizá no sea este el primer motivo de compra para este pujante segmento de mercado.
La principal diferencia entre la gama media y alta se situaba históricamente en la cámara. Este rasgo marcaba la gran diferencia entre unos y otros, con una distancia entre el primer y segundo escalón que rondaba los 400 euros. Es decir, en un lado aparecen los usuarios que están dispuestos a pagar más de 700 euros por un móvil y, en otro, claramente alejados de los primeros, se encuentran los que prefieren destinar apenas 300 euros. Los precios siguen siendo parecidos al tiempo que se han popularizado los efectos de profundidad de campo, los selfies con bokeh y los sensores muy luminosos. Todas estas habilidades ópticas han comenzado a extenderse entre la gama media, borrando así las fronteras con sus hermanos mayores. Ahora proliferan las dobles, triples y cuádruples cámaras entre los principales equipos del segundo nivel (como los Samsung A7 y A9) y se incorpora la inteligencia artificial para reconocer fondos, rostros y objetos, como ocurre con el nuevo Honor 8x. Para los equipos top se reservan las ópticas de relumbrón, como lo demuestra la alianza de Leica y Huawei. Desde siempre, la batería es un elemento de primera necesidad y los fabricantes no están dispuestos a escatimar recursos en el asunto. De esa forma, la gama media ha comenzado a adueñarse de los 3.000 miliamperios y de los sistemas de carga rápida, hasta hace poco tiempo exclusivos de la élite del sector.
Los procesadores de vanguardia se reservan para los primeros espadas, pero los grandes proveedores de chips tampoco descuidan a los subalternos, que año tras año elevan la potencia de este tipo de componentes.
El diseño es otra de las conquistas más felices de este segmento de mercado. Las pantallas sin apenas bordes y las configuraciones panorámicas forman parte de la normalidad, igual que los sistemas biométricos de reconocimiento, desde la huella dactilar a la identificación facial.
Las últimas versiones de Android tampoco miran el precio del terminal para así ganar cuota en todo tipo de terminales, lo que más pronto que tarde contribuirá a acortar las distancias entre la gama alta y media.
Tanto la resistencia ante una zambullida en agua como la conectividad NFC no tardarán en hacerse valer en la gama media,
Muchos pueden pensar -y no se equivocan- que el grueso de la inversión publicitaria de los fabricantes se concentra en los dispositivos de bandera, que vienen a ser los que proporcionan el mayor margen comercial. Y esos mismos anuncios son también los que encarecen el producto. De esa forma, en lugar de grandes campañas promocionales, la gama media suele dirigir la mayor parte de sus reclamos comerciales a través del canal de distribución, siempre más baratos que los spots de televisión, por ejemplo.
El segundo escalón gana altura
Samsung A7: Promete ser un 'superventas' en navidades con sus tres cámaras y prestaciones propias de los Galaxy de alta gama. Cuesta 349 euros.
Honor 8X: La marca de Huawei acoge la inteligencia artificial en el sector. La versión de 128 GB, con auriculares Bluetooth Sport, cuesta 299 euros.
Xiaomi Mi A2: El nuevo gigante chino revolucionó este año la clase media con prestaciones por todo lo alto y con un precio por todo lo bajo: 229 euros.
Nokia 7.1: El icono vuelve a la carga la próxima semana con un gama media de 300 euros. Destaca su cámara dual de 12 y 5 megapíxeles.
Moto 6 Plus: La apuesta de la marca de Lenovo populariza el reconocimiento facial, además del lector de huella en la parte trasera. Cuesta 249 euros.
LG G6: Es un gama alta venido a menos en apenas un año. Ronda los 300 euros y su gran aportación fue el formato 18:9, imitadísimo por todos.