Los altavoces inteligentes están en cada vez más hogares. Ahora, el Echo de Amazon ha sufrido un fallo que ha expuesto los problemas de protección de datos de los usuarios que pueden tener este tipo de dispositivos.
Un altavoz de la compañía ha recogido la conversación privada que estaba teniendo un matrimonio de Portland ( Oregon, EEUU) sobre suelos de madera y se la envió directamente a un contacto del marido. Éste llamó rápidamente a la pareja para informarles de que el dispositivo estaba grabando de forma autónoma y mandando las conversaciones a sus contactos.
Según ha informado el medio local Kiro 7, Danielle, la mujer afectada asegura sentirse invadida. "Es una invasión de la privacidad total. Inmediatamente dije, 'Nunca volveré a enchufar ese dispositivo, no puedo confiar en él'".
Amazon ha respondido ante el fallo asegurando que se han producido una "cadena de eventos poco probable" que hizo que Alexa enviara una grabación de audio de la familia a uno de sus contactos al azar. El episodio subrayó cómo Alexa puede malinterpretar la conversación como una llamada de atención y un comando.
Habitualmente Alexa -y otros asistentes inteligentes-cuentan con una palabra de activación o aviso, a partir de la cual el dispositivo se pone en marcha y responde a las indicaciones de los usuarios. De este modo, cuando se pronuncia el enunciado -sea por los dueños del dispositivo o por un anuncio publicitario de televisión- éste comienza a funcionar.
Según Amazon, lo que sucedió durante el fallo fue que la conversación se escuchó como una solicitud de 'enviar mensaje', en ese momento, Alexa dijo en voz alta '¿A quién?' y justo en la conversación de fondo se interpretó como un nombre en la lista de contactos del cliente, que es a quien se le mandó la grabación".
Tras aclarar qué es lo que ha podido pasar, Amazon ha asegurado que todavía se encuentran evaluando opciones para modificar el sistema y hacer menos probables que ocurran casos así.
Asistentes expuestos
No es la primera vez que los altavoces de Amazon presentan problemas. El pasado mes de marzo varios usuarios comenzaron a reportar problemas con sus dispositivos que, sin motivo, comenzaban a romper en carcajadas, lo que llevó a sus dueños a desconfiar de ellos.
Lo cierto es que los asistentes son vulnerables a comandos imperceptibles para los oídos humanos. Según demostró un equipo de investigadores de la Universidad de Berkeley (EEUU), los asistentes virtuales como Siri, Alexa y Google Assistant son vulnerables a sonidos en frecuencias imperceptibles, que pueden ser incluidos en otros como música o grabaciones y que pueden "ocultar audio del sistema de voz-a-texto".
Este tipo de comandos son imperceptibles para el ser humano, que solamente oye la música o la persona que está hablando, pero no para los asistentes de voz, que son capaces de percibirlos e interpretarlos como órdenes.