Tras conquistar la web y los smartphones, Google se ha propuesto ser importante también en casa administrando uno de los pilares más importantes del hogar: el WiFi.
Tan crucial como el agua, la luz o el gas, la conexión WiFi se ha convertido en capital en los hogares y, salvo contadas excepciones, nuestra conexión diaria pasa por ella cuando estamos en casa. Google lo sabe y quiere que su sistema sea el cénit de los hogares. Para asentarse en el domicilio, la compañía de Mountain View lanzó el pasado junio sus sistema inteligente sistema de routers Google WiFi, que quedaron relegados al salir al mercado a la vez que sus altavoces Google Home.
La virtud de Google WiFi se basa en poner al usuario en el centro de la conexión en el hogar. Poder despreocuparse de su uso y que conectarse a internet sea lo más sencillo y cómodo posible, al tiempo que le da el control para conocer y manejar la conexión inalámbrica que se ha establecido en casa.

El primer punto en el que Google presume de sencillez con su WiFi es en la instalación. Basta con bajarse una aplicación en el móvil, enchufar y emparejar. En unos minutos el usuario habrá multiplicado la señal WiFi en su casa de forma considerable y haciendo llegar la cobertura a rincones que antes no llegaba su router doméstico.
Ya sea con una unidad o creando una malla de red con varias unidades, Google WiFi permite tener cobertura en toda la casa de forma estable. Depende del tamaño del hogar, Google recomienda una unidad para hogares de hasta 85 m2, dos unidades para casas de entre 85 y 175 m2 y 3 unidades para inmuebles de hasta 255 m2. El proceso para instalar cada unidad es igual de sencillo en todos los casos y se puede hacer crecer la red con un Google WiFi adicional en el momento que se desee.
La simplicidad de instalación se extrapola al verdadero punto fuerte del sistema: controlar y distribuir la señal por el hogar. Google pone en manos del usuario la administración de los dispositivos que están usándose en casa: el usuario conoce en cada momento qué dispositivos están conectados, qué conexión reciben y modificarla si desea. Así por ejemplo, se podrá dar prioridad de conexión a la televisión cuando se quiera reproducir una película por streaming para que tenga el mayor ancho de banda posible o restringir la conexión de los smartphones de los niños en los momentos en los que deberían estar estudiando.
El gran objetivo del sistema es que el usuario siempre tenga la conexión de la mejor manera posible, por ello, si se tienen varios Google WiFi se creará una red malla entre ellos que irá balanceando de forma automática para reforzar las estancias en las que en cada momento tenga más demanda de conexión.

Asimismo, dentro de las posibilidades de manejo de la propia WiFi, el usuario podrá crear redes invitadas -para que cuando se organice un evento no se colapse la conexión principal-, establecer horarios de uso -propiciando la desconexión digital-, e incluso cuenta con un modo familiar con el que impedir a los más jóvenes de la casa el acceso a determinadas páginas o plataformas.
Con respecto a la privacidad, Google explica que no recopila datos la actividad en internet, aunque sí lo hace del uso de aplicaciones -del mismo modo que lo hace en los dispositivos Android-. Aún así, desde la propia aplicación se pueden gestionar los tres tipos de datos que se recogen: servicios en la nube, estadísticas de las unidades de Google Wifi y estadísticas de la aplicación.
Muchos de los datos recogidos, explica Google, sirven a la compañía para trabajar en actualizaciones del producto que permitirán integrar nuevas funciones, y es que cabe recordar que la apuesta por un hogar conectado es cada vez mayor en la empresa de Mountain View.

Entre ellos, el gigante tecnológico explica que han puesto especial hincapié en la seguridad con un cuidado cortafuegos, protocolo WPA2 y actualizaciones automáticas de software para "asegurarse de que siempre tengas las funciones de seguridad más recientes".
En suma, Google WiFi (139 euros para una unidad y 359 euros el pack de tres) es una perfecta solución para quien quiera potenciar la conexión inalámbrica en su hogar de forma fácil, sencilla y con un manejo cómodo desde el smartphone. Eso sí, se puede quedar cortos para usuarios muy avanzados que usen escritorios remotos o sistemas de VPN, que tendrán que hacerlo por los cauces habituales.