
Google ha presentado a la Comisión Europea (CE) los detalles de cómo piensa dejar de favorecer a su propio servicio de compras en su buscador, una medida que llega obligada después de que el pasado mes de junio la CE impusiese una multa récord a la compañía tecnológica.
En concreto, la institución impuso a Google la mayor multa de la historia, 2.420 millones de euros al entender que el servicio de recomendación de compras de su buscador ingería en una dinámica de abuso de posición dominante.
A partir de ahora, Google deberá dejar de priorizar sus propias ofertas de venta en perjuicio de la de sus competidores a los que "degradaba" la visibilidad de sus resultados.
Las propuestas de Google para poner fin al comportamiento anticompetitivo tienen como objeto evitar multas de hasta el 5% de la facturación diaria media de su empresa matriz, Alphabet, en todo el mundo, lo que supondría unos diez millones de euros diarios. Más allá de las medidas anunciadas, el ejecutivo comunitario ha insistido en que Google seguirá teniendo la obligación de presentar informes periódicos para que la CE pueda comprobar que sus exigencias se están cumpliendo.
Otros frentes abiertos
Más allá de su servicio Google Shopping, la compañía cuenta con otros dos frentes abiertos que está investigando la Comisión Europea y en los que Europa ya ha llegado a la conclusión preliminar de que Google ha abusado de posición dominante.
Una de las investigaciones se centra en el sistema operativo Android, que preocupa a la Comisión por considerar que Google ha restringido las ofertas y la innovación en diversas aplicaciones y servicios móviles mediante la aplicación de una estrategia global en los dispositivos móviles para proteger y ampliar su posición dominante en las búsquedas de internet de carácter general.
Mientras que por otro lado, Bruselas considera que su servicio de publicidad AdSense ha reducido la oferta impidiendo que los sitios web de terceros obtengan anuncios de búsqueda de los competidores de Google.